Domingo, Mayo 19

MIRA: Amnistía Internacional: Rusia permite crímenes de guerra y degrada los derechos humanos

En América, alerta el estudio, la mayoría de países carecen de sistemas sólidos que garanticen la protección de sus ciudadanos, resaltando cómo “las autoridades siguen violando el derecho a la vida, a la libertad, a un juicio justo y a la integridad física, y la detención arbitraria es una práctica generalizada”.

Mientras que en el Perú las autoridades “debilitaron instituciones públicas como como la Junta Nacional de Justicia, el Tribunal Constitucional, la Defensoría del Pueblo y el Ministerio Público, lo cual ha puesto en peligro el acceso de toda la población a la justicia y al ejercicio de sus derechos humanos”.

Durante el 2023, además, cuatro defensores ambientales fueron asesinados en nuestro país y las medidas de protección integrales para ellos brillan por su ausencia, convirtiendo al Perú en una de las naciones más peligrosas de la región para estos activistas.

El Comercio conversó con Marina Navarro, directora de Amnistía Internacional Perú, sobre los aspectos más preocupantes del reciente informe.

– ¿Cómo calificaría la situación global?

No es muy alentadora. Ha habido una escalada de los conflictos que ya existían, que además se han incrementado, se han multiplicado. Desde Amnistía Internacional hemos estado reportando al menos 15 conflictos en los que hay indicios de crímenes de guerra.

Y frente a este panorama, lo que hemos visto es que tanto los líderes mundiales como las instituciones globales, lo que han hecho ha sido darle la espalda a los derechos humanos y poner en jaque el sistema multilateral que se creó después de la Segunda Guerra Mundial, en 1945. Podría darte un ejemplo muy claro de esto.

– ¿Cuál es?

La escalada que comenzó Hamas el 7 de octubre del año pasado atacando a Israel, con más de 1.200 personas que fallecieron y más de 250 tomados como rehenes. Lo que posteriormente se dio son unos ataques indiscriminados del gobierno israelí contra la franja de Gaza, en los que hubo grandes indicios que cada vez aumentan sobre crímenes de guerra, y en el que han muerto 33.000 personas, dos tercios de ellas mujeres, niñas y niños. Además, 1,9 millones de personas, prácticamente toda la población de Gaza, ha sido desplazada.

Y frente a esta situación en la que se han bombardeado hospitales, residencias, centros educativos de Naciones Unidas, y se ha atacado a personal humanitario, lo que ha hecho EE.UU. como su máximo aliado ha sido seguir proveyendo a Israel de municiones y utilizando de manera indiscriminada su derecho a veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, lo que ha bloqueado durante todos estos meses una resolución de alto al fuego.

Ese es un ejemplo de cómo se está utilizando el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. O como países como Reino Unido o Alemania mantienen un doble rasero, mientras que con justa razón denuncian los crímenes de guerra de Rusia en Ucrania, de la misma manera le dan la espalda o en muchos casos apoyan lo que está haciendo Israel y su socio EE.UU. en Gaza.

Más de 34 mil personas han muerto en la franja de Gaza producto de la guerra entre Israel y Hamas, según las autoridades del enclave palestino.

– Sudáfrica denunció a Israel ante la Corte Internacional de Justicia por un presunto genocidio, ¿eso resume de alguna forma el punto que se ha alcanzado a nivel global?

Sí, y que realmente pues estas potencias mundiales, por llamarlo de alguna manera, que surgieron después de la Segunda Guerra Mundial y que instauraron este sistema de Naciones Unidas con el Consejo de Seguridad, con el derecho a veto de los cinco ganadores, está realmente ahora mismo en jaque, está viendo cómo realmente está perdiendo toda su vigencia y capacidad de acción. La Asamblea de Naciones Unidas ha votado en diferentes ocasiones, pero puesto que esto siempre pasa al Consejo de Seguridad y ahí tienen veto diferentes países que solo actúan dependiendo de sus propios intereses geoestratégicos y no de acuerdo a los derechos humanos, hace que se veten muchas resoluciones. En el 2023 se ha llegado a ver estos extremos, porque podemos hablar también de otro país como China que sigue reforzando o al menos apoyando a países que están cometiendo también crímenes de guerra como son Rusia o Myanmar.

“Vemos cómo están falleciendo personas debido a la hambruna en Gaza y estamos viendo también como el hecho de que se esté atacando a trabajadores humanitarios de organizaciones de la sociedad civil”

– En el conflicto entre Israel y Hamas hubo una gran polémica por la presunta relación de trabajadores humanitarios de la ONU con el grupo terrorista. ¿Esto cómo afecta al trabajo del lado humanitario?

