
Muy intenso, muy sacrificado. Para que esto funcione hay que entregarse en cuerpo y alma y no hacer otra cosa. Como toda la vida, cuando hay algo en lo que de verdad te involucras y lo das todo, al final es lo mejor que te ha pasado. Estoy convencida de que este es el mejor período de mi vida laboral; nunca viviría algo igual de bonito y de intenso. Madrid está en un buen momento y por tanto merece la pena. Está más bonita que nunca, más internacional, más acogedora, alegre y viva.
— ¿Hay posibilidad para una España tan dividida como la que hoy vemos?
Yo no aguanto el abuso, tampoco la imposición, ni saber que hay políticas que tengo claro son malas y ante eso no puedo quedarme inmóvil. Me gusta denunciarlo, criticarlo, simplemente es dar una batalla dialéctica. A partir de eso, me dedico a trabajar, a cumplir nuestro programa electoral, a traer oportunidades y prosperidad a Madrid.
— ¿Qué es lo que más le critica a Pedro Sánchez?
No hay un respeto por la alternancia política, por la división de poderes, por la neutralidad institucional y luego necesita una serie de coaliciones para mantenerse en el poder que son profundamente nefastas para España y para Madrid. Eso es lo que critico, tomar decisiones que siempre van en sentido contrario a lo que los madrileños han elegido en las urnas.
“[Pedro Sánchez] necesita una serie de coaliciones para mantenerse en el poder que son nefastas para España y para Madrid”.
— ¿Sueña con ser presidente de España?
Sueño con una España mejor. Todo lo mejor que pueda ofrecerle a mi país ya lo intento desde Madrid, que es su región capital. Somos un lugar de acogida, una región que funciona para que todo el que necesita volver a empezar de cero del Perú o del norte de España encuentre allí su casa. Para mí, es más que suficiente. Amo mi país. Todo lo que pasa en el norte, en el sur, en toda España me afecta mucho. Hoy tenemos un presidente del Partido Popular que es Alberto Núñez Feijóo.
— Quien será el candidato…
Sí, el candidato, ojalá sea el presidente y lo sea pronto.
— Unos 150.000 peruanos viven hoy en Madrid. Mucha gente se fue en la pandemia, familias enteras. ¿Qué piensa de la migración?
Los peruanos, como el resto de los hispanoamericanos, no son inmigrantes en Madrid, están en su casa. Cuando uno conoce la historia compartida que hemos mantenido España y el Perú, entiendes que todo peruano tiene que ser bienvenido. Están en su casa, en su madre patria. Siempre abogo por defender que somos muchas razas, pero una cultura, una forma muy parecida de ver la vida alegre, mestiza, solidaria, en comunidad, en color. Cuando llegan a España los peruanos, desde el primer día nosotros decimos que son madrileños del Perú y así se sienten.
“Los peruanos, como el resto de los hispanoamericanos, no son inmigrantes en Madrid, están en su casa”.
— América está quebrada y hoy tenemos una herida sangrante que es Venezuela. Nicolás Maduro y Pedro Sánchez parecen compartir el mismo cinismo y la situación es muy complicada. ¿Qué tiene que pasar para que regrese la democracia?
Venezuela es un país secuestrado y, como en toda dictadura, el secuestro hace que la víctima esté más alejada porque ya no quedan contrapesos, contrapoderes, ya no queda dónde recurrir. El régimen está acabado, está deslegitimado, pero todavía tiene que haber un último paso, que es la ruptura interna del régimen a manos de las Fuerzas Armadas y de algunos funcionarios que hoy cobran del chavismo.
“Venezuela es un país que está secuestrado y, como en toda dictadura, el secuestro hace que la víctima esté más alejada porque ya no quedan contrapesos, ya no queda dónde recurrir”.
— Usted ha sido muy crítica siempre con Maduro. ¿Por qué el Gobierno Español no lo ha sido tanto; por qué no ha sido lo suficientemente drástico?
Porque son presos de sus alianzas. El expresidente Zapatero ha tenido vínculos muy fuertes con todo el socialismo del siglo XXI, que ha sumido a América en la pobreza. Tiene muchos contactos, relaciones oscuras, ocultas a la opinión pública, pero que demuestra que no son libres para pedir, para aclamar por la libertad y por la democracia en Venezuela.
