Podría decirse que la historia de Federico García Lorca empezó con un fracaso. Cuando “El maleficio de la mariposa”, su primera obra teatral, se estrenó en 1920 en Madrid, el público reaccionó con desconcierto. No comprendieron su lenguaje simbólico, lo abuchearon. El joven autor, entonces con apenas veintidós años, abandonó el teatro entre pifias. Años después, estrenaría “Bodas de sangre” en Madrid, donde se consagró como un dramaturgo de éxito. Noventa años después, su obra inspira “Lorca, el duende eterno”, un espectáculo que llega a Lima para rendir tributo a su vida, su arte y su inmortal búsqueda de belleza.
“Lorca representa la fuerza del arte que perdura más allá del tiempo”, comenta Shirel Pardo, bailaora peruana y directora general del montaje. “A pesar de sus fracasos iniciales, su búsqueda constante de belleza y verdad lo convirtió en un símbolo de resiliencia y pasión artística. Eso es precisamente lo que queremos transmitir con esta obra”.
La propuesta combina danza flamenca y música en vivo para reconstruir el universo emocional del poeta granadino. El proyecto es fruto de años de investigación y de un reciente viaje a Madrid, donde Pardo visitó la Residencia de Estudiantes, aquel espacio que vio nacer la amistad entre Lorca, Dalí y Buñuel.
“Este proyecto nació del deseo de ofrecer algo distinto —explica Pardo—. Yo bailo desde los tres años, pero recién este año decidí asumir la dirección general de una obra. Ha sido un proceso de crecimiento, miedo y emoción, pero sobre todo de amor por el arte y por lo que representa Lorca”.

Flamenco para recordar
En esta puesta en escena, la danza se convierte en palabra y la música en memoria. A través de nueve actos —cinco coreografías y cuatro momentos instrumentales—, el público recorrerá la vida del poeta desde su infancia en Fuente Vaqueros hasta su trágico final en 1936. Fragmentos de Bodas de sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba se transforman aquí en cante y movimiento, acompañado por un elenco de seis músicos —Adolfo Cancho (guitarra), Cristian Castañeda (percusión), Larisa Sánchez (cante), Pedro Teco (violín), Mariana Cosío (palmas) y Junior Pacora en la dirección musical—, quienes conforman la estructura viva del espectáculo.
El espectáculo celebra también el concepto del duende, esa fuerza misteriosa que, según Lorca, habita en el arte verdadero. No es técnica ni talento: es alma. “El duende es esa piel de gallina que te genera el flamenco, lo que hace que algo te conmueva sin saber por qué”, señala Pardo. “Queremos que el público sienta sus versos, no como recitados, sino como parte de la música misma”.
Visualmente, la puesta en escena apuesta por una estética sobria y simbólica. Proyecciones audiovisuales recrean los paisajes lorquianos, mientras la música original de Pacora sostiene la intensidad emocional de cada secuencia. “Más allá de la danza o la poesía, queremos que el público salga con una reflexión: ¿qué estamos haciendo hoy para dejar nuestra huella en el mundo?”, comenta Pardo.
Así, “Lorca, el duende eterno” no solo revive la historia de un genio que transformó el arte, sino que invita a adentrarse en el mundo soñado por el artista español: esa chispa íntima que impulsa a crear, resistir y permanecer. En palabras de Pardo, “bailar a Lorca es recordarlo, pero también es recordarnos: somos arte cuando dejamos que algo nos duela y aun así seguimos cantando”.
Sobre la obra
«Lorca. El duende eterno»
Temporada: El lunes 24 de noviembre y el martes 9 de diciembre
Lugar: Teatro Antonio Banderas, Centro Español del Perú – Jesús María
Entradas disponibles en Teleticket.