Pues precisamente hoy (miércoles) se ha presentado un informe de las Naciones Unidas respecto a sus trabajadores e Israel no presentó ninguna evidencia de que personal haya tenido ningún vínculo con Hamas. Pero esto ya ha afectado porque muchos donantes retiraron su apoyo en un momento en el que la ayuda humanitaria era clave para evitar la hambruna, que lamentablemente ya está asomando. Ya vemos cómo están falleciendo personas debido a la hambruna en Gaza y estamos viendo también como el hecho de que se esté atacando a trabajadores humanitarios de organizaciones de la sociedad civil hace que sea cada vez más complejo llevar ayuda humanitaria en una situación realmente desesperada.

Pero esto también está sucediendo en Sudán, un conflicto del que se habla muchísimo menos, y que ha tenido solo el año pasado 8 millones de personas desplazadas, una hambruna asomándose y sin que llegue la ayuda humanitaria. Entonces esto cada vez está afectando más al sistema internacional de ayuda humanitaria, tanto de las agencias multilaterales como de las propias organizaciones de la sociedad civil.

Hablemos de la guerra entre Rusia y Ucrania, ¿cuáles han sido los hechos más alarmantes que han podido registrar durante el 2023?

Debido a la persecución que sufren los defensores de derechos humanos en Rusia es difícil poder tener un escrutinio en el propio terreno. Pero hemos recibido reportes de niños y niñas que han sido llevados a Rusia para ser adoptados. Son niños y niñas a los que consideraban rusos de origen, pero que realmente son de Ucrania. También nos reportaron desde Crimea cómo se está utilizando el sistema educativo para que las minorías no rusas tengan cada vez más interiorizada la cultura rusa; es decir, le están negando a los niños el derecho a su propia identidad para que vayan adoptando esas identidades rusas.

Hemos tenido también muchas denuncias de tortura, de malos tratos hacia prisioneros, incluidas ejecuciones sumarias a prisioneros ucranianos por parte del Ejército ruso. También hemos tenido reportes de ataques a infraestructuras civiles básicas para el suministro de energía, como presas eléctricas, de suministro de agua, ataques directos a la exportación de campos de trigo y otras infraestructuras, en los que se viene acumulando evidencias de crímenes de guerra que cada vez aumentan por parte de Rusia en Ucrania.

– ¿Y dentro de la propia Rusia cuál es la situación?

La represión que sufren los defensores de derechos humanos es grave, se está cerrando el espacio cívico, cualquier crítica al gobierno es inmediatamente silenciada y decenas de personas están siendo detenidas y encarceladas con penas privativas de libertad de larga duración simplemente por criticar al gobierno o por levantar la voz en contra del conflicto con Ucrania.

“Se está deteniendo a defensores, se está deteniendo a periodistas, solo por criticar las acciones del gobierno, pero no es solo en Rusia”

Cuestionar siquiera la estrategia que sigue el gobierno de Putin es considerado una traición al estado en Rusia actualmente …

Bajo los nuevos lineamientos, efectivamente. Y eso es considerado un crimen que tiene penas privativas de libertad. Se está deteniendo a defensores, se está deteniendo a periodistas, solo por criticar las acciones del gobierno. Pero realmente no es solo en Rusia, si me permites, porque una de las preocupaciones de este informe es justo el cierre del espacio cívico, que se está dando mucho también en la región de las Américas.

– ¿En qué países especialmente?

En países como El Salvador o Nicaragua. En El Salvador cada vez se están levantando más voces en contra del gobierno y lo que está haciendo este es reprimir y criminalizar a esas voces. En Nicaragua, posiblemente el caso más extremo en la región, solo el año pasado se cerraron 2.000 organizaciones de la sociedad civil, entre ellas la Universidad Centroamericana, o incluso se han confiscado los bienes de la Cruz Roja. Se ha llegado a una situación realmente alarmante. Y en Venezuela también, aún más a principios del 2024, mediante una serie de legislaciones que tienen como propósito cerrar organizaciones de la sociedad civil, hacerlas inoperativas, expulsar a varias personas como los trabajadores del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los derechos humanos, además de las detenciones. Estas últimas se han incrementado de cara a las elecciones de julio.

Entonces la libertad de expresión, la libertad de asociación está en peligro en muchos países, sin hablar de México y lo peligroso que es ser periodista allá porque se sigue asesinando a periodistas sin que las medidas de protección tengan realmente efecto.

– El gobierno de Bukele ha reconocido que se detuvo a miles de inocentes durante su guerra contra las maras, pero asegura que es un daño colateral. Lo más curioso, quizás, es el enorme apoyo con el que aún cuenta su gobierno, ¿qué refleja esa situación?

