
Ahora está en gira por todo el mundo para salvarlo, no la destrucción como hace su personaje Ethan Hunt, sino del aburrimiento. Tom Cruise lleva casi 30 años interpretando al agente secreto en la saga de películas “Misión imposible”, que este jueves estrena su nueva entrega: “Misión imposible: sentencia final”. Una aventura contra el reloj, donde personas dispuestas a todo con tal de salvar al mundo se enfrentarán a una inteligencia artificial desbocada.
No hay mucho que saber antes de ver la nueva “Misión imposible”; cada película de la saga está hecha para disfrutarse de manera independiente, aunque no hace daño saber que, como en la anterior cinta, Hunt tiene motivos personales para oponerse a las fuerzas antagónicas. Y claro, que no siempre querer salvar al mundo significa estar del lado de su propio país.
¿Es esta la última misión de Hunt? Tom Cruise no lo confirmará y la película [que ya vio este Diario] deja abierta la posibilidad a más secuelas. Consultado sobre el futuro de la saga, el actor solo dijo que esta cinta es la “culminación” de todo lo que ha pasado antes. Y también que tiene que verse en la pantalla más grande.
Los últimos años Cruise ha sido un férreo defensor de la experiencia en salas por sobre el streaming, que es su competidor. Mientras cada vez más gente prefiere quedarse en casa a ver la nueva serie o película de Netflix, este hombre quiere que compres tu popcorn y compartas con extraños una experiencia colectiva. Así lo hizo con el estreno de la secuela de “Top Gun”, que recaudó casi 1.500 millones de dólares.
Como elemento “vendedor” de estas películas está lo físico. Cruise insiste en hacer sus propias acrobacias por más riesgosas que estas sean. En “Sentencia mortal” (2023) saltó seis veces de un acantilado sobre una moto a toda velocidad; en “La sentencia final” se balanceó sobre el ala de un avión a toda velocidad a 2400 metros de altura.
Pero antes de que lo viéramos correr en la pantalla de un lugar a otro (literalmente), Cruise era uno de los actores con mayor rango de su generación. En “Risky Business” (1983) mostró su capacidad para la comedia; en “Entrevista con el vampiro” (1994) apareció como un ser etéreo, indescifrable; en “Jerry Maguire” (1996) llevó su talento a límites no vistos; en “Magnolia” (1999) rompió esquemas por su rol como un experto en citas de moral cuestionable. Y ni hablemos de “Tropic Thunder” (2008), donde aparece irreconocible, pero hilarante. Cuatro veces ha sido nominado al Óscar, cuatro veces ha perdido.
Los últimos años Tom Cruise se ha dedicado casi exclusivamente al cine de acción: “Jack Reacher” (2012), “Al filo del mañana” (2014), “La momia” (2017), etc. Ha elegido que el mundo vea solo un aspecto de su talento; sobre el porqué de esta decisión solo queda especular. Pero a sus 62 años (que no aparenta) todavía tiene más por ofrecer; allí está la película donde lo dirigirá el ganador del Óscar Alejandro González Iñárritu. “Es una película centrada en los personajes, montada sobre los hombros de Tom, y sabía que era la persona indicada”, contó el cineasta al portal Deadline desde el festival de Cannes. Su misión aún no ha terminado.