Una nave espacial estadounidense despegó el jueves del Centro Espacial Kennedy con la misión de llegar a la Luna, en el segundo intento que hace una compañía privada este año tras un primer fracaso en enero.
La empresa Intuitive Machines, a cargo de la misión “IM-1″, espera convertirse en la primera entidad no gubernamental en realizar un alunizaje suave en el satélite natural de la Tierra y posar en su superficie el primer robot estadounidense desde las misiones Apollo, hace más de cinco décadas.
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El módulo de aterrizaje Nova-C, de forma hexagonal y denominado “Odysseus”, despego a la 01H06 del jueves (06H06 GMT) a bordo de un cohete Falcon 9 de SpaceX desde el Centro Espacial Kennedy, de Florida.
La misión bautizada IM-1 debía partir el miércoles pero el lanzamiento se pospuso luego de que SpaceX descubriera temperaturas anormales cuando intentaba el abastecimiento de combustible del módulo.
El módulo de alunizaje tiene un nuevo tipo de motor de metano líquido y oxígeno superenfriado que entrega la potencia para llegar a su destino rápidamente, evitando una larga exposición a la región de alta radiación que rodea la Tierra, conocida como el cinturón de Van Allen.
Trent Martin, vicepresidente de sistemas especiales de Intuitive Machines, dijo esta semana a periodistas que la “oportunidad de que Estados Unidos volviera a la Luna por primera vez desde 1972 es una proeza de la ingeniería que requiere un verdadero deseo de explorar”.
Pese al retraso, está previsto que la nave llegue el 22 de febrero a su lugar de alunizaje, Malapert A, un cráter de impacto situado a 300 kilómetros del polo sur lunar.
La agencia espacial estadounidense espera establecer una presencia de largo plazo en la Luna y recoger hielo para obtener agua potable y combustible para cohetes en el marco de su programa Artemis.
Cargamento colorido
La NASA pagó a Intuitive Machines 118 millones de dólares para llevar equipos científicos al satélite natural con el fin de comprender mejor y mitigar los riesgos medioambientales para los astronautas.
Pero la nave lleva un cargamento más colorido, incluido un archivo digital del conocimiento humano y 125 esculturas pequeñas de la Luna del artista Jeff Koons.
Después de alunizar, se espera que las cargas funcionen durante siete días antes de que inicie la noche lunar en el polo sur, cuando el Odysseus quedará inoperable.
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El IM-1 es la segunda misión bajo una iniciativa de la NASA creada para delegar servicios de carga al sector privado para cortar costos y estimular una economía lunar más amplia.
La primera, de la empresa Astrobotic, fue lanzada en enero pero su nave Peregrine sufrió una fuga de combustible y su módulo de aterrizaje debió ser destruido deliberadamente en pleno vuelo.
El alunizaje suave es un desafío porque implica navegar en un terreno inestable con un desfase de varios segundos en la comunicación con Tierra, y utilizar los propulsores sin la presencia de una atmósfera que soporte paracaídas.
Solo cinco países lo han logrado, siendo la Unión Soviética la primera, seguida de Estados Unidos que hasta ahora es el único país en poner personas en la superficie lunar.
China ha posado en tres ocasiones desde 2013, India lo hizo en 2023 y Japón en febrero pasado, aunque su módulo ha tenido dificultades para mantenerse activado.