El Ejército de Israel admitió este martes haber inundado túneles de Hamás en la Franja de Gaza para destruirlos, pues en ellos se esconden milicianos del grupo islamista palestino, así como bases de supervisión de ataques y armamento.
El ejército “ha implementado nuevas capacidades para neutralizar la infraestructura terrorista subterránea en la Franja de Gaza canalizando grandes volúmenes de agua hacia los túneles”, detalló hoy un comunicado militar, algo que nunca habían confirmado hasta ahora las fuerzas israelíes, pese a los rumores.
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Según las tropas israelíes, “el bombeo de agua sólo se realizó en los recorridos y ubicaciones del túnel que eran adecuados”, tras haber estudiado la localización de pozos y las características del subsuelo, sin dañar la canalización de aguas subterráneas, y tras la instalación de bombas y tuberías en la Franja.
Familias de los 136 rehenes que siguen retenidos en Gaza han mostrado desde el inicio temor por esta práctica, ahora confirmada, ya que podría poner también en peligro a los cautivos.
Se estima que Hamás ha desarrollado un entramado de más de 480 kilómetros de túneles a lo largo del enclave palestino, y que solo una ínfima parte de ellos han sido destruidos en los casi cuatro meses de ofensiva israelí.
Ayer, en un túnel de poco más de un kilómetro de largo y 20 de profundidad, el ejército aseguró en un comunicado haber hallado una base militar desde la que un comando de Hamás en Jan Yunis, sur de la Franja, habría supervisado ataques, entre ellos el del pasado 7 de octubre.
El túnel fue destrozado por la unidad especial Yahalom, que lo demolió tras haber completado la inspección.
Con combates intensos en el sur de la Franja, al menos 114 gazatíes han muerto en las últimas 24 horas por bombardeos israelíes, lo que eleva la cantidad total de fallecidos a 26.750, según los últimos datos del Ministerio de Sanidad gazatí, controlado por Hamás.