
LEE TAMBIÉN | Frustran presunto ataque ‘incel’ en Francia: se reaviva la polémica en torno a un movimiento misógino alimentado por Internet
Críticas y miedo
Le ley fue aprobada a pesar de las dudas y negativas, no solo de los demócratas, sino también de un sector del propio Partido Republicano. Tan divisiva era la iniciativa del mandatario estadounidense que supuso un punto de desencuentro irreconciliable con Elon Musk y fue una de las principales razones del distanciamiento entre ambos.
Newsletter Vuelta al Mundo
“Lo siento, pero no puedo soportarlo más. Este proyecto de ley del Congreso lleno de gastos superfluos es una abominación repugnante”, escribía el multimillonario exasesor de la Administración Trump hace un mes en X.
La deuda pública de Estados Unidos asciende a 36,2 billones de dólares en total y se calcula que la aplicación del plan de Trump añadiría otros 3,3 billones, bastante por encima de los 2,4 billones de dólares que calculaba el proyecto de ley republicano.

Según indicaba The New York Times a fines de junio, tales estimaciones no tenían en cuenta costos adicionales de endeudamiento, por lo que le deuda generada podría ascender hasta los 4 billones de dólares. Uno de los grandes temores que hay en torno a la ley de presupuesto es que termine por llevar a que la deuda pública se duplique en los próximos 10 años en un escenario pesimista.
¿Qué señala la ley?
La “Gran y Hermosa Ley” de Trump busca sumar una enorme inversión para sus planes militares y de lucha contra la inmigración.
Se calcula que la inversión en seguridad nacional sería de unos 350.000 millones de dólares, siendo uno de sus proyectos emblemáticos la creación de la llamada Cúpula Dorada, un sistema de defensa inspirado en el escudo antimisiles de Israel conocido como la Cúpula de Hierro.
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y otras entidades relacionadas serán algunos de los principales beneficiarios del gasto, pues el gobierno destinará 80.000 millones de dólares a reforzar el sistema de control migratorio.

Es de esperar que estas agencias incrementen considerablemente su número de efectivos y el ICE recibiría una partida cercana a los 30.000 millones de dólares y otros 46.000 millones estarían destinados a la construcción del muro fronterizo que Trump ha prometido desde su primer gobierno, además de la gestión y vigilancia de este sistema de seguridad fronteriza.
El plan económico prevé también recortes de diversos impuestos como los que gravan las propinas y horas extras de los trabajadores, además de dispensas para los adultos mayores que ganen un monto menor a 75.000 dólares al año.
Los republicanos afirman que la reducción de impuestos fomentará el crecimiento económico, lo que haría viable el endeudamiento.
Por contrapartida, la gestión de Trump espera que todo ese enorme gasto se vea compensado con una serie de recortes fiscales en diversos programas de gobierno, entre ellos algunos de gran importancia social.
El programa de seguro de salud Medicaid sería uno de los principales afectados junto al SNAP, programa que entrega cupones de alimento destinados a la población de bajos recursos.
Las estimaciones señalan que casi 12 millones de los 70 millones de beneficiarios de Medicaid quedarían fuera del programa y sin cobertura de salud con la medida, siendo esencialmente afectada la población más pobre.
Sin unanimidad y en medio de dudas
La nueva ley de presupuesto estadounidense es hasta ahora una de las medidas que ha generado mayor división al interior del Estado. El proyecto fue aprobado por el Senado en una votación de 51-50, que solo se resolvió con el voto dirimente de JD Vance, vicepresidente y hombre de confianza de Donald Trump.
Pese a la insistencia y presión del jefe de Estado, tres senadores republicanos votaron en contra de la iniciativa: Susan Collins, Thom Tillis y Rand Paul.
En la Cámara de Representantes del Congreso la votación fue estrecha también y se resolvió con una diferencia de 218-214 votos. Pese a que un grupo de legisladores de la cámara baja tampoco se mostraba convencido de aprobar la medida, terminaron cediendo a las demandas de Trump, ansioso por promulgar la ley en medio de las celebraciones del 4 de julio, Día de la Independencia.

