Viernes, Septiembre 27

El mieloma múltiple es un tipo de cáncer de la sangre que, aunque menos conocido que otros como los linfomas o las leucemias, afecta de forma silenciosa a las personas mayores. Esta enfermedad se origina en los plasmocitos, las células encargadas de producir los anticuerpos que forman parte de nuestro sistema inmunológico, en la médula ósea. Para conocer en profundidad esta enfermedad y sus nuevas opciones de tratamiento, conversamos con la Dra. Ana María Bravo, Directora de Asuntos Médicos de Johnson & Johnson Innovative Medicine en Latinoamérica Norte.

“Como en cualquier tipo de cáncer, el plasmocito dañado empieza a reproducirse incontroladamente y se convierte en una célula maligna que invade la parte blanda del hueso y puede dañarlo. También puede dañar la médula ósea, que es la que produce las células sanguíneas, y causar anemia. Además, como el plasmocito es responsable de producir anticuerpos, aumenta la producción de anticuerpos defectuosos, que son proteínas que el cuerpo no puede asimilar y que se depositan en el riñón. Ese es el mieloma múltiple”, detalla Bravo.

¿Quiénes son más propensos a desarrollar mieloma múltiple?

El mieloma múltiple es una enfermedad que afecta más a los adultos mayores, en especial a los hombres. “Se ha visto que el mieloma múltiple es más común en hombres, con una proporción de 57% en hombres frente a 43% en mujeres”, confirma la Dra. Bravo.

Además, la incidencia de este tipo de cáncer está estrechamente relacionada con la edad. “El cáncer aumenta con la edad porque el cuerpo pierde la capacidad de controlar adecuadamente la replicación de las células, lo que permite que algunas células defectuosas se multipliquen”, detalla la experta.

¿Cuáles son los síntomas del mieloma mútiple?

De acuerdo con Mayo Clinic, es posible que en sus etapas iniciales, el mieloma múltiple no presentes síntomas. Cuando aparecen los signos y síntomas, estos pueden incluir:

  • Dolor en los huesos, especialmente la columna vertebral, el pecho o las caderas.
  • Náuseas.
  • Estreñimiento.
  • Pérdida del apetito.
  • Obnubilación o confusión.
  • Cansancio.
  • Infecciones.
  • Pérdida de peso.
  • Debilidad.
  • Sed.
  • Necesidad de orinar con frecuencia.

“Los primeros síntomas son fatiga, palidez y dolor lumbar, y estos pueden pasar desapercibidos porque son comunes en muchas otras condiciones”, añade Bravo.

¿Cómo se diagnostica el mieloma múltiple?

El diagnóstico temprano del mieloma múltiple es uno de los mayores retos para la comunidad médica, debido a que los síntomas suelen ser vagos y se confunden fácilmente con otras dolencias comunes. Los pacientes suelen presentar fatiga, palidez, dolor lumbar y fracturas óseas no asociadas a traumas.

Para detectar el mieloma múltiple, es fundamental que los médicos generales estén bien formados y mantengan presente esta posibilidad durante sus evaluaciones. “Es importante educar al médico general, porque la currícula de hematología en las escuelas de medicina es muy corta. El mieloma múltiple no es una enfermedad tan frecuente, por lo que muchos médicos no lo consideran de inmediato”, explica. La detección del mieloma múltiple se realiza a través de una prueba llamada electroforesis de proteínas, que mide los niveles anormales de anticuerpos en la sangre. “Este examen es accesible y permite medir esos anticuerpos defectuosos que se están incrementando en la sangre”, añade Bravo.

En algunos casos, otros especialistas como ortopedistas o nefrólogos pueden sospechar de la presencia de mieloma múltiple. “Un ortopedista podría sospechar de un mieloma si un paciente llega con una fractura sin un trauma asociado, o un nefrólogo si detecta insuficiencia renal inexplicada”, apunta la doctora.

¿Qué tratamientos existen para tratar el mieloma múltiple?

Aunque el mieloma múltiple no tiene cura, en las últimas dos décadas ha habido importantes avances en su tratamiento. Según la Dra. Bravo, el mieloma múltiple se solía tratar únicamente con quimioterapia, pero ahora existen opciones que permiten dirigir los tratamientos a las células malignas sin afectar tanto al resto del cuerpo. Los tratamientos actuales combinan varios mecanismos de acción, como anticuerpos bioespecíficos, que activan el sistema inmune para que elimine las células malignas.

Bravo explica que estos anticuerpos tienen dos funciones: “tienen dos bracitos, uno que permite detectar la célula maligna y otro que llama al sistema inmune para que la elimine”. Sin embargo, estos tratamientos se reservan para pacientes que ya han agotado las primeras líneas de tratamiento.

La clave de estos avances es que los tratamientos combinan varios mecanismos de acción para lograr una mayor eficacia. “No se trata esta enfermedad con un solo mecanismo de acción, sino con tres o cuatro. Esto ha impactado significativamente en la supervivencia libre de progresión”, señala la experta. Como resultado, hoy en día los pacientes pueden vivir muchos más años con la enfermedad controlada. “Hoy en día, hay pacientes que llevan 15 años viviendo con la enfermedad, lo que antes no era posible con la quimioterapia tradicional”, añade.

“Hoy el cáncer no es lo mismo que hace unos años. Existen opciones de tratamiento y diagnósticos que permiten una mejor calidad de vida. El cáncer no debe ser lo que nos paraliza, sino lo que nos movilice a buscar mejores opciones para vivir bien”, concluye la experta.

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