La revolución de la tecnología 5G llegará al Perú en el 2026, y la minería debería ser una de las primeras industrias en capitalizar esta gran oportunidad.
Esto, como consecuencia de la reciente adjudicación de cuatro bloques del espectro radioeléctrico (de 100 MHz cada uno) para el despliegue de dicha red móvil, la cual se implementará de forma gradual a lo largo del próximo año.
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5G
Y es que si bien hay algunas minas con tecnología 5G (como Las Bambas), se trata de “un despliegue incipiente” que depende enteramente de una red central 4G ya existente, explica Carlos Huamán, director de DN Consultores.
“Hasta ahora no había 5G propiamente dicho en las minas porque eso requiere un ancho de banda de 100 MHz, pero tras la licitación efectuada en setiembre sí vamos a tener todo el potencial del 5G desplegado en el país”, señala el especialista.
Se trata, agrega, de una tendencia que va a tener una respuesta inmediata de la minería en el Perú por su impacto en la cadena de valor y el cumplimiento de los objetivos estratégicos de las empresas mineras.
De acuerdo al informe ‘Impacto de las soluciones móviles avanzadas en el segmento empresas: Minería 4.0 y Banca 4.0”, la revolución del 5G permitirá expandir de forma exponencial el impacto de las tecnologías en tres áreas específicas de la cadena minera: la productividad, en primer lugar, la seguridad, en segundo lugar; y la sostenibilidad.

Esto, debido al superior desempeño de la tecnología 5G respecto al 4G, expresado en mayor velocidad (20 veces más), densidad (número de equipos conectados) y latencia (rapidez de la señal).
Así, una red 4G puede sostener hasta 10 dispositivos en una misma antena, mientras que una red 5G puede sostener hasta un millón.
Esto permite, explica DN, una mejor utilización de la tecnología en las minas, como el manejo de los grandes camiones autónomos o la implementación de centrales de control remoto con WiFi para minería subterránea, la cual tiene el potencial de reducir los accidentes en 8% por cada millón de horas trabajadas.
Pero el impacto más importante, anota Huamán, se dará en el área operativa, la cual es “una de las áreas funcionales más importantes en una mina”.
Y es que una mejora en la productividad implica una “mayor reducción en el costo unitario por onza o tonelada”, y eso puede permitir que “ciertos yacimientos que no eran rentables con costos unitarios mayores ahora sí lo sean”, señala.
Esto posibilitará, añade, que la minería peruana recorte distancias en materia tecnológica con su par de Chile, donde la asignación de bandas 5G se llevó a cabo hace dos años.
Por lo demás, apunta que las minas peruanas no tendrán mayores apuros para ingresar de lleno al 5G porque ofrecen “un caso de sostenibilidad económica para los operadores”.
El reto, refiere, será el cómo satisfacer las expectativas de las comunidades de sus respectivas áreas de influencia.
“Para eso existe la posibilidad de hacer un despliegue de redes móviles a través de incentivos regulatorios”, indica.




