Martes, Noviembre 5

MIRA: El Factor Bustos: ¿por qué ha superado largamente lo que hizo Fossati con Universitario?

Bustos, el acierto

Terminado el partido en Andahuaylas, la espera de tres minutos por lo que pasaba en Matute, el profesor Fabián Bustos quebró su habitual tranquilidad y ante el primer micrófono explotó lo que tenía guardado: “Estos muchachos ganaron todos sus partidos de local, único en la historia del fútbol peruano. Cómo no iban a salir campeones. Porque por más que le queríamos bajar los decibeles del Centenario, era una obligación”. Era el minuto final al largo camino para el título 28. Esta historia feliz, sin embargo, no empezó el domingo. Arrancó mucho antes: la última semana de diciembre. Tras una primera negociación con Manuel Barreto, que le acercó una oferta “y también la noticia de que era uno de tres técnicos en carpeta”, se reunió con Jean Ferrari y arreglaron el contrato en cinco minutos. “Ni vi la parte económica. Yo quería ir e iba a ir”, le dijo Bustos a DT hace cinco meses. Sus argumentos para asumir al campeón en el año de su Centenario eran sólidos. Primero, su comando técnico: Edgardo Adinolfi conocía a este plantel de otro tiempo, cuando empezaba la era Ferrari con Gregorio Pérez y sabía lo que pueden ofrecer hombres como Aldo Corzo, Nelson Cabanillas, Diego Romero, Alex Valera, de aquellos años en Campo Mar. Y por supuesto, a los seleccionados Edison Flores y Andy Polo. Tuvo ahí, en esos primeros días de verano en que debía correr, ligera ventaja. Ganó tiempo. Luego está su idea: juega 3-5-2 pero sus extremos son más defensas que atacantes, pese a que trajo a esa incógnita que aún es el ecuatoriano Portocarrero y respeta la columna vertebral que dejó Fossati: Riveros, Ureña y Flores son socios vitalicios en el once de la U. Finalmente, y creo que aquí radica su cada vez más cercana relación con el plantel, enmienda: le dio chance a todos los delanteros del plantel, hasta encontrar sus idóneos. Ahí entró el Tunche, por ejemplo. Le quitó el puesto a Cabanillas, pero lo reta a jugar los segundos tiempos. Sacó a Pérez Guedes los primeros partidos para probar a Cancha pero luego le devolvió su lugar en el once, ante su funcionalidad y sacrificio. Y luego a punta de goles (10) y sacrificio como interior por derecha, recuperó el puesto y me animo a decir que podrían salir los otros diez, incluso Oreja o e chileno, menos el MVP del Clausura, Martín Pérez Guedes.

Es, me explican, un hombre sencillo. Metódico. Ni tan obsesivo que no duerme viendo videos, ni tan confiado que no sepa que la U, en iba a tener más enemigos en contra que los rivales en la cancha. Almuerza en Mangos de Larcomar si tiene tiempo, usa camisas manga corta como cábala y administra el peso de la historia, el Centenario, y el invicto de 17 partidos como local con declaraciones amables que calzan perfecto en esta U refundada, en crecimiento, alejada de ese monstruo que comía vivos a dirigentes, futbolistas y volvía enemigos hasta a quienes eran mejores amigos. Esta U que es bicampeón, principalmente, por el trabajo de este señor.

El liderazgo de Polo

Podríamos hablar de sus números: 40 partidos en el año, 3 goles, 7 asistencias en el Apertura. Podríamos hablar de su nueva posición: extremo por derecha, con claras responsabilidades en 3-5-2 para volverse 5-3-2, que lo han llevado a ser titular en selección. Pero esta vez, toca hablar de su versión como líder del plantel. A los 30 años, Andy Polo es una voz que casi no se escucha hacia afuera -nunca da notas- pero hacia adentro es, tanto como la de Corzo o Calcaterra, palabra autorizada. Lo dice Aldo en una nota con DT: “Andy es el segundo capitán. No saben ustedes el nivel de ascendencia que tiene con los más chicos”. Una fuente cercana a a la administración explica: “Polo es, posiblemente, el único que puede ir a hablar con los extranjeros, pedirles cosas, hacerlos reaccionar”. Bustos habla de su disposición para ser ejemplo deportivo: “Yo llego muy tempranoa a Campo Mar y siempre, Andy ya está. Y cuando hacemos entrenamientos duros, es el primero que da el ejemplo. Eso se imita, ese hace grupo”. Su polémica vida personal debe ser tratada, juzgada, explicada por los especialistas. Aquí, solo habría que decir que si a U es bicampeón en el año de su Centenario y tocar armar el once ideal, Polo no sale nunca.

Los extranjeros y los jugadores hinchas.

Es necesario decir algo, en esta hora feliz para el Bicampeón: solo uno de los cuatro refuerzos extranjeros del año estuvo realmente a la altura: ni Dorregaray, ni Portocarrero, ni Costa. Tuvieron chispazos, nada más. Es el autogol de la gestión. Por encima de todos, sin embargo, surge el portero uruguayo Sebastián Britos. Sus números explican el por qué de su urgente renovación (17 goles recibidos en 34 partidos de Liga 1, apenas un gol cada dos partidos), pero también otro factor: su sentido de pertenencia, su respeto por la gente de la casa y, sobre todo, su resiliencia: falló en el 2-1 ante Cristal que pudo ser decisivo para el título. Al día siguiente, se acercó al plantel y les pidió disculpas. Entró rápido en el grupo, desde que llegó, pese a venir a ocupar el espacio dejado por un símbolo, José Carvallo. Ahora todo en él es alegría: “La U me ha arropado, ojalá pueda quedarme mucho tiempo más. Vivo solo en Lima y me ha dado mucho soporte el hincha”. Sobre Ureña, Calcaterra o Riveros, los otros extranjeros del plantel, una cosa: están tan mimetizados con el grupo que ayer, en el vestuario en Andahuaylas, en el bus rumbo al hotel, fueron los que dirigieron los cánticos eufóricos contra todos sus enemigos, como si se trataran de tres hinchas que bajaron de la popular. Ni qué decir de Alex Valera, el goleador del plantel, o Edison Flores, tan golpeado en los últimos meses o los llamados suplentes, que en realidad son bastiones: Aamet Calderón, El Faraón Saravia, Jorge Murrugarra, Pochito Dulanto, Yuriel Celi, Hugo Ancajima. Duermen con la camiseta puesta, van a la guerra. Ahora es fácil decirlo, pero a veces es imposible siquiera pensarlo: esta U se sostiene en sus jugadores-hinchas.

El plan de viabilidad

Aunque aquella frase en Matute ya es un mantra -”Fútbol, nosotros pensamos en fútbol”-, en realidad, Universitario no define su futuro solo en el campo. El notable trabajo de la administración, que en dos años ganó 4 torneos cortos y dos títulos nacionales, se complementa con el brillante trabajo del área de marketing y comercial, que ha batido todos los récords posibles para un sector históricamente abandonado en la U: más de 850 mil espectadores solo para los partidos en que la U jugó de local, un promedio de 42 mil hinchas asistentes al Monumental, más de 40 mil socios adherentes, 100 mil visitantes al stand de Universitario en la FIL 2024, un evento histórico. Solo en 2023, los ingresos crecieron en 69% respecto del 2022 y 146% sobre el 2021. La U factura hoy 110 millones de soles, según cifras oficiales entregadas a este diario. Esta temporada, aún sin la confirmación del club, se han superado aquellos números.

Sospecho que era más sencillo que la U, ese gigante de cien años, permaneciera dormido, dopado, arrinconado y en escombros. Y ahora que ha despertado, que se organiza mejor, a lo lejos se respira un silencioso miedo en sus rivales. Que crecerá aún más: Universitario presentó en los últimos días, previos al viaje a Andahuaylas, el plan de viabilidad que, apenas aprobado por Sunat (el plazo es de tres meses), confirmará el día en que el bicampeón nacional empieza a pagar la justa deuda con sus acreedores, para ser liberado y entregado a sus socios. La información que maneja DT habla de enero/febrero. Entonces, la U empezará el otro camino hacia la libertad, que tanto esperaba y que tanto necesita.

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