Desde Amnistía Internacional hemos mostrado nuestra preocupación y se la hemos hecho llegar al gobierno, porque ellos hablan de “algunos casos” pero son miles de personas que han sido detenidas arbitrariamente, y muchas otras están muriendo en custodia. Pero en un país en el que existe esta concentración de todos los poderes pues es muy difícil que se pueda siquiera criticar. Es complicado que en el propio país pueda haber voces críticas que puedan mostrar un discurso diferente al que las propias autoridades están dando a conocer.

– Ecuador también ha lanzado una guerra contra el crimen. ¿Qué opina de esa decisión y qué riesgos acarrea?

Vemos con mucha preocupación la situación de Ecuador, en el que sin duda ha habido un incremento de la violencia. Desde AI pensamos que se debe combatir la delincuencia común y la violencia en las calles que enfrentan muchos países de la región, incluido Ecuador. Pero se debe hacer respetando los derechos humanos, porque sino terminamos en situaciones mucho más graves. La experiencia de muchas décadas muestra que cuando el ejército entra a formar parte del combate a la delincuencia común se terminan violando de manera generalizada los derechos humanos.

¿Ello sucede siempre?

Los ejércitos están preparados para la guerra, están preparados para defender la soberanía de los países por si reciben algún tipo de ataque. Es un entrenamiento para la guerra. Cuando llevas a personas preparadas para la guerra a una situación en la que la inmensa mayoría es población civil, quienes terminan siendo las víctimas son esos civiles que están allí. Y entonces termina habiendo esos efectos que llaman colaterales, que realmente son pérdidas de muchas vidas humanas.

Colombia, Brasil y Perú son tres países donde resulta muy peligroso ser un activista medioambiental, ¿en el 2023 la situación cambió o continúa?

Lamentablemente seguimos manteniéndonos como uno de los países más peligrosos de la región para defensores ambientales. Y cuando digo esto quiero decir del mundo, porque esta es una de las regiones más peligrosas para los defensores ambientales. El año pasado, solo en el 2023, al menos los que tenemos reportados, cuatro defensores fueron asesinados (en el Perú) solo por el hecho de defender el medio ambiente, los ecosistemas, el bosque. Estamos hablando de líderes indígenas. Y esto ocurre cuando uno de ellos, por ejemplo, tenía medidas del mecanismo de protección de personas defensoras que claramente no fueron suficientes.

El Estado Peruano tiene pendiente implementar un mecanismo eficiente y que sea legalmente vinculante. De ahí la importancia del acuerdo de Escazú que el Congreso no ha querido ratificar. Es clave porque el acuerdo de Escazú como tratado internacional tendría un rango de ley en el cual obligaría a las instituciones, a todos los sectores, incluido el Ministerio de Interior a tener un protocolo actualizado, entender lo que es una persona defensora, entender las medidas con un enfoque intercultural, puesto que cuando tú atacas a una persona defensora de un pueblo indígena, estás atacando a toda la comunidad, estás poniendo en jaque todo el territorio, su ecosistema de supervivencia y también su sistema de organización.

El último viernes tuvimos que lamentar otra vez el asesinato de un guardaparques indígena en Madre de Dios y tenemos que seguir lamentando todas estas muertes sin que se tomen las medidas necesarias para su protección.

– En el Perú las instituciones públicas encargadas de proteger a la ciudadanía no han podido hacerlo, según su informe.

Sí, hay un debilitamiento clarísimo de las instituciones, cada vez mayor y se ha dado especialmente en el 2023. Una de las cosas que analizábamos haciendo el balance en el Perú es que la impunidad ha sido un rasgo característico a lo largo de todo el año. Tenemos mucha impunidad en los casos de violencia sexual, hablamos de un incremento de feminicidios, de violencia de género, de violencia hacia las relaciones, hacia niños y adolescentes. Sigue habiendo impunidad en los casos de las muertes por la represión que hubo el año pasado durante las protestas, sigue habiendo impunidad también en los casos de las mujeres trans, asesinatos por crímenes de odio. Entonces esta falta de respuesta, esta impunidad ante las violaciones de los derechos humanos hace que estos lamentablemente se sigan reproduciendo.

– Un panorama bastante desolador el que enfrentamos…

Pero ante este panorama duro, creo que la sociedad civil en todo el mundo ha estado reaccionando. Y ahí es donde podemos ver este rayito de esperanza, notando a estas miles de personas en todo el mundo que han salido a pedir que se liberen a los rehenes de Hamas, que han pedido un alto al fuego en Israel, que han salido a defender los derechos de las mujeres, de las niñas, de la población LGTBIQ. Creo que estos espacios de movilización nos hacen tener un rayo de ilusión. Y si bien muchas autoridades y líderes mundiales han dado la espalda a los derechos humanos, la ciudadanía no lo ha hecho y sigue peleando para que los DD.HH. se cumplan.

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