Sábado, Noviembre 23

China y Estados Unidos encabezan la lista de los mayores emisores de CO2 a nivel mundial, según un análisis basado en datos del Global Carbon Atlas. Estas dos naciones son responsables de casi la mitad de las emisiones globales, impulsadas principalmente por el uso de combustibles fósiles y la industria. La lucha contra el cambio climático recae en gran parte sobre estos gigantes, mientras otros países también enfrentan desafíos ambientales similares.

Un reciente informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) reveló que en 2020, la concentración de CO2 en la atmósfera alcanzó niveles históricos, registrando 413 partes por millón (ppm), un 149% por encima de los niveles preindustriales, comentan desde el portal Xataka. A pesar de una reducción temporal de las emisiones durante la pandemia, la tendencia no ha cedido, lo que subraya la urgencia de actuar contra el cambio climático.

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China, el mayor emisor de CO2 a nivel mundial, contribuye con un 31% de las emisiones globales, liberando más de 10.000 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono en 2020. Este alto nivel de contaminación está directamente relacionado con el uso intensivo de combustibles fósiles, principalmente carbón, que representa el 55% de su matriz energética. A pesar de ser uno de los mayores importadores de petróleo, China ha comenzado a adoptar energías renovables para reducir su dependencia del carbón.

Estados Unidos es el segundo mayor emisor, con el 13,5% de las emisiones globales, derivadas principalmente del transporte y la generación de energía. El país, que es un importante productor de petróleo crudo, enfrenta un desafío significativo en la reducción de su dependencia de los vehículos de motor. A pesar de sus esfuerzos en energías limpias, el transporte sigue siendo una de las principales fuentes de contaminación.

India y Rusia: otros grandes emisores

India, el tercer mayor emisor de CO2, contribuye con el 7,3% de las emisiones globales, mientras que Rusia, con el 4,7%, se sitúa en cuarto lugar. En ambos casos, la dependencia del carbón y el gas natural es una de las principales razones de sus emisiones. En Rusia, por ejemplo, el carbón sigue siendo fundamental para su industria, lo que contribuye significativamente al CO2 emitido por el país.

A medida que las naciones más contaminantes enfrentan la creciente presión por reducir sus emisiones, los esfuerzos globales para mitigar el impacto del cambio climático siguen siendo cruciales. Con los países más grandes contribuyendo de manera desproporcionada, la necesidad de implementar estrategias energéticas más limpias se ha vuelto una prioridad en la agenda internacional.

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