Los Cascos Blancos, una organización de rescatistas sirios, anunciaron el martes que pidieron ayuda a la ONU para obtener del derrocado presidente, Bashar al Assad, quien huyó de Siria, las localizaciones de las “cárceles secretas”.
Asad huyó con su familia a Rusia después de haber sido expulsado del poder por una coalición de rebeldes liderada por un grupo islamista.
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“Enviamos una petición a la ONU a través de un mediador internacional para que inste a Rusia a presionar al criminal (…) Bashar al Assad”, declaró el jefe de los Cascos Blancos, Raed al Saleh, en la red social X.
El objetivo, explicó, es obtener “los mapas que indiquen la localización de las cárceles secretas y las listas con los nombres de los detenidos, para que podamos acceder a ellos lo antes posible”.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) estimó en 2022 que más de 100.000 personas habían muerto en cárceles sirias desde el inicio de la guerra en el país en 2011, desencadenada por la brutal represión de las manifestaciones prodemocráticas.
La mayoría de los presos falleció a causa de la tortura, indicó el organismo con sede en Reino, pero que cuenta con una extensa red de fuentes de información en el terreno.
El OSDH también señaló que cerca de 30.000 personas habían sido detenidas en la cárcel de Saydnaya, situada a unos 30 km de Damasco y sinónimo de las peores atrocidades cometidas por el gobierno. Solo 6.000 personas fueron liberadas del reclusorio.
Amnistía Internacional contabilizó miles de ejecuciones en el lugar y denunció “una verdadera política de exterminio” en Saydnaya, que califica de “matadero humano”.
Nada más entrar en Damasco el domingo, los rebeldes sirios anunciaron que habían tomado el control de la cárcel de Saydnaya y liberado a los reclusos.
Los Cascos Blancos anunciaron el martes el fin de las operaciones de búsqueda en la prisión, donde sospechaban de la existencia de calabozos subterráneos.
Pero muchas familias siguen convencidas de que sus seres queridos siguen en el sótano de la prisión.
“El salvajismo y los indescriptibles crímenes perpetrados por el antiguo régimen de Asad son incalificables”, denunció Raed al Saleh.