El arte mural tiene un lugar destacado en Lima, manifestándose en paredes, pilares y diversos espacios públicos. Estas obras no solo aportan color, sino que también reflejan la identidad, los sueños y las luchas de las comunidades que las inspiran. En este contexto cultural, donde los murales sirven para rendir tributo, preservar la memoria y actuar como puentes de unión, la Embajada de Argentina, en colaboración con la Municipalidad de Miraflores y la Escuela Nacional Superior Autónoma de Bellas Artes del Perú, presentará el viernes 3 de enero un mural en homenaje al fallecido artista Gustavo Cerati, quien ahora ocupa un lugar especial entre los murales limeños.
“Fue un largo proceso que empezó con una recolección de imágenes, que luego se uno en una página, de ahí salen las ideas que acabaran con una idea final. Antes de empezar la composición también se analiza el espacio, los ángulos, las formas donde se trabajará para así darle un enfoque interesante”, comenta Sheherezade Bedoya, la artista peruana encargada de dar vida a este tributo visual.
El mural ya se encuentra en el distrito de Miraflores, específicamente en la Bajada Balta, frente a la sede del Británico. Este lugar fue seleccionado estratégicamente para que tanto transeúntes como conductores puedan apreciar la figura del cantante argentino en tres etapas diferentes de su vida, con una imagen central que retrata uno de sus momentos más icónicos en su adultez.
“Los colores característicos de sus álbumes están presentes, así como la influencia de las historietas, algo que gustaba al artista desde niño. Hay tres imágenes de él porque originalmente se pensó en un proyecto de tres murales mostrando etapas de su vida. Sin embargo, quedó en uno solo con un nuevo concepto que buscaba representar su evolución”, explica Bedoya.
Pintando un legado
A diez años de su partida, el legado de Gustavo Cerati sigue vivo. El exlíder de Soda Stereo dejó una marca imborrable en la música latinoamericana con canciones como “Persiana Americana”, “Canción Animal” y “Crimen”, entre otros temas icónicos del rock en español. Su influencia trasciende fronteras, consolidándolo como uno de los artistas argentinos más queridos en Perú.
“Había un conocimiento previo y básico sobre el cantante, algo que todos saben de inmediato. Pero cuando supe que haría este mural, tuve que investigar más sobre él. Necesitaba entender sus gustos y pasiones para crear una obra que fuera fiel a quien fue en vida”, comenta Sheherezade Bedoya, la artista encargada de este tributo.
En Perú, la relación con Gustavo Cerati siempre fue especial. Su conexión con el público peruano se evidenció en cada concierto, desde los años ochenta con Soda Stereo hasta sus últimas presentaciones como solista. Lima fue una ciudad donde el artista se sintió siempre acogido, algo que sus excompañeros de banda han destacado en varias entrevistas. Este mural es una forma en la que la ciudad le dice, a su manera, “Gracias totales”.
“La idea es compartir lo que significó Cerati, no solo como cantante, sino también como un símbolo de inspiración: alguien que siguió sus sueños constantemente y estuvo dispuesto a dejarlo todo por vivir de sus pasiones”, añade Bedoya, quien previamente colaboró con la Embajada de Argentina en un mural dedicado a Julio Cortázar.
Este nuevo mural, además de homenajear a Cerati, invita a reflexionar sobre cómo el arte puede transformar el paisaje urbano tradicional en un espacio para la memoria colectiva, un legado capaz de perdurar en el tiempo al igual que la música del recordado artista.