
PeruPetro ha tenido dos semanas agitadas. Esta empresa estatal, prima hermana de Petro-Perú, normalmente no se encuentra bajo los reflectores, pero los últimos cambios en su directiva han levantado más de una ceja.
Teniendo en cuenta que Perupetro es el brazo legal de Petro-Perú (promueve, negocia, suscribe y supervisar la exploración y explotación de hidrocarburos en el Perú), la noticia de la salida de José Mantilla de la presidencia (el 18 de marzo) de esta empresa estatal impulsó a que el gremio de hidrocarburos manifestara públicamente su preocupación por la situación, y sobre todo, por el desarrollo de la licitación de los lotes I y IV que está en marcha. ¿Por qué?
En el sector es conocido el interés que habría por parte de Petro-Perú para manejar dichos lotes. Tanto, que María Julia Aybar, presidenta del Comité de Hidrocarburos de la SNMPE, dijo en una entrevista a El Comercio que si el Gobierno anulaba la licitación de los mencionados lotes para dárselos a Petro-Perú, “mandaría a la tumba” a la industria petrolera.
Días después de la salida de Mantilla, Pedro Chira fue nombrado en su reemplazo, una persona cercana a la gestión del ex ministro de Energía y Minas durante el gobierno de Pedro Castillo y hoy gerente general de Petro-Perú, Oscar Vera. Una de sus primeras acciones fue denegar la calificación a los ganadores de buena pro de Lotes I y VI por incapacidad económica. Por ello, ahora toca que Perupetro evalúe los documentos del postor que ocupó el segundo lugar en la presentación de ofertas.
El cómo termine esta licitación dirá mucho no solamente de la gestión de Perupetro, sino de la seguridad jurídica que existe para las empresas de este sector económico que ya invierten o que buscan invertir en nuestro país. Si la estatal petrolera quiere y puede competir, que lo haga en las mismas condiciones que los privados, sin artificios legales ni maneras escurridizas. La estabilidad y el trato igualitario es fundamental para el desarrollo económico de nuestro país.