
A lo largo de la historia, las personas han buscado maneras de desconectar de los agobios del día a día,. El escapismo es un fenómeno atemporal y una necesidad humana. Sin embargo, en un contexto donde la normalidad actual es sinónimo de niveles altos estrés, la imperante necesidad de productividad y la sensación de vivir al límite permanentemente, este fenómeno ha cobrado una relevancia sin precedentes.
Ya sea a través de la tecnología, el entretenimiento, el bienestar, los bienes de lujo o el turismo -es decir, todo lo que pueda proporcionar distracción y alivio temporal- la economía del escapismo se ha consolidado como una parte indispensable del consumo moderno. Incluso con presupuestos planeados y asignados, no residuales u opcionales como era antes.
Se estima que en la actualidad el valor total de esta económia representa US$9,7 trillones y que en 3 años crecerá en más de 40%; en este contexto, el modo escape representa una oportunidad para todas las marcas (Fuente: “The Truth about Escapism” de McCann-Truth Central, 2024). No es exclusividad de las lineas áreas, hoteles o turismo como se podría pensar. Al ser una necesidad humana, relevante y en aumento, cualquier marca puede capitalizarla, y si no lo hace, su ‘target’ terminará escapando con alguien más. Aplica la misma lógica del ‘share of pocket’, en versión ‘share of escapism’. Un ejemplo simple: si alguien tiene S/30, los puede gastar en un pollo a la brasa, una manicure o en el cine. El presupuesto está, el quid del asunto es el “qué”.
El mismo estudio citado anteriormente señala cuatro formas en la que las marcas pueden aprovechar esta tendencia:
Alivio Micro: Aquí entran opciones cotidianas, fáciles y accesibles. Desde chocolates, comida rápida, alcohol, una rutina de 10 minutos de ‘skin care’; hasta videojuegos o ‘scrollear’ tiktoks media hora antes de dormir (Dato: 6 de cada 10 peruanos se conecta a Internet para escapar de su realidad). Son pequeñas gratificaciones que relajan y descomprimen.
Alivio Macro: Requiere un mínimo de planificación. Aplican categorías de entretenimiento como el cine, los parques temáticos, los casinos o incluso un fin de semana fuera de Lima. Son experiencias inmersivas que ayudan a desconectar de manera más profunda y recargan para seguir.
Renovación Micro: Tiene que ver con inspirar momentos de auto descubrimiento y conciencia personal, generan pequeños avances en el estilo de vida. Por ejemplo, la hora diaria de salir a correr, ir al gimnasio o la sesión de terapia con el psicólogo. Al igual que los alivios micro, son breves y accesibles; pero, el foco tiene que ver con la renovación personal, más que el alivio.
Renovación Macro: Es lo relacionado a experiencias transformadoras e implican mucha planificación. Desde un viaje familiar al extranjero, un mes mochileando por sudamérica hasta el ansiado año sabático (el nivel más alto de escapismo). También aplica todo lo que tiene que ver con aprender algo nuevo o adoptar un hobby. Es decir, lo que impacte de forma trascendente en la vida.
Como podemos ver, las posibilidades son infinitas. El escape es la forma de sobrevivir en los tiempos de hoy, es lo que nos permite “regresar” a nuestra vida y seguir. Las marcas que sepan leer y conectar con esta realidad, lo podrán capitalizar a su favor. Y lo más importante: todas juegan.