Nació el 16 de agosto del 2001 en San Candido, Italia, un pequeño pelirrojo llamado Jannik Sinner. Hizo sus pininos en el deporte esquiando, pero fue a los 13 años cuando inició su camino en el Piatti Tennis Center. El resto es historia. A sus cortos 22 años, Jannik Sinner ya ha logrado lo que para otros tenistas del circuito parece un sueño bastante lejano. Se volvió profesional en el 2018 y, desde ahí, su carrera solo ha ido cuesta arriba.
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Su gran despegue inició en el 2019: siendo prácticamente un desconocido, un joven Sinner se consagró campeón de las NextGen Finals al derrotar a quien hoy sería su dupla en dobles, Alex de Miñaur, en la final. Este triunfo que le valió el reconocimiento de la ATP como el novato del año.
Apenas campeón de su primer título de Grand Slam en el Australian Open 2024, Sinner ya colecciona, también, otros dos trofeos de Masters 1000 (Toronto 2023, y su más reciente título en Miami 2024), cuatro de ATP 500 y seis de ATP 250; además de haberse convertido en el único italiano (hombre o mujer) en haber alcanzado el top 2 del mundo desde la primera edición del ATP y el que más títulos posee hasta el momento (13). Sinner recoge, también, varias victorias contra Novak Djokovic e incluso logró alcanzar la ronda final en las Nitto ATP Finals 2023. Fuera de la ATP, gracias al pelirrojo la escuadra italiana logró, por segunda vez después de 47 años, levantar el premio mayor en las finales de la Copa Davis en el 2023.
Lo de Sinner no tiene explicación lógica: es un desborde de talento y cabeza firme. Quizás ahí esté la clave de su juego. Ya ha demostrado -y qué mejor prueba que el abierto de Australia- la fortaleza mental (y física, claramente) que hay que tener para voltear partidos de cinco sets estando dos abajo. Gran parte de este trabajo se lo atribuimos a sus coaches Simone Vagnozzi y Darren Hill, quienes han sabido orientar con tremenda sabiduría y constancia los pasos del italiano. Si nos vamos a los números, las estadísticas son claras: su especialidad son los tipos de intercambio de primer impacto (0-4 golpes) aunque a pesar de ello no parece tener dificultad para cerrar intercambios más largos y complicados. Su derecha es como un latigazo, si uno observa detenidamente puede notar cómo finaliza con una curva sus golpes. Hay quienes incluso prefieren su golpe de revés por la limpieza y precisión con que carga las piernas. Suele tomar pronto la pelota, lo que le permite golpear con mucha aceleración y efecto. Su porcentaje de juegos ganados con su saque supera el 70% y no tiene miedo de arriesgarse con los cambios de velocidades y subiendo a la red.
Periodistas y fanáticos estamos de acuerdo en que, si el panorama sigue pintando con estos colores, “el chico zanahorita” cerraría el año como el número 1 del mundo, rompiendo aún más récords. Por el momento, seguimos disfrutando su impresionante tenis.
Lo que nos dejó el Miami Open 2024
El pasado domingo finalizó el segundo torneo Masters 1000 del año en el tenis y trajo muchas sorpresas. El Miami Open consagró como absolutos campeones a Danielle Collins (USA) que no solo ganó de local, sino que se encuentra actualmente en su último año como profesional y se lleva el título más importante en sus años de tenista; y Jannik Sinner (ITA) quien, además, estrena nueva mejor posición en el ranking como #2 del mundo, destronando a Carlos Alcaraz y a unos cuantos cientos de puntos de quitarle a Novak Djokovic su puesto en la cima.
La hinchada
Apenas terminado el campeonato en Indian Wells (California) en donde Carlos Alcaraz logró defender su título, los tenistas se prepararon para pisar suelo Floridense, recibir el sol incandescente y comenzar la segunda parte de lo que ya es conocido como el “Sunshine Double”.
El Hard Rock Stadium presenció, por dos semanas, un ambiente de pura energía, pasión, emociones a flor de piel y, por supuesto, muchísimo tenis. ¿La atmósfera? Una absoluta locura. Quien les escribe pudo vivir de primera mano el minuto a minuto del evento y resultaría injusto reducirlo en unas cuántas líneas.
La presencia del público latino no se hizo extrañar: los apasionados y estridentes gritos de aliento a las y los tenistas sudamericanos podían claramente escucharse a varios kilómetros a la redonda, las banderas estuvieron presentes en todo momento y, sobre todo, el apoyo ante difíciles derrotas fue clave para construir una atmósfera que solo este deporte regala.
Las sorpresas
Nadie contaba con la pronta eliminación de algunos sembrados, del lado de los hombres, como Andrey Rublev (6°), Holger Rune (°7), Stefanos Tsitsipas (°12) y Taylor Fritz (13°), quienes abandonaron el torneo en las primeras rondas con resultados que dejaron mucho que desear para el top 20. Del lado de las mujeres, promesas como Coco Gauff (3°), Ons Jabeur (6°), Jessica Pegula (5°), Aryna Sabalenka (2°) y hasta la misma Iga Swiatek (1°) consiguieron mejores números, pero cayeron, finalmente, para darle pase a Elena Rybakina (°4) y Danielle Collins (°53) al último partido.
Pero si de sorpresas hablamos, tenemos que mencionar, sin lugar a dudas, el rápido ascenso de Grigor Dimitrov, quien reclamó después de varias duras derrotas en los últimos años y pasando por encima del favorito al título, Carlos Alcaraz, el lugar que tanto quería en la final -aunque sin éxito para llevarse el trofeo principal-. Dimitrov, hoy 9° del mundo, regresa al top 10 después de siete años (en el 2017 ocupó el 3°) con más confianza en sí mismo que nunca y regalándonos una nueva cuota de ilusión a quienes admiramos su tenis.
Los vencedores
La WTA tiene una nueva campeona americana: Danielle Collins, a sus 30 años y habiendo anunciado a inicios del 2024 su retiro, cerró varias bocas y levantó el trofeo de lo que se convirtió en el título más importante de su carrera. ¿Lo más interesante? Collins ganó como qualifier y, con ello, se convierte en la segunda mujer no-sembrada en ganar el título en Miami desde Kim Clijsters en el 2005. A pesar de la victoria, Collins menciona “no reconsiderar su retiro a finales del presente año” para dedicarse a formar una familia. Una forma espectacular para cerrar su vida profesional.
A estas alturas del año (aunque no muy avanzado) la victoria del flamante 2° en el ATP, Jannik Sinner, ya no sorprende a nadie. Sinner viene dando, desde hace algunos meses, una clase magistral de cómo ser, sin ningún tipo de piedad, el mejor tenista del mundo -¡hasta sus propios compañeros lo reconocen!-. Casi sin errores y con una mente de fierro, el italiano consumó su revancha y logró levantar su segundo trofeo de M1000 (después de Toronto el año pasado) en un torneo que tres años consecutivos lo vio en la final.
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