viernes, diciembre 5

Todos los caminos condujeron ayer al estadio Monumental de Ate. La Av. Javier Prado, con un tráfico habitual al que a diario padecemos los limeños, lucía de verde, rojo y negro por las camisetas de los hinchas de Palmeiras y Flamengo, que abarrotaron autos y buses para llegar a la final de la Copa Libertadores.

Desde las primeras horas de la mañana, carros, minivans y unidades del corredor rojo pasaban por la Av. Javier Prado llevando a ‘torcedores’ brasileños. Grupos de cuatro y seis personas viajaban en taxis, mientras que los conjuntos más numerosos iban en buses contratados especialmente para la fecha.

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Algunos aficionados optaron por tomar el corredor luego de consultar con ciudadanos peruanos y orientadores de la ATU sobre cómo funciona este servicio. Cuando un hincha reconocía desde su ventana a otro simpatizante de su club, los gestos y gritos entre ellos eran inmediatos.

Al mediodía, en las avenidas más cercanas al estadio Monumental —Javier Prado Este, La Molina, Huarochirí y Separadora Industrial—, los vehículos circulaban a velocidades entre 4 y 11 km/h, según la plataforma Waze.

El óvalo Huarochirí y el parque en medio de la avenida homónima fueron tomados por completo por los ‘torcedores’, que colocaron sillas y parlantes a todo volumen para celebrar como si estuvieran en Brasil. Vendedores ambulantes de cerveza, alimentos, posters y otros objetos aprovechaban la oportunidad. También se observaba a asistentes neutrales, principalmente con camisetas de la selección peruana o de Universitario de Deportes.

La llegada e ingreso de los hinchas al coloso de Ate

Los primeros aficionados llegaron a las 10:30 de la mañana a las afueras del estadio Monumental y esperaron hasta el mediodía para ingresar. El Comercio conversó con algunos de ellos sobre su experiencia en el país.

Marcos llegó el 20 de noviembre a Lima y, para llegar hasta Ate, leyó un informe de El Comercio para salir de Miraflores hasta la Av. Javier Prado Este y llegar en ómnibus hasta el óvalo Huarochirí. La ruta le tomó una hora.

Sergio, Igor y Roberto llegaron en avión a Lima luego de hacer escala en Bogotá. Se hospedaron en Miraflores y tardaron 45 minutos en llegar a Ate. Reconocieron también que los peruanos han sido carismáticos y receptivos con los brasileños. Por su parte, Daiana contó a El Comercio que llegó con su pareja en una hora a través de un taxi que les cobró 50 soles desde Barranco.

Guillermo tuvo una travesía mayor a la de sus compañeros, pues hoy llegó a Lima desde Toronto para ver a su Palmeiras y desde el aeropuerto Jorge Chávez pidió un Uber. “Mil dólares”, nos respondió cuando le preguntamos sobre lo que gastó en total solo en viajes.

No faltaron las confusiones y preguntas de los hinchas brasileños sobre cómo y por dónde acceder a las tribunas del estadio correspondientes según sus e-tickets. Más de un hincha de Flamengo que bajó en el óvalo Huarochirí tuvo que dar la vuelta por Separadora Industrial para ingresar a la Av. Javier Prado Oeste y llegar a la tribuna norte, destinada para los hinchas del ‘Mengao’.

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El resguardo de los asistentes estuvo a cargo de más de 1.640 efectivos de la Policía Nacional del Perú (PNP), que estuvieron a cargo del control de accesos, la vigilancia perimetral y el patrullaje preventivo. Asimismo, hubo personal de serenazgo de las municipalidades de Ate y La Molina.

A las 2 p.m. en el óvalo Huarochirí, la policía montada exhortó a los hinchas que tenían una entrada a ingresar al estadio Monumental y abandonar las veredas para controlar el orden público.

Ventas y reventas

Cerca del primer control de tickets a cargo de la PNP y el personal de la Conmebol, El Comercio observó a revendedores ofreciendo entradas para la final a hinchas brasileños y peruanos. 400 dólares por una entrada a la tribuna oriente y 700 soles por un asiento en el sector sur eran algunos de los precios que mencionaban.

Las carretillas estuvieron a la orden de los visitantes. Mostrito, aeropuerto, cervezas, pollo broaster y otros potajes y bebidas estaban a la venta. “Cualquiera de los platos está doce [soles]. Hoy espero vender cien platos y sacar al menos mil soles. En un partido de la U vendemos 100 platos, pero hoy por la final y todos los extranjeros que hay espero vender mil”, declaró Noemí, quien vendía almuerzos en el área verde de la Av. Huarochirí.

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Otros comerciantes vendían réplicas de camisetas de Flamengo y Palmeiras. Los precios de las prendas oscilaban entre 40 y 50 soles.

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