domingo, diciembre 7

MIRA: Todo sobre $LIBRA, la criptomoneda que pone en jaque a Milei: los implicados y cómo afecta al presidente de Argentina

El 14 enero, ANDIS, una dependencia del Ministerio de Salud, publicó en el Boletín oficial de la Nación el Anexo de la Resolución 187/2025, el cuál define los nuevos ‘criterios médicos’ para medir la invalidez laboral de aquellos que busquen recibir pensiones no contributivas, un sistema que el mandatario conservador ha considerado abierto al fraude y al “clientelismo político”.

Sin embargo, lo que más atención causó fue su baremo, que en su apartado de Psiquismo abandonaba los criterios establecidos en el 2008 por la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad de la ONU, tratado internacional del que Argentina es parte, para establecer una escala basada en el coeficiente intelectual del paciente.

Es así que establece que el “idiota” es alguien con un CI de entre 0-30 que “no atraviesa la etapa glósica, no lee ni escribe, no conoce el dinero, no controla esfínteres, no atiende sus necesidades básicas, no puede subsistir solo”, mientras que un “imbécil” tiene un CI de entre 30-50 y “no lee ni escribe, atiende sus necesidades elementales, puede realizar tareas rudimentarias.”

Palabras que importan

En conversación con El Comercio, la Dr. Lupe Jara, docente de la Facultad de Psicología de la PUCP, señaló que estos términos han quedado en desuso tanto por razones culturales como científicas.

“Como la cultura es algo vivo y en constante transformación, estas palabras con el tiempo han empezado a considerarse peyorativas hacia las personas, haciendo que retomar su uso se vuelva un retroceso”, consideró. “Mientras tanto, por el lado de la ciencia, los avances en la medicina han dado lugar a definiciones más apropiadas a las condiciones puedan padecer, ya sea a nivel mental o emocional, por lo que estas palabras fueron abandonadas”.

Es por eso que la psicóloga advirtió que “retomar estas palabras para designar una discapacidad, una condición de la que una persona no puede escapar, atenta contra la construcción de su autoestima e incluso de la identidad”.

La doctora Jara también destacó que estos términos no solo son peyorativos, sino también en cierto modo reductivos, al referirse a una visión del intelecto basado principalmente en el coeficiente intelectual. “Hoy hay un concepto de inteligencia más global e integral, que la mira como la capacidad que tienen las personas para responder de manera efectiva a su entorno”, consideró.

Batalla cultural

Para Juan Negri, politólogo argentino de la Universidad Torcuato di Tella, el decreto de ANDIS parece ser un acto por parte del gobierno de Milei “de ir contra lo que consideran, descrito muy genéricamente, como el ‘wokismo’, un concepto poco definido que relaciona todos los avances que ha dado el progresismo en los últimos años y que incluye lo que se considera como un uso exagerado de la corrección política”.

Yo lo veo como una decisión deliberada de dar esa batalla cultural, como le gusta decir al gobierno”, consideró el experto en conversación con este Diario. “Aunque no descarto que podría también haber algo de falta de gestión e incapacidad de los cuadros que están a cargo de esos temas, ya que en algunas áreas el gobierno está en evidente falta de personal capacitado”.

Una teoría que tiene pie, ya que poco después de que la noticia tomara fuerza, la Agencia Nacional de Discapacidad publicó un comunicado donde anunciaba que modificaría la Resolución 187/2025, quitándole los términos peyorativos, a la par de que director de la entidad estatal, Diego Spagnuolo, anunciaba por X que las personas responsables del error “ya fueron desvinculadas de ANDIS”. Cabe señalar que el documento original fue firmado por el propio Spagnuolo.

“Dicha normativa incluyó un anexo con términos que, históricamente, se han utilizado en la medicina psiquiátrica para describir grados profundos de déficit intelectual, pero que, en la actualidad, han sido discontinuados”, escribe el nuevo comunicado. Eso sí, recalcan que esta corrección no modificará el baremo ni sus criterios de evaluación, demostrando que si bien el lenguaje puede cambiar, la intención de ajustar las arcas por parte del gobierno de Milei sigue siendo la misma.

A pesar de la intensidad de la polémica, Juan Negri dudó que la situación actual merme en mucho la aprobación del mandatario. “Si bien muestra una gran insensibilidad social, no me parece que esta sea una problemática significativa de entre todos los frentes abiertos que tiene el gobierno, como la Corte Suprema de Justicia o el escándalo de la criptomoneda $Libra”, resaltó. “Me parece que es un tema que a la mayoría de la población no le interesa tanto y el gran mandato que tiene este el gobierno es la situación económica. Si eso lo resuelve o lo va encaminando – y por el momento las noticias han sido buenas en ese aspecto – la popularidad de Milei no se verá afectada significativamente.”

Share.
Exit mobile version