Thomas Massie y Brian Fitzpatrick fueron los únicos representantes republicanos que votaron en contra, pese a que los asesores de Trump intentaron convencer uno a uno a todos los legisladores dubitativos hasta el último momento.
La aprobación de la “Gran y Hermosa Ley” no solo es considerada una victoria para el gobernante estadounidense frente a sus rivales demócratas, sino también una nueva muestra de poder dentro del Partido Republicano. No obstante, también confirma que la agrupación oficialista tiene algunas grietas.
Para Enrique Banús, analista internacional y director del Centro Cultural de la Universidad de Piura, el impacto de imponer la aprobación del presupuesto entre los republicanos no necesariamente puede afectar su posición actual, pero sí puede tener consecuencias en el mediano plazo de su gestión.
“Grietas ha habido antes en algunas decisiones, no es nuevo y también es normal que dentro de un partido grande como el republicano, y también el demócrata, haya sensibilidades diversas”, explica el internacionalista.
A pesar de ello, el magnate republicano sigue demostrando que por ahora su discurso sigue siendo, en última instancia, casi incuestionable en el interior de su partido.

“Hay una contestación fuerte, pero ya estamos viendo que ese es el método Trump cuando se propone un objetivo. Cualquier reserva es aparcada totalmente y funciona a base de amenazas. Al final lo ha conseguido, pero esto sí puede tener un precio por parte de los electores”, comenta Banús.
“Trump en algún momento dijo que los congresistas debían votar a favor porque si no se terminaba la carrera política de estos, cosa que evidentemente al final no depende de él, pero es una amenaza fuerte”, agrega.
La reserva de ciertos miembros del Partido Republicano se sitúa en torno a las elecciones de medio término de Estados Unidos programadas para noviembre del 2026, en la que son elegidos los 435 integrantes de la Cámara de Representantes y entre 33 y 34 escaños del Senado.
Cuidado con el bolsillo y la economía
Afectar a un sector de su electorado con los recortes, así como la oposición del incremento por parte de un sector de los votantes republicanos son temores de los postulantes al Poder Legislativo estadounidense. Así lo entiende Francisco Belaunde, internacionalista y docente en la Universidad de Lima y la Universidad San Ignacio de Loyola.
“Obviamente esto va a tener impacto político, porque efectivamente hay sectores que se van a ver afectados por el retiro de varias ayudas como Medicaid. Se vienen las elecciones legislativas el próximo año y es muy posible que esto vaya a impactar en el apoyo al Partido Republicano”, sostiene Belaunde.
“Muchos republicanos lo saben y por eso están muy nerviosos, por lo que creo que esta ley puede ser una especie de búmeran político para Donald Trump”, añade.
Belaunde coincide con Enrique Banús en que la coacción ha sido uno de las principales vías de convencimiento que ha tenido el líder republicano de cara la aprobación de su ley y menciona que los comicios de medio término fueron una carta útil para el jefe de gobierno para anunciar con pompa la aprobación de su presupuesto.
“Él presiona en gran parte con el tema de la campaña por el lado del financiamiento a aquellos congresistas republicanos que quieren ir a la reelección el próximo año”, explica Belaunde.
Independientemente de lo anterior, la posición de fuerza de Trump estará condicionada por el éxito de su programa económico en opinión de los especialistas. Las encuestas han comenzado a mostrar un descenso en la aprobación del mandatario y sus correligionarios temen que un retroceso en la economía pueda ser decisivo en las elecciones legislativas.
“Si se ve que a nivel económico la situación en Estados Unidos comienza a resquebrajarse, se ve que la inflación comienza a aumentar y que —aunque todavía no sabe mucho— se puede llegar a una recesión, eso evidentemente va a limitar y debilitar a mucho más a Donald Trump”, finaliza Belaunde.