Sea una empresa grande o pequeña, hay una meta que casi todos ponen como prioridad: llegar a cierta cantidad de seguidores. Ver crecer el contador de seguidores, las visualizaciones o likes en las publicaciones genera una dopamina irresistible.
Sin embargo, estos números o “métricas vanidosas” no siempre reflejan el desempeño. Dichas métricas pueden dar una falsa sensación de éxito al confundir popularidad con rentabilidad, así lo advierte el Dr. Javier Zamora Saborit, director de la Maestría Oficial en Marketing Digital y Analítico de la Universidad Internacional de Valencia – VIU.
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“Las llamadas métricas vanidosas son esos números que nos hacen sentir bien, pero no siempre significan que el negocio avance. Likes, seguidores, visualizaciones… suenan espectaculares, pero muchas veces son humo. De ahí el apodo: alimentan el ego, no la cuenta de resultados”, indicó el experto.
El riesgo de quedarse atrapado en estas cifras es el de tomar decisiones equivocadas, invertir en estrategias que no generan ingresos suficientes y, de paso, perder credibilidad. Según como describe el docente de VIU, un ejemplo usual es el de las pymes que celebran la llegada a cien mil seguidores, pero al revisar sus ventas, se dan cuenta que no han crecido.
Esto se debe a que muchos de esos seguidores son falsos, de poco valor, o quizás de países donde la marca no puede vender. Al final, es un esfuerzo desperdiciado. En este tipo de escenarios, lo relevante son los indicadores que se conectan con el negocio.
Es decir, conversión, de retención y de retorno de inversión. Más que contar los likes, se trata de medir cuántas personas realmente compran, cuántas vuelven a comprar y cuántas recomiendan la marca. Al final, la rentabilidad es más importante que la popularidad, explicó Saborit.
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Por eso, el retorno de inversión o ROI, es la métrica central. Pero ¿Cómo calcularla?, el especialista indicó que todo comienza con una pregunta básica: “¿Lo que estoy invirtiendo vuelve en forma de beneficios?”, y de ahí emplear una fórmula bastante sencilla: ingresos menos inversión, dividido entre la inversión y multiplicado por cien.
“Una marca invierte dos mil dólares en publicidad digital y logra ventas por seis mil. Restamos la inversión inicial y quedan cuatro mil de beneficio. Dividimos esa cifra entre los dos mil invertidos y multiplicamos por cien. Por cada dólar invertido, estoy ganando dos más”, subrayó Saborit.
Finalmente, el experto remarcó que el reto para las empresas es tener claridad de objetivos y medir lo que de verdad impacta en el crecimiento, porque el objetivo real no es acumular aplausos en redes, sino generar clientes fieles y resultados sostenibles.














