Jueves, Abril 10

Una de las preguntas que hacemos a los postulantes al Premio a las Buenas Prácticas en Gestión Pública es si el proyecto reduce las brechas de oportunidades entre mujeres y hombres. En general, la mayor parte de las respuestas son bastante discretas, o señalan que los proyectos no han sido originalmente diseñados para tal fin. Sin embargo, una respuesta que siempre recuerdo está vinculada a la puesta en marcha de una plataforma con pasarela de pagos en línea: “La solución tecnológica que brinda la plataforma es inclusiva y se extiende a todos los ciudadanos nacionales, extranjeros, sin distinción de raza, género u orientación sexual y otros, a su vez que es una plataforma gratuita, disponible en la versión web y ‘App’ y al alcance de todos los que requieran pagar tasas, tributos u otros conceptos…”. ¿La tecnología no discrimina?

Pensar que la tecnología es una herramienta neutra, universal e inclusiva por sí misma, es un error común entre quienes están automatizando y digitalizando procesos para incrementar la eficiencia, predictibilidad y transparencia a los servicios públicos. Las herramientas tecnológicas son producto de programaciones que parten de supuestos y creencias de quienes las diseñan. Incluso el uso de la inteligencia artificial para formular escenarios y generar mejoras en una web o una aplicación está supeditado a la información disponible y a las características de las personas que interactúen con ella. Y en nuestro país, existe mucha información que no se recoge y ciudadanos que, por diversas razones, no accederán a las plataformas.

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De acuerdo con la Enaho, para el cuarto trimestre de 2024, el 89,8 % de la población de 6 años a más accedió a Internet a través de un celular. Según lugar de residencia, el 91,2 % de la población usuaria en Lima Metropolitana, el 89,2 % del área rural y el 89,0 % del resto urbano accedió a Internet a través del teléfono móvil. Es posible que las personas mayoritariamente accedan a una plataforma pública desde su celular, pero, ¿el tiempo de interacción depende de su plan de datos y velocidad de conexión?, ¿existe un grupo de personas que, no teniendo Internet, tendrá que trasladarse a una oficina, o que aun teniendo un teléfono móvil no puedan hacer el trámite porque su conocimiento tecnológico es incipiente?

Por otro lado, según la Encuesta Nacional de Uso de Tiempo (ENUT) 2024, durante el día de semana, el tiempo promedio que las mujeres dedicaron al trabajo remunerado fue de 6.29 horas y los hombres de 8.41 horas; mientras que el tiempo empleado por las mujeres en el trabajo no remunerado fue de 5.07 horas y los hombres de 2.09 horas. ¿El mayor trabajo no remunerado afecta los ingresos disponibles para las mujeres?, ¿cómo ello se refleja en la tenencia de celulares y planes de datos para conexión a Internet?, ¿qué pasa en las familias monoparentales donde la jefa del hogar es una mujer?, ¿cuáles son las diferencias según edad, educación y lugar de residencia?

La tecnología debe ayudar a cerrar las brechas existentes y no profundizarlas; un desafío que toda entidad pública debe ser capaz de enfrentar para que nadie quede fuera.

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