“En Nueva York, junto a otros 14 países, Francia hace un llamamiento colectivo: expresamos nuestra voluntad de reconocer el Estado de Palestina e invitamos a quienes todavía no lo han hecho a unirse a nosotros”, escribió en Twitter el ministro de Relaciones Exteriores francés, Jean-Noël Barrot.
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El documento, elaborado tras una conferencia en torno a la problemática de la región, indica que los firmantes “condenan el atroz y antisemita atentado terrorista” perpetrado por Hamás el 7 de octubre de 2023 y pide un alto al fuego junto a la “liberación incondicional de los rehenes” en manos del grupo armado.
No obstante, estos países también hacen referencia a los padecimientos de la población civil de Gaza, a la vez que señalan que el reconocimiento de Palestina es “un paso esencial para la Solución de los Dos Estados” y que buscan que otros gobiernos se sumen a la propuesta.
Países involucrados
Además de Francia, la lista de firmantes incluye a los siguientes estados: Andorra, Australia, Canadá, España, Finlandia, Islandia, Irlanda, Luxemburgo, Malta, Nueva Zelanda, Noruega, Portugal, San Marino y Eslovenia.
Nueve de esos países todavía no reconocen oficialmente a Palestina, pero declaran su voluntad de hacerlo. Estos son: Andorra, Australia, Canadá, Finlandia, Luxemburgo, Malta, Nueva Zelanda, Portugal y San Marino
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, había indicado en los días previos que hará oficial su reconocimiento de Palestina en setiembre, lo que lo convertiría en el primer país del G7 en tomar dicha decisión. La medida también convertirá a Francia en el segundo miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU en reconocer al Estado Palestino tras China.
De sumarse al reconocimiento internacional de Palestina en setiembre también, tal como acaba de prometer su primer ministro Mark Carney, Canadá será el segundo integrante del G7 en hacerlo. En la lista más amplia del G20, Australia sería un tercer miembro del grupo en reconocer al estado palestino junto a franceses y canadienses.
Por su parte, Reino Unido ha abierto la posibilidad de oficializar sus relaciones diplomáticas con Palestina también en setiembre, aunque en dicho caso la decisión está condicionada a que Israel no ponga alto al fuego en Gaza y continúe bloqueando la ayuda humanitaria destinada a los civiles.
Peso simbólico y fáctico
El reconocimiento de Palestina por parte de los 15 países antes citados genera la interrogante sobre el impacto concreto de la medida de cara a un acuerdo de paz y al fin de la crisis humanitaria en Gaza.
Por el momento, varios de los gobiernos firmantes del comunicado colectivo han entablado sanciones contra dos de los ministros más radicales de Israel, Bezalel Smotrich e Itamar Ben-Gvir, quienes han sido declarados personas no gratas en varios de estos territorios. Ambos son parte del ala radical de la coalición de gobierno israelí, presidida por Benjamin Netanyahu.
Para Jorge Antonio Chávez, especialista en política asiática y docente de la Academia Diplomática del Perú, la escala de la situación humanitaria, con un 20% de la población gazatí en riesgo alimentario grave y con los palestinos de Cisjordania viviendo agresiones constantes, parece haber terminado de hacer que una parte del bloque occidental decida tomar una medida que ha venido evitando desde hace tiempo.
No obstante, el especialista considera que el mayor impacto de reconocer a Palestina solo se producirá en el plano discursivo si es que la medida no viene acompañada de otras acciones.
“Si se materializa, es un acto jurídico unilateral con un mensaje político, pero si este reconocimiento se diera no cambiaría la situación ipso facto. Sí pone cierta presión política, pero Israel va a seguir teniendo el control y va a seguir ocupando esos territorios en tanto controla todos los accesos”, explica Chávez.

“No va a cambiar la realidad en el terreno a menos que estos países hagan lo que han sido incapaces de hacer hasta el momento: adoptar sanciones que impliquen costos concretos para Israel como se ha hecho con otros países que violan también el derecho internacional humanitario y general, como el caso de Rusia en Ucrania. Sin embargo, con Israel no se han adoptado sanciones de calado, que impongan costos al régimen de Netanyahu”, agrega Chávez.
Enrique Banús, analista internacional y catedrático de la Universidad de Piura Udep), considera que reconocer al Estado Palestino “es una medida fuerte” y de carácter simbólico que sí tendría impacto en el derecho internacional.
“Es indudablemente una medida de presión para que Israel dé un giro a su restricción a la ayuda humanitaria en los territorios ocupados. Israel dice que han abierto el flujo de asistencia, pero los datos provenientes de la zona señalan que esta llega a cuentagotas”, indica el internacionalista.
