
El grupo islamista Hamás dijo este viernes que las afirmaciones del destituido jefe del Shin Bet (el servicio de inteligencia interior israelí), Ronen Bar, en la carta que envió al Gobierno, revelan la “manipulación deliberada” del primer ministro, Benjamín Netanyahu, de las negociaciones del acuerdo de alto el fuego y que actuó para frustrarlo “por intereses políticos”.
“Los intentos de Netanyahu de excluir a figuras influyentes de seguridad en las negociaciones reflejan su crisis interna y la profundización del déficit de confianza entre él y su aparato de seguridad, y revelan su falta de seriedad para alcanzar un acuerdo efectivo”, señala un comunicado de Hamás.
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En la misiva que Bar envió a los ministros del Gobierno israelí de cara a la votación de su destitución (aprobada por unanimidad), el ya exjefe del Shin Bet insinuaba que las intenciones del primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, podría haber sido “llevar a cabo negociaciones (sobre Gaza) sin llegar a un acuerdo real”.
Hamás, por su parte, aseguró a este respecto que las afirmaciones de Bar confirman que Netanyahu trató de diseñar unas negociaciones aparentemente formales “para comprar tiempo, sin lograr resultados efectivos”.
“En la práctica, la retirada del director del Mosad (la agencia de inteligencia exterior) y de mí mismo de la dirección de las negociaciones perjudicó al equipo y no hizo avanzar la liberación de los rehenes”, decía Bar sobre los 59 cautivos a los que Hamás y otras milicias, como la Yihad Islámica Palestina, retienen aún en Gaza.
El grupo islamista apeló a los altos funcionarios estadounidenses a dejar de culpar a Hamás del final del alto el fuego a la luz de estas declaraciones, haciendo a Netanyahu “directamente responsable del sufrimiento continuo de los prisioneros (los rehenes) y sus familias”.
El último día de Bar al frente del servicio de inteligencia nacional será el 10 de abril. Sin embargo, la oficina de Netanyahu considera que podría irse antes si los ministros aprueban un reemplazo permanente.
Esta es la primera vez en la historia de Israel que un Gobierno despide al líder del Shin Bet.
La reunión para aprobar la destitución duró cerca de tres horas y media y a la misma no acudió Bar, quien a sabiendas de que sería despedido envió la carta dirigida a los ministros del Ejecutivo israelí advirtiendo que su salida estaba “totalmente contaminada por conflictos de intereses” y constituía un intento “fundamentalmente inválido” de socavar Shin al Bet.
La organización investiga en estos momentos un escándalo de pagos por parte de Qatar (años antes había desvelado que este país financiaba a Hamás en Gaza) a asesores de Netanyahu.