A un año del inicio de los vuelos comerciales regulares a Anta, se han transportado a la fecha cerca de 79 mil pasajeros. Tengo la confianza de que este es solo el inicio, ya que hay un amplio espacio por trabajar y consolidar el destino, tanto a nivel local como internacional, principalmente por las bondades turísticas que ofrece la región. Pero, ello va a depender del trabajo en conjunto que hagamos tanto partes interesadas del sector privado como los organismos del Estado competentes.
Recordemos que estos vuelos se dieron gracias a las coordinaciones iniciales entre Aeropuertos del Perú (AdP) y Latam Airlines, quienes por varios meses buscaron una solución económicamente viable que mantenga los niveles de seguridad mínimos necesarios para que las aerolíneas puedan operar sin mayores riesgos. Producto de estas reuniones se diseñó una solución la cual fue aprobada de manera oportuna por el Estado, permitiendo así ejecutar una inversión de US$14 millones para rehabilitar las pistas principalmente. A esta inversión se sumó el importante aporte de la minera Antamina de US$1 millón, destinado a la ampliación del terminal.
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De acuerdo con un estudio elaborado por Apoyo Consultoría, de los 79 mil nuevos visitantes, el perfil del turista es distinto, siendo ahora un perfil con una mayor capacidad de gasto. Además, se ha generado una contribución de S/34 millones adicionales al PBI regional, se han creado más de 1.000 empleos, se ha dado una expansión de los servicios turísticos y una importante descentralización del turismo regional.
Por ello, seguir potenciando el sector es fundamental. A nivel de política de Estado, se debe seguir liberalizando el sector, desregulando el mismo y otorgando, a su vez, mayores libertades de tráfico aéreo para potenciar así la conectividad de esta región, no sólo con mayores frecuencias de Lima, que debería de ser la evolución natural a corto plazo, sino maximizando las probabilidades de conectar entre regiones e internacionalmente el destino en un mediano plazo. A nivel regional, invertir en mejorar los accesos a los distintos destinos turísticos, velar por la seguridad del destino -tema hoy sensible- y promocionarlo en los canales respectivos son claves y forman parte del engranaje necesario para seguir dinamizando el mismo.
No hay mejor indicador del futuro potencial de este destino que las señales que dan los precios. Las condiciones iniciales de una oferta limitada de vuelos frente a una alta demanda generan precios altos que a su vez proporcionan los incentivos para que se dé una mayor competencia y una dinámica a la baja en los precios, democratizando así el acceso a dicho servicio en beneficio de sus usuarios. No hay necesidad de intervenir en el mercado implementando, por ejemplo, medidas populistas de control de precios, ya que no hay nada mejor que el propio dinamismo del mercado.
Juntos, el sector privado y el Estado, pudimos concretar esta realidad. También podemos potenciarla juntos. ¡A seguir construyendo un Perú más conectado!