El docente de la Udep sostiene que el anuncio de reconocimiento de Palestina no es por sí mismo una señal de distanciamiento de Occidente con Israel, pero sí una muestra de la poca voluntad del gobierno de Benjamin Netanyahu de solventar la crisis en Gaza y frenar las agresiones en Cisjordania.
“Estos países no pueden hacer muchos más. Hay un hartazgo con respecto a las medidas de Israel que consideran extremas, contraproducentes y que no llevan a conseguir el objetivo de paz. Creo que no es un acercamiento a la posición de los palestinos, sino un asunto que tiene que ver con el comportamiento de Israel en los últimos meses”, piensa Banús.

Los 15 países que llaman al reconocimiento de Palestina afirman que buscan implementar la Solución de Dos Estados, algo que va diametralmente contra la política fáctica de Israel.
“Uno de los factores que explica la postura de esos países es que Israel ha venido buscando que la creación de un Estado Palestino sea totalmente inviable, a través de una política de hechos cumplidos. Por ejemplo, ampliando los asentamientos ilegales en Cisjordania, la destrucción de infraestructura en Gaza y la voluntad de desplazar población gazatí hacia otros estados”, comenta al respecto Jorge Chávez.
La discusión en torno a resolver el conflicto palestino-israelí con la creación de dos países lleva décadas sobre la mesa y ha sido un eje central de la falta de acuerdo, algo que se ha hecho más marcado desde el inicio de la actual administración del Estado hebreo.
Benjamin Netanyahu siempre se ha mostrado contrario a dicha solución y sus aliados políticos de extrema derecha como Smotrich y Ben-Gvir son incluso más intransigentes con respecto a esta postura y abogan por la expansión territorial, incluso por medios violentos.
Consecuencias y matices
Ambos internacionalistas consideran que establecer relaciones oficiales con Palestina es una decisión que probablemente no tenga marcha atrás, debido a la aceptación que tiene dicha causa en importantes sectores de los países occidentales, pero que el contexto tiene numerosos matices.
“Un dilema muy fuerte lo tiene el gobierno de Alemania por toda la carga histórica que hay detrás. Hay que añadir a esto que la Comisión Europea ya está imponiendo sus primeras sanciones a Israel, lo que es un acontecimiento único en la historia de la UE, que consisten en su exclusión de un programa de investigación”, menciona Enrique Banús.
Al ser consultado sobre una posible respuesta sancionadora de Estados Unidos hacia sus aliados occidentales, Jorge Chávez indica que Donald Trump es un actor impredecible, pero puede estar condicionado por un sector importante de su electorado y sus simpatizantes.
“El lobby israelí es más que solamente los judíos. Hablamos de cristianos en Estados Unidos que son sionistas, apoyan abiertamente al Estado de Israel y son parte importante de la base política de Trump”, comenta.
Sin consenso en Occidente, pero frecuente en el resto del mundo
El reconocimiento internacional de Palestina como estado ha sido un punto espinoso para Occidente, pero ha sido una decisión más común en otras regiones.
Prácticamente todo el mundo árabe y musulmán ha reconocido a dichos territorios como un estado. Casi toda Asia y África han oficializado sus relaciones diplomáticas con los palestinos; no obstante, potencias económicas como Japón y Corea del Sur no han reconocido a Palestina, como sí la ha hecho China desde hace algunas décadas. En Latinoamérica también es amplio el reconocimiento de Palestina.
En el caso europeo hay mayor división, pues antes del anuncio citado líneas arriba solo una decena de naciones reconocían a Palestina, aunque algunos de estos lo hicieron antes de que se creara la Unión Europea.
En 1988 reconocieron al Estado Palestino naciones como Bulgaria, Chipre, Hungría, Rumania, Polonia y la extinta Checoslovaquia. Tras la división de este último país en 1993, solo Eslovaquia confirmó dicho reconocimiento, mientras que República Checa optó por no hacerlo.
No sería hasta el 2011 que otro país europeo se sumó y en dicha ocasión fue Islandia (no afiliado a la UE) y tres años más tarde Suecia siguió ese camino.
Tras 10 años sin novedades, en el 2024 se sumaron al reconocimiento de Palestina otros cinco países europeos: España, Noruega, Irlanda, Eslovenia y Armenia (no es miembro de la UE). Dicha medida se produjo en medio del actual conflicto en territorio gazatí.
En total, 147 de los 193 estados integrantes de las Naciones Unidas reconocen a Palestina, siendo su condición actual la de estado observador no miembro. El veto de Estados Unidos, principal aliado de Israel, como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU ha sido su principal impedimento para ingresar como integrante pleno del organismo.












