miércoles, diciembre 17

Para Miss Rosi, las cantidades —tanto en edad como en número de composiciones— son temas irrelevantes cuando se le habla a un niño. Ahí se esconde su secreto: escuchar al público. “Un niño no miente cuando te aplaude”, menciona la artista. Esa capacidad de entenderlos la mantiene vigente y hoy se materializa en su nuevo proyecto, “Miss Rosi en Ropoponpom”, una puesta en escena teatral y musical que se presenta hasta el 28 de diciembre en el Teatro Ropoponpom, en el Jockey Plaza.

“Y pensar que todo partió por ser reemplazo de profesora. Eso fue en 1993. No había internet ni nada. No pensé que llegaría lejos con estas canciones, pero aquí estoy feliz de cantarle a los niños”, menciona Miss Rosi, quien hoy cuenta con 36 producciones musicales que pasaron del cassette al disco, de la piratería a la popularidad y, finalmente, al formato digital.

Desde entonces acumula cerca de 250 mil seguidores en YouTube y, aun así, compone casi a diario, impulsada por una disciplina forjada en años de trabajo y por su pasado grabando jingles comerciales. Su método —directo, funcional, sin excesos— nació en parte durante su formación en armonía y entrenamiento rítmico con Jorge Madueño padre, quien educó a un hijo irremediablemente rockero y, sin saberlo, a una de las voces más entrañables de la infancia peruana.

La verdad yo soñaba con ser cantante para adultos, pero la vida me llevó a los niños —menciona la cantante de 61 años—. Para ellos hago rock, baladas, valses, huaynos, marineras, aunque inicialmente varios fueron temas compuestos para público adulto”. La música, en su caso, no cambió de esencia, sino de destinatario.

La Miss Rosi de hoy

Hoy, Miss Rosi acumula 36 producciones discográficas y un repertorio que incluye canciones ya clásicas como El Pato Renato, El perro Bobby, La serpiente cascabel y El caracolito, una de las más exigentes vocalmente. Reconoce, sin dramatismos, que algunas notas agudas ya no salen con la misma facilidad que antes, esas que alguna vez fueron la envidia de más de una profesora de jardín.

Desde la pandemia me convertí en profesora virtual. Enseñé dos años y medio por Zoom a niños de 21 países. Ahora enseño sobre todo a adultos: papás, mamás, abuelitas, profesores por todo el mundo”, comenta Miss Rosi.

Sus ingresos actuales provienen de una combinación de fuentes: talleres, membresías, venta digital de su catálogo y regalías por streaming. “No alcanza todavía para vivir solo de regalías”, admite, pero destaca la importancia de haber diversificado su trabajo. “En el Perú hay que aprender a guardar pan para mayo”, suele repetir, consciente de los altibajos de una carrera artística sostenida durante más de tres décadas.

Sin embargo, el retiro no lo ve tan distante ni lo romantiza. Así como prefiere que cada etapa de la vida tenga un género musical que marque la pauta, prefiere dejar constancia de que su momento en la música también tiene un límite. “Todavía tengo voz, aunque el registro va bajando. Saltar, agacharme y actuar me cansa más. No sé hasta cuándo seguiré en el escenario. La idea de morir sobre el escenario no es atractiva cuando eres cantante para niños”, concluye.

Sobre

Miss Rosi en Ropoponpom

Los sábados y domingos hasta el 28 de diciembre en el Teatro Ropoponpom. Entradas disponibles en Teleticket.

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