
“Son gigantes, como un perro peruano obeso”, así describe el fotógrafo Santiago Romaní a las nutrias gigantes. En 2022, en su viaje al Área de Conservación Imiria, un área protegida en la región Ucayali, en la Amazonía centro-este de Perú, vio a los gigantes acuáticos de río. Ese mismo año, la administración del área confirmó la presencia de esta especie en un canal que conduce a la laguna Chauya, un humedal que forma parte de la zona protegida.
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El ACR Imiria señaló que el avistamiento de nutrias gigantes (Pteronura brasiliensis) es un logro, porque representa “la salud del ecosistema fluvial y la alta densidad de peces en la zona”. La especie no había sido vista en el lugar desde 2017. “Como depredador desempeña el rol de mantener las poblaciones de peces en equilibrio y como atractivo turístico es una de las especies más encantadoras que existe para los visitantes”, dijo Juvenal Silva, gerente de Programas de Sociedad Zoológica de Frankfurt – Perú.
La nutria gigante es la más grande de las tres especies de nutrias del mundo. El macho alcanza entre 1.5 a 2.4 metros de longitud y la hembra mide entre 1.5 y 1.7 metros, aunque es la más pesada porque alcanza entre 22 y 32 kilos. La especie es endémica de Sudamérica y vive principalmente en ríos, lagos y humedales. Actualmente está catalogada en peligro crítico, según la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

La poca población de la especie y el peligro en el que se encuentra motivaron a un equipo de más de 50 científicos de doce países de Sudamérica a trabajar en la identificación de las zonas prioritarias para la conservación del gigante de río.
“La priorización de zonas de conservación es una estrategia que se usa para identificar la distribución de una especie amenazada y determinar acciones de protección. Ya se ha realizado esto con otros animales, como el jaguar, el tapir y el oso andino”, señaló Rob Wallace, director del Programa de Conservación del Paisaje del Gran Madidi-Tambopata de Wildlife Conservation Society (WCS) Bolivia.
Wallace lideró el equipo de científicos que recientemente publicó la evaluación donde han establecido 22 zonas de conservación para las nutrias gigantes.

Zonas prioritarias
El estudio señala que el área de distribución histórica de la nutria gigante es de 9 021 590 kilómetros cuadrados, pasando por doce países en Sudamérica: Argentina, Bolivia, Colombia, Ecuador, Guayana Francesa, Guayana, Paraguay, Perú, Surimán, Uruguay y Venezuela. Además, el 35.3 % del área donde se encuentra está protegida por ley.
“En el Perú, el lobo de rio se encuentra en las regiones a Amazónicas, pero principalmente dentro de las áreas naturales protegidas, siendo los lugares con mayor número de avistamientos el Parque Nacional del Manu, la Reserva Nacional Tambopata y el Parque Nacional Bahuaja Sonene. Sin embargo, en algunos sectores principalmente de Tambopata y Bahuaja Sonene los grupos familiares están siendo desplazados por la extracción de oro”, dijo Juvenal Silva, quien también conformó el equipo de investigación sobre la nutria gigante.
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Para identificar las unidades prioritarias de conservación de la nutria gigante, los científicos usan información histórica, recopilación de relatos locales e ingresos a campo para determinar la presencia de la especie en los ríos. Tras una recopilación de datos de tres años, de 2015 a 2018, y una reunión presencial para la sistematización de la información, se determinó la existencia de 36 zonas en Sudamérica donde se encuentran los gigantes del río.

Sin embargo, por la cercanía de ríos y grupos familiares de nutrias, se sintetizó en 22 unidades prioritarias, donde se agrupan más de 80 cuencas fluviales en doce países. Estas zonas tienen diferentes tamaños, algunas son pequeñas como Cuareim-Arandi, de solo 1367 kilómetros cuadrados, y hay otras enormes con 829 152 kilómetros cuadrados en la región llamada Escudo Guayanés de Brasil, Colombia, Guayana Francesa, Guyana y Surinam.
Rob Wellace explicó que para determinar una unidad de conservación se han identificado grupos familiares de nutrias. “Una de las más grandes está en Perú, con 250 individuos de la especie en un mismo lugar”, dijo a Mongabay Latam.
Los científicos establecieron tres clases de tamaño de población de nutrias gigantes: tipo I, tiene más de 250 individuos adultos reproductivos; Tipo II, con más de 50 reproductores; y el tipo III, con menos de 50 adultos.

Faltan más estudios
Los científicos han logrado obtener información del 62.79 % del polígono de distribución histórica. Es decir, se han identificado la presencia de la nutria gigante en 3 971 303.92 kilómetros cuadrados (44.02 %) y se reconoce la ausencia de esta especie en 1 693 352.44 kilómetros cuadrados (18.77 %).
Sin embargo, no han logrado tener información sobre un espacio de 3 356 933.64 kilómetros cuadrados porque hace falta de expertos en esas zonas.
“Nos hacen falta más estudios sobre la nutria gigante. No hemos podido determinar si en ese rango no existe la especie o simplemente no hay expertos que hagan la evaluación”, señaló Rob Wellace, líder del proyecto. Hay una falta de información particularmente notable en Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia y Perú.


Wallace señaló que será un reto para la comunidad científica trabajar en estas áreas donde hace falta evaluar la presencia de las nutrias gigantes.
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Urge una protección
“Las nutrias tienen fama de voltear los botes. Si las ves no debes acercarte a ellas, debes alejarte o espantarlas. Avanzan en manada y no son muy cariñosas”, dice el fotógrafo Romaní. Esta es la versión más frecuente que se escucha de la nutria en la Amazonía peruana, tanto en comunidades indígenas como locales.
Los humanos no suelen interactuar mucho con las nutrias gigantes por este mito. Estos animales son carnívoros, sociales y ruidosos cuando están en el curso del agua. Además, de ser fácilmente visibles, en especial cuando están en grupo.

La especie ha enfrentado varias amenazas para su supervivencia. En la década de 1960, la caza por la piel de la nutria era el principal problema, que casi la llevó a la extinción. La implementación de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) desde 1973 ha reducido la caza considerablemente.
Pero en la actualidad las amenazas a esta especie están más ligadas a la pérdida de la cobertura forestal y cuerpos de agua, como la contaminación por mercurio y petróleo que provocan las actividades extractivas.
“El estudio va a ser presentado a los doce gobiernos para que puedan conocer las zonas priorizadas y así tomar decisiones en favor de la conservación de la nutria gigante”, anotó Rob Wellece.
Imagen principal:La presencia del lobo de río representa la salud del ecosistema acuático. Foto: Daniel Rosengren / FZS
El artículo original fue publicado por Geraldine Santos en Mongabay Latam. Puedes revisarlo aquí.
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