Domingo, Diciembre 15

A setiembre, la economía nacional acumula un crecimiento de 3% debido al mayor dinamismo del consumo y la recuperación del agro y la pesca. A nivel regional, 20 de las 24 regiones registran un resultado positivo, luego de que 10 regiones retrocedieran en 2023. Hacia adelante, será clave contener los riesgos latentes, como fenómenos climáticos y la incertidumbre electoral, para mantener la reactivación de las regiones y asegurar su desarrollo en el largo plazo.

—Lima y el centro lideran—

Lima volvió a contribuir con la mayor parte del crecimiento nacional y en el tercer trimestre creció 4,7%, por encima del promedio del resto de regiones (2,9%). Dicho resultado fue impulsado principalmente por los sectores de comercio y servicios, ante las mejores condiciones de consumo de los hogares por los retiros de AFP y la recuperación del mercado laboral. Así, entre enero y setiembre, el empleo formal en Lima creció 2,1% en promedio, más del doble que en el resto del país (0,9%).

“A pesar de la recuperación de este año, los ingresos por habitante aún se mantienen por debajo de su nivel prepandemia en 11 regiones”.

La macrorregión centro también mostró uno de los mayores avances en el tercer trimestre (4,1%), impulsado en gran parte por la minería. Por ejemplo, Huancavelica (9,1%) lideró el crecimiento a nivel nacional al verse favorecida por la mayor producción de la mina Cobriza. Además, Junín (7,9%) registró un rebote tras la paralización de Chinalco en agosto de 2023.

—Evolución macrorregional—

Por su parte, el oriente (3,7%) estuvo impulsado por el avance de la construcción (25,9%), producto de una mayor inversión pública (41,5%). Esto fue compensado por el retroceso del agro (-5,8%) ante condiciones climáticas adversas y la presencia de plagas que afectaron el cacao y café.

En contraste, las zonas que mostraron un menor ritmo de avance fueron el norte (3,0%) y el sur (1,8%). En el norte se registró un fuerte avance de la manufactura (9,9%), vinculado a la refinación de petróleo; pero retrocedieron la minería y la pesca, esta última por el término de la primera temporada de pesca de anchoveta. En el sur, que acumula dos trimestres en desaceleración, la mayor actividad de la minería e hidrocarburos (3,3%) fue contrarrestada por la caída del agro (-11,6%), debido principalmente a los menores cultivos de aceituna (Arequipa y Tacna) afectados por las anomalías climáticas.

—Cierre del 2024—

Para el último trimestre del año, el dinamismo del consumo privado continuaría impulsando la economía de Lima. Por su parte, el norte se verá favorecido por la recuperación de la agroexportación, que generó que el agro repunte 21,4% en octubre. También aportará el favorable desempeño de la segunda temporada de pesca de anchoveta en la zona Norte-Centro, que al 12 de diciembre registra un avance de casi 60% de la cuota máxima de 2,5 millones de toneladas. Solo con llegar a un 86% de avance (promedio de los últimos 5 años), su pesca en esta temporada crecería 70% frente al año pasado.

No obstante, la inversión pública se ha desacelerado en octubre y noviembre, incluso registrando retrocesos en el sur (-12,1%) y oriente (-4,8%), lo cual se reflejaría en una desaceleración del sector construcción. Además, en octubre, la producción minera cayó en el centro (-3,6%) y se desaceleró en el sur (0,7%).

Con ello, el IPE estima que 20 de 24 regiones cerrarían el 2024 con un resultado económico positivo, algo que no ocurría desde 2021. Sin embargo, a pesar de la recuperación de este año, los ingresos por habitante aún se mantienen por debajo de su nivel prepandemia en 11 regiones.

—Perspectivas 2025—

Hacia el 2025, el inicio de la construcción de proyectos mineros dinamizaría la inversión privada, como Tía María, Zafranal y Reposición Antamina. Además, con una baja inflación y mejores perspectivas para el empleo, el consumo de los hogares mantendría su dinamismo.

El principal riesgo, sin embargo, será la incertidumbre de las campañas electorales que afectarían las expectativas empresariales principalmente en la segunda mitad del año. Además, la escasez de agua continúa limitando la productividad agrícola. Así, consolidar la reactivación regional requerirá que las autoridades aceleren proyectos de infraestructura clave, además de generar un entorno propicio para la inversión privada.

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