En el camino hacia una matriz energética más sostenible, el gas natural emerge como un aliado estratégico fundamental en la transición hacia un futuro más limpio y sostenible, siendo así el combustible con el menor impacto ambiental. Asimismo, puede representar un ahorro mensual de hasta 25% para el consumo familiar. El Perú ya cuenta con una matriz energética bastante alineada al proceso de transición energética, sin embargo, a pesar de los innegables beneficios del gas natural, recurso con el que cuenta el país, aún no ha sido posible su masificación.
Al ser un combustible más limpio, el gas natural no solo minimiza la contaminación del aire generando un impacto positivo en la salud pública, sino que puede actuar como un respaldo para fuentes de energía renovable – como la solar o la eólica – garantizando así un suministro energético constante durante periodos de baja producción de energías renovables. Sin embargo, esta sinergia aún no ha alcanzado el nivel deseado, debido en parte a la falta de priorización y comprensión plena de sus ventajas.
Una de las barreras ha sido la percepción de que otras fuentes de energía renovable son la única respuesta al desafío ambiental. Es esencial reconocer que el gas natural puede desempeñar un papel estratégico en la matriz energética, proporcionando una transición gradual hacia formas más sostenibles.
Faltan políticas claras que impulsen la inversión y el desarrollo de la infraestructura necesaria para aprovechar al máximo el potencial del gas natural en concordancia con el proceso de transición energética y el desarrollo de energías renovables. La creación de marcos regulatorios efectivos y el incentivo de inversiones son clave para acelerar su adopción. Es esencial que desde el Estado se trabaje en colaboración con las empresas para garantizar medidas que muestren condiciones necesarias para enrumbar el proceso de transición energética.
Si bien en el país se han venido haciendo inversiones para desarrollar infraestructura que permita la integración del gas natural con el objetivo antes descrito, es necesario continuar con dicho esfuerzo para reforzar la conciencia sobre los beneficios ambientales y económicos de este combustible, sobre todo teniendo en cuenta que el país cuenta con dicho recurso natural.
Para avanzar, es crucial desmontar percepciones erróneas, establecer políticas claras que fomenten la inversión y continuar fortaleciendo la infraestructura necesