domingo, diciembre 7

Los pueblos indígenas de América Latina, principalmente amazónicos, han tomado los espacios de la conferencia anual de cambio climático de Naciones Unidas (COP30) en la ciudad de Belém, en Brasil, para visibilizar sus demandas y reclamos históricos: la defensa de sus territorios, el fin de la explotación de combustibles fósiles y ser tomados en cuenta en las decisiones que marcan el rumbo de las políticas climáticas.

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Las acciones han estado presentes alrededor de la cumbre climática. La llegada de caravanas indígenas como la flotilla amazónica Yaku Mama —que navegó más de 3000 kilómetros por ríos para llegar a la cumbre climática—, iniciativas como la Caravana Mesoamericana por el clima y la vida, así como las protestas dentro de la misma COP30 y la marcha realizada por decenas de miles de personas en las calles de Belém muestran la presión hacia los gobiernos para escuchar estas exigencias de cara al cierre de la cumbre climática, que vivirá una semana clave para el cierre de acuerdos.

Esta presión también ha escalado a lo largo de esta primera semana de negociaciones climáticas, cuando en el segundo día de la cumbre, representantes indígenas irrumpieron en la Zona Azul de la COP30 —un espacio donde solo se permite la entrada a delegaciones oficiales, funcionarios, observadores y prensa acreditada— para exigir ser escuchados en las mesas de negociación. La irrupción provocó un enfrentamiento con la seguridad de la cumbre.

La tensión continuó unos días después, cuando cerca de 90 integrantes del pueblo Munduruku, de la Amazonía, bloquearon la entrada principal de la COP30 exigiendo la cancelación de proyectos que afectan a los territorios indígenas.

Tras el primer choque, un dirigente y chamán indígena del pueblo Tupinambá decía furioso a medios que buscaban ser escuchados. “No queremos dinero. Queremos nuestros territorios libres y protegidos”.

El 15 de noviembre, el dirigente indígena encabezó una movilización con baile, cantos y júbilo como parte de la marcha por la acción y la justicia climática, pero con las mismas exigencias.

Protesta de representantes del pueblo Munduruku, en el acceso principal a la COP30. Foto: cortesía Tais Gadea Lara

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Justicia climática ahora, la exigencia

La mañana de este sábado, la ciudad de Belém —una ciudad amazónica cada vez más calurosa— vivió una intensa jornada de movilizaciones en las que comunidades indígenas, ambientalistas, defensores del territorio y ciudadanía en general convocaron para exigir la aplicación de medidas concretas en la cumbre climática. Reclaman decisiones que atiendan la justicia climática y celebraron un funeral para la industria de los combustibles fósiles.

En la movilización no solo participaron representantes indígenas, también se unieron agrupaciones de campesinos, pescadores, estudiantes, artistas y religiosos de aproximadamente 60 países que se unieron a las demandas por acciones urgentes de justicia climática.

Giovani del Prete, integrante de la articulación de movimientos sociales ALBA, sostiene que también se marcha por visibilizar las alternativas y soluciones climáticas que plantean las comunidades indígenas.

“Marchamos por nuestras propuestas, para visibilizar la agroecología, la reforma agraria, la economía feminista, que son como las herramientas para salvar al planeta. Hay que cambiar el sistema y no el clima”, dijo el dirigente a Mongabay Latam.

Del Prete aprovechó su intervención con un megáfono para lanzar una crítica a la COP30: “Acá se ve la diversidad y lucha de los pueblos. Las verdaderas soluciones están en las calles, están en los territorios y no en oficinas encerradas en aire acondicionado”, sostuvo.

Tras una semana en la que las protestas de pueblos indígenas fueron uno de los focos de la COP30, Lucía Ixchiu, mujer maya k’iche de Guatemala y participante de la flotilla amazónica Yaku Mama, señaló que irrupciones como la que hicieron los pueblos indígenas es un reflejo de la situación que viven en sus territorios, algo que se pudo documentar en el recorrido de la agrupación por la Amazonía.

“El nivel de desesperación y de las acciones refleja la necesidad de tomar acción”, sostuvo la defensora de derechos humanos exiliada de su país y destacó el trabajo de la juventud indígena en este tema.

“Estamos construyendo solidaridad entre los pueblos y alianza para la crisis climática porque somos las soluciones vivas a la destrucción global”, expuso.

La movilización, de casi siete kilómetros de recorrido, insistió con la exigencia de desterrar a la industria de los combustibles fósiles de los territorios amazónicos e indígenas mediante el funeral simbólico con los ataúdes dedicados al carbón, al petróleo y al gas.

Defensores del territorio presentes

Durante su paso por la Avenida Duque de Caxias, una manta destacó entre los miles de asistentes con una sola frase escrita: “¿Dónde está Julia Chuñil?”, en referencia a la desaparición de la defensora mapuche ocurrida hace más de un año en la región chilena de Los Ríos.

Su hijo Pablo San Martín Chuñil es quien sostiene la pancarta y explica su presencia en Belém: «Andamos difundiendo el tema de mi madre porque no queremos que quede impune, no queremos que quede como una persona más desaparecida”. Lo dijo a Mongabay Latam mientras recibía saludos de asistentes a la marcha que reconocían la ilustración de Chuñil junto a su perro, Cholito, con quien desapareció tras salir a buscar a un par de sus animales extraviados.

San Martín cuenta que fue invitado a la Cumbre de los Pueblos Rumbo a la COP30 para reflejar y recordar la situación de violencia que viven las personas defensoras del territorio en América Latina, en medio de las negociaciones climáticas.

“Para nosotros es muy importante estar acá y con diferentes pueblos indígenas para que este caso sea un ejemplo, que no queden más personas desaparecidas”, sostuvo el familiar sobre la región con mayores asesinatos de personas defensoras en el mundo.

La movilización y la exigencia de liberar a la Amazonía de la explotación de combustibles fósiles aumentó la presión hacia líderes mundiales que se alistan para una semana clave para las negociaciones climáticas a nivel global.

Imagen principal: la marcha por el clima movilizó a decenas de miles de personas en Belém, en medio de la cumbre climática. Foto: cortesía Artyc Studio @amarilismarisa

El artículo original fue publicado por Gonzalo Ortuño López en Mongabay Latam. Puedes revisarlo aquí.

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