
Países Bajos demostró en su victoria por 2-1 contra Turquía en cuartos de final que no siempre tiene que desplegar un fútbol sedoso y basado en la posesión del balón para obtener un buen resultado. Tras una primera parte frustrante, el seleccionador Ronald Koeman cambió las tornas dando entrada a Wout Weghorst, y su juego se volvió más directo. Lo que se vio entonces fue espíritu, determinación, un aumento del ritmo y, mientras Turquía buscaba desesperadamente el empate, una defensa extraordinariamente resuelta. También puso de relieve la profundidad de la plantilla.