— Estos últimos años son de pesadilla para nuestro país, pero la izquierda radical sigue en América como socia de ese eje castrochavista. ¿Estamos despertando de esta nefasta ideología?
Yo tengo amigos que entre el 2010 y el 2014 salieron de Madrid al Perú para prosperar. Hubo una apertura, una libertad que convirtió al Perú en uno de los países más interesantes para traer oportunidades. Hasta que la gente no sea consciente de que han sido los cambios a la izquierda lo que empobrece seguirá el retroceso. Hay un tipo de personas que están dentro de lo público, viviendo de lo público, creando negocios para perpetuarse. Hablan en el nombre del pueblo, pero lo tienen sumido en pobreza porque necesitan la subvención y la pobreza y la dependencia del Estado. Necesitan a una población desunida, sin crítica, sin educación, que pueda servirles. Esa es la gran pelea que hay en todo el mundo: la libertad y la tiranía. Hoy existe una izquierda organizada que está empobreciendo un proyecto que no hemos sabido cuidar: los 22 países hispanos. ¿Qué comunidad internacional no daría todo lo que tiene por tener un legado como el nuestro? 600 millones de almas que compartimos tanto. La izquierda se ha organizado para hundirnos. No quieren que seamos prósperos y libres. La izquierda supuestamente lucha por los pobres, pero vive de los pobres.
— Y le conviene mantenerlos pobres…
Sin ninguna duda. Cada medida que toman siempre es para empobrecer, incluso cuando es institucional, porque al final, cuando una institución es secuestrada y no hay seguridad jurídica, la inversión y el capital se van y por lo mismo se van las oportunidades.
— También es cierto que hay una parte de la derecha y del capitalismo que es profundamente egoísta.
Hay muchos líderes que he visto en la derecha que no quieren dar batallas porque empiezan a ganar dinero, empiezan a tener empresas, comodidad y no están dispuestos a dar batallas que son muy sacrificadas, muy duras y que tienden a la desunión y van a las elecciones siempre divididos. Hacen falta nuevos líderes que tengan valentía, compromisos y que sean libres en todos los aspectos porque las batallas contra estas dictaduras de la izquierda son durísimas. Ellos emplean todos los medios, todo el poder, intentan siempre deshumanizar al adversario.
— ¿En qué momento comenzó todo esto?
La izquierda gana cada vez que el que no está de acuerdo se calla porque no quiere problemas. Muchos te dicen no soy izquierda, pero te dicen por lo bajo. No lo dicen en voz alta porque temen problemas. La gente de izquierda considera que solo es su forma de ver el mundo el que debe imponerse y el que esté en contra es perseguido y silenciado. Con manual internacional te etiquetan.
— ¿Cuál es su balance final de Biden?
Que se fue como vino: con absoluta irrelevancia.
— ¿Alguna presidenta le ha llamado la atención?
Últimamente, Giorgia Meloni. Su papel en Europa está siendo muy relevante.
— ¿Qué piensa de Dina Boluarte?
Llega muy poca información a España del Perú ahora mismo y eso te demuestra que algo pasa. Yo soy muy respetuosa cuando estoy en otros países de viaje, estoy ahora mismo en el Perú de acogida y no puedo aprovechar la oportunidad para crear polémicas. Sí espero que analicen cómo ha vivido el Perú y cómo se ha visto el Perú en los últimos 10, 15, 20 años. Que analicen cuándo era mejor, cuándo iba mejor y que se imite. Estuve con el alcalde López Aliaga en la zona de las ollas comunes en San Juan de Lurigancho y hay tanto que hacer por tanta gente buena que eso solo se conseguirá con colaboración público-privada. Solamente si uno abre el país a la inversión, a las empresas; si no vas en esa dirección, esto no se va a poder levantar.
— ¿Alguna vez le han hecho propuestas indecentes?
Procuro tener una vida muy transparente, muy sencilla. Seguramente muchas personas que se habían propuesto acercarse a mí para algo indecente rápidamente se les quitó las ganas. Tengo siempre reuniones con transparencia, con funcionarios delante que te recuerdan dónde están los límites. Creo en ellos y el papel que hacen. Tengo muchos contrapesos a mi alrededor y me siento bien siendo fiscalizada.
— ¿No tiene oficinas paralelas?
No, claro que no.
— La prensa es un gran contrapeso…
Sí, claro.
— Le hago esta pregunta porque Trump no cree mucho en la prensa. Es muy crítico y se enfrenta. Javier Milei cree más en las redes que en los grandes medios. El alcalde de Lima tiene un abierto enfrentamiento con los periodistas.
Todos tenemos responsabilidad en el juego de la democracia. Yo soy periodista también y pienso que nadie está por encima de la ley; el propio periodismo no puede estar por encima pero también creo y defiendo una prensa libre 100%. Creo en la prensa que no se doblega ante el poder, ni para estar en contra ni para estar a favor. Lamentablemente, he visto algunos periodistas que se han convertido en brazos ejecutores de alguna prensa en el régimen chavista.
— En España también hay medios aliados de Sánchez.
Un periodista es libre de incluso tener una preferencia política; pero no entiendo eso de ser ejecutor de intereses.
— ¿Qué piensa de Javier Milei?
Tenemos una buena relación y entendimiento. Milei es un faro para Argentina. Todos los días se habla de Argentina en todos los lugares del mundo. Eso es una grandísima oportunidad para una de las naciones que fue muy próspera y que, como Venezuela, llegó a estar hundida en la miseria. Milei le da oxígeno a Argentina y es una envidia verlo. Da gusto.
“Hay que saber que la diferencia con la izquierda es mucho más importante”
— ¿Desde cuándo conoce al alcalde López Aliaga?
Nos conocimos hace unos meses en una visita que tenía a Madrid. Vino muy interesado para contarnos el proyecto que tiene para llevar agua a las ollitas, a personas más desfavorecidas. Es una labor excepcional que está realizando y que tantas personas necesitadas se lo agradecen. Nos invitó al aniversario de Lima y llegamos para reivindicar los lazos que unen al Perú y a España, a Lima y a Madrid. Nos sentimos muy honrados de participar en este 490° aniversario de la fundación de Lima y de haber estado durante el homenaje a Pizarro con la restitución de la estatua. Es un momento muy especial porque simboliza volver a conocer nuestra historia pasada común y reivindicar el mestizaje que tanto representa a los madrileños.
— ¿Qué es lo que más le ha gustado de la capital peruana?
Es preciosa. La Plaza de Armas es impresionante. La gente es maravillosa, acogedora, muy amable, muy educada. Me he sentido en casa en todo momento. Es como mi día a día en Madrid. De hecho, el otro día estábamos elaborando una guía de restaurantes y contamos 300 restaurantes peruanos en Madrid. La comida peruana tiene mucho éxito y tenemos una historia compartida de tanto tiempo que sorprende. Cuando vienes aquí y ves, por ejemplo, en la fundación de Pedro de Osma un cuadro de la Virgen de la Almudena, que es la patrona de Madrid, te sorprendes todavía más.
— Está claro que hay una especie de ruptura en la derecha en España. En el Perú también la derecha está fragmentada y estamos a punto de enfrentar elecciones generales en el 2026. ¿Qué hacer para unirse en bloque?
La división de la derecha es un deporte internacional que se nos da fantásticamente, cuando tenemos la oportunidad de cambiar las cosas siempre buscamos lo que nos divide. Es marca de la casa, como diría. En el caso de España, la situación es muy complicada. Espero que en el futuro encontremos una solución para cambiar las cosas porque el deterioro es evidente y muy preocupante.
“Cuando [en la derecha] tenemos la oportunidad de cambiar las cosas, siempre buscamos lo que nos divide”.
— ¿Pero hay alguna receta para unir a los liberales, al centro, a la derecha?
Desde luego: de enfrentarse, porque si buscas los matices, claro que los hay, el pensamiento liberal y el conservador no es exactamente lo mismo, pero juntos hacen muy buen papel y no puedes estar todo el día peleando porque has encontrado diferencias. Hay que elevarse y saber que la diferencia con la izquierda, especialmente cuando es profundamente sectaria, es mucho más importante. Es el enemigo de verdad. Yo no hablo de combatir, yo cuestiono. Yo no soy de derrocar, creo que mi proyecto es mejor y convence más. Prefiero pensar que gano en las urnas porque convenzo, no porque voy a la contra de. Yo no doy batallas, sino defensas, defensas de unos valores y de una forma de ver las cosas y la vida. Es muy complicado, pero no es imposible.