En agosto de 1990, al participar en un evento organizado por la revista “Vuelta” en México, Mario Vargas Llosa formuló aquella célebre descripción del régimen que conducía por varias décadas el PRI. Lo llamó “la dictadura perfecta”, singular matiz frente a las dictaduras militares de derecha e izquierda que abundaron a lo largo del siglo XX latinoamericano.
Es que, a diferencia de estas, la dictadura perfecta reposaba en un régimen civil, liderado por un partido –el PRI– que cooptaba diversos espacios de poder e influencia, incluyendo las élites intelectuales, tanto dentro como fuera de México. Según Vargas Llosa, muchos autócratas (aspirantes o consumados) intentaron repetir lo que hizo el PRI, aunque no tuvieron éxito.
La alusión viene a colación de lo ocurrido en El Salvador hace unos días, cuando la Asamblea Legislativa –dominada por simpatizantes del actual mandatario, Nayib Bukele– aprobó la reelección indefinida y la ampliación del período presidencial de cinco a seis años. La votación fue abrumadora: 57 de 60 votos.
¿Debe preocuparnos lo que pase en la pequeña y distante nación centroamericana? El Salvador presenta una realidad social y política muy distinta a la peruana. Sin embargo, la derecha política peruana suele tomar su ejemplo, principalmente en materia de seguridad. ¿Se verá en estos predios alguna posición sobre este paso, que pone a Bukele en la misma orilla que Daniel Ortega, en Nicaragua?
Por lo pronto, desde la esfera no electoral, es valiosa la posición de Álvaro Vargas Llosa, quien llama a “condenar la reelección indefinida” aprobada en El Salvador porque “implica legitimar aquello que se denuncia en la orilla del frente” (X, 3/8/2025). Su llamado parece consistente con el legado de su padre.
En la escena internacional, el Grupo IDEA (Iniciativa Democrática de España y las Américas), conformado por varios exmandatarios iberoamericanos, emitió un comunicado en el que condena la decisión tomada en El Salvador y propone recurrir a los instrumentos internacionales necesarios para frenar “la señalada e inadmisible deriva autoritaria que avanza en El Salvador”. Firman, entre otros, José María Aznar, Felipe Calderón, Vicente Fox, Eduardo Frei, Andrés Pastrana, Oswaldo Hurtado y Guillermo Lasso.
Con la campaña electoral en desarrollo, habrá que ver si la ubicua pregunta sobre Cuba y Venezuela –respecto a si en estos países existe o no una democracia–, con la que se suele acosar a los candidatos de izquierda, será formulada, ahora, a sus contrapartes de derecha.
De lo visto hasta ahora, no se ha escuchado a ningún vocero político de la derecha manifestarse sobre la hoy posible reelección indefinida de Bukele. Más bien, si sirve de indicador, se anuncia la próxima visita al país del mandatario argentino, Javier Milei, otra figura del vecindario que suele embelesar a la derecha peruana.














