Viernes, Diciembre 13

Las relaciones entre EE.UU. y Canadá, dos aliados incondicionales, podrían tocar su punto más bajo desde el 20 de enero próximo, cuando el presidente electo estadounidense, Donald Trump, vuelva a la Casa Blanca. En las últimas semanas, la confrontación dialéctica entre él y el primer ministro canadiense Justin Trudeau, desencadenadas por la amenaza del líder republicano de imponer aranceles del 25% a los productos canadienses, ha subido de tono peligrosamente.

Lo que comenzó como la amenaza de una medida proteccionista ha devenido en una serie de ataques y respuestas entre ambos líderes, arrastrando incluso a figuras como Elon Musk y Claudia Sheinbaum al debate.

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El detonante: la amenaza del arancel

El conflicto se inició cuando Trump anunció su intención de aplicar aranceles a Canadá y México, alegando la necesidad de abordar el déficit comercial de EE.UU. y de aminorar el flujo de inmigrantes indocumentados. El líder canadiense advirtió que tal medida sería “gravísima” para la economía de su país y perjudicaría también a los consumidores estadounidenses.

“No nos engañemos de ninguna manera, los aranceles del 25% sobre todo lo que va a Estados Unidos serían devastadores para la economía canadiense”, señaló Trudeau.

“También significaría, sin embargo, una verdadera dificultad para los estadounidenses. Los estadounidenses importan el 65% de su crudo de Canadá, cantidades significativas de electricidad. Casi todo el gas natural que exporta Canadá va hacia Estados Unidos. Dependen de nosotros para el acero y el aluminio. Dependen de nosotros para una amplia gama de importaciones agrícolas. Todas esas cosas se volverían más caras”, puntualizó.

Si Trump cumple con su amenaza de imponer aranceles del 25% sobre todo lo importado desde México y Canadá, los aumentos de precios –que podrían seguir– romperían su promesa de campaña de dar un respiro a los estadounidenses de la inflación.

En un intento de suavizar las tensiones, Trudeau viajó a Mar-a-Lago a fines de noviembre para reunirse con Trump. Sin embargo, la cita terminó por convertirse en el detonante de una serie de burlas. En los días posteriores al encuentro, Trump sugirió que la solución al conflicto económico sería integrar a Canadá como el estado número 51 de EE.UU. El líder republicano insistió en la broma al referirse a Trudeau como el “gobernador del gran estado de Canadá” en su red Truth Social.

La respuesta de Trudeau no tardó en llegar. Durante un evento en Ottawa, el primer ministro criticó esta semana las “fuerzas reaccionarias” que, según él, buscan retroceder en los derechos de las mujeres, relacionando indirectamente a Trump con esta dinámica. “En todos los lados, los derechos de las mujeres y el progreso de las mujeres están bajo ataque, de forma abierta o sutilmente”, declaró Trudeau, quien reafirmó su compromiso como “orgulloso feminista”.

¿Cuán viable es la medida?

¿Qué impacto económico inmediato podrían tener los aranceles del 25% en la economía de Canadá y cómo podrían responder las autoridades canadienses para mitigar sus efectos?

“Canadá y Estados Unidos son principales socios comerciales, y una tarifa de este tipo tendría un impacto enorme, principalmente en los productores canadienses, lo que eventualmente también repercutiría en los costos internos. El mercado norteamericano es difícil de reemplazar, ya que es un mercado premium y de altísimos ingresos. Aunque Europa podría ser un destino alternativo, no tiene el volumen ni la capacidad de absorber la cuota de mercado que Canadá perdería ante estos aranceles”, comenta a El Comercio Ignacio Cardone, profesor de Relaciones Internacionales de la Pontificia Universidad Católica del Perú.

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Para el especialista, en respuesta a las medidas, el Gobierno canadiense podría implementar aranceles recíprocos, lo que afectaría aún más el costo de vida en el país, que ya enfrenta problemas relacionados con su elevado costo de vida. Por otro lado, la amenaza de Trump también impactaría a Estados Unidos, aumentando el costo de vida interno y la inflación, factores que su electorado buscaba mitigar al elegirlo.

“Además de los aranceles recíprocos, Canadá podría recurrir a organismos internacionales o incluso amenazar con cortar la provisión de energía, considerando que Estados Unidos depende en gran parte del crudo y la energía canadienses. Sin embargo, dado que esta exportación también es crucial para la economía canadiense, esta medida no sería fácil de implementar. Por ahora, estas acciones se perciben más como amenazas en una negociación que como medidas concretas”, apunta.

Cardone considera que el futuro de las amenazas de Trump es incierto, ya que su estilo político es imprevisible. No obstante, existe un cierto pragmatismo, no necesariamente a nivel personal, sino a nivel de intereses que se juegan.

No creo que sea una política que vaya a favorecer de ninguna manera a EE.UU., ni siquiera al empresariado norteamericano. No le veo mucha viabilidad a la amenaza. Probablemente tenga más que ver con un recurso de negociación para obtener concesiones en áreas específicas que le permitan mejorar los acuerdos que ya existen o, por lo menos, en algunas áreas que sean de su interés o constituyentes de algunos grupos asociados a Trump y a los republicanos”, añade el docente de la PUCP.

La reacción hepática de Elon Musk

La situación escaló aún más cuando Elon Musk, empresario y aliado de Trump, se sumó a la disputa en las últimas horas. En un mensaje publicado en su red social X, calificó a Trudeau de “estúpido insoportable” y predijo que “no estará en el poder por mucho tiempo”. Musk respondió a un video del discurso de Trudeau, que también había sido criticado por sectores conservadores canadienses.

La mandataria de México, Claudia Sheinbaum, también intervino defendiendo la soberanía canadiense y cuestionando las declaraciones de Trump. En su conferencia matutina, Sheinbaum reafirmó el compromiso de México con la cooperación trilateral dentro del marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y subrayó la importancia del respeto mutuo entre las naciones.

En Canadá, el panorama político también se complica para Trudeau. Los sondeos muestran una ventaja de 20 puntos del opositor Partido Conservador, liderado por una agenda crítica hacia las políticas liberales del primer ministro. A pesar de las mociones de censura presentadas por los conservadores para adelantar las elecciones generales, el Gobierno de Trudeau no da su brazo a torcer.

Mientras las tensiones crecen, analistas políticos destacan que el enfrentamiento entre Trump y Trudeau podría tener implicaciones profundas no solo para las relaciones bilaterales, sino también para las dinámicas políticas internas de ambos países. El escenario sigue abierto, y nuevas reacciones podrían definir el curso de este conflicto diplomático y comercial en las próximas semanas.

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