Lunes, Marzo 24

El ejército israelí bombardeó el sábado objetivos del movimiento Hezbolá en el sur de Líbano, en respuesta a los cohetes disparados desde esa zona contra Israel y pese a la tregua que rige entre ambos desde finales de noviembre.

Los bombardeos mataron a una mujer y a una niña en la localidad de Tulin, informó la agencia de noticias libanesa NNA, y se producen después de que el ejército israelí interceptara tres cohetes lanzados desde el país vecino.

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El ataque no fue reivindicado, pero el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ordenó bombardear decenas de “blancos terroristas” en Líbano.

El ejército israelí anunció poco después que realizaba bombardeos contra el movimiento chiita, respaldado por Irán, en el sur del país.

Los ataques fragilizan el acuerdo de tregua sellado el 27 de noviembre entre Israel y Hezbolá, que puso fin a dos meses de guerra abierta.

El conflicto estalló tras meses de cruces de disparos en la zona fronteriza, donde el poderoso grupo libanés abrió un frente en solidaridad con el movimiento islamista palestino Hamás al inicio de la guerra en Gaza en octubre de 2023.

La tregua logró mantenerse en líneas generales, pese a las acusaciones mutuas de repetidas violaciones.

El jefe del Estado Mayor israelí, el general Eyal Zamir, había advertido que el ejército respondería “severamente  a los ataques de esta mañana”.

No podemos permitir que se disparen cohetes desde Líbano hacia las comunidades de Galilea”, afirmó el ministro de Defensa israelí, Israel Katz.

El ejército de Israel conservó cinco posiciones estratégicas a lo largo de la frontera sur de Líbano alegando motivos de seguridad.

Las sirenas antiaéreas sonaron a las 07H30 (05H30 GMT) del sábado en Metula, una localidad del norte de Israel fronteriza con Líbano.

Prometimos seguridad a las comunidades de Galilea y eso es exactamente lo que va a ocurrir”, añadió Katz.

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“Consecuencias desastrosas”

El primer ministro de Líbano, Nawaf Salam, advirtió a su vez del “riesgo de que las operaciones militares se reanuden en la frontera sur”. “Esto podría arrastrar al Líbano a una nueva guerra, con consecuencias desastrosas”, indicó, según su oficina de prensa.

La agencia de noticias libanesa NNA señaló en la mañana que aviones israelíes sobrevolaron el sur de Líbano y que misiles interceptores estallaron en la zona.

Las tropas israelíes también realizan operaciones de barrido con armas automáticas en las colinas de Hamames, añadió la agencia.

El ejército libanés, a su vez, anunció haber “encontrado tres lanzadores de cohetes artesanales en una zona situada al norte del río Litani, a unos 30 km de la frontera israelí, y “procedido a su desmantelamiento”.

La fuerza de la ONU en Líbano (Finul), desplegada en el sur del país, expresó en un comunicado su preocupación por una “posible escalada” de la violencia.

Y el presidente libanés, Joseph Aoun, denunció “la agresión [israelí] contínua contra Líbano”.

Tras la tregua, el ejército israelí siguió realizando ataques en Líbano contra “estructuras terroristas” de Hezbolá o miembros del movimiento.

Cuando empezó la guerra entre Israel y Hamás en Gaza, Hezbolá era un actor clave de la vida política en Líbano y el movimiento más poderoso del país.

Pero en septiembre de 2024, el cruce de disparos entre Hezbolá e Israel se transformó en una guerra abierta con bombardeos masivos en Líbano.

El movimiento chiita salió muy debilitado del conflicto, que duró dos meses, y su liderazgo quedó ampliamente diezmado.

Cuando empezaron los disparos transfronterizos en 2023, los habitantes de la zona recibieron órdenes de evacuación. Cerca de 60.000 personas se vieron desplazadas del norte de Israel.

Las autoridades israelíes autorizaron a los habitantes a regresar desde el 1 de marzo, pero solo una parte decidió volver.

En el lado libanés, más de un millón de personas huyeron del sur del país, de las cuales unas 100.000 siguen desplazadas, según la ONU.

Según los términos del acuerdo de tregua, Israel debía retirarse del sur de Líbano, donde sólo se desplegarían el ejército libanés y las fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU.

Hezbolá, a su vez, debía desmantelar su infraestructura y retirarse al norte del río Litani, a unos treinta kilómetros de la frontera israelí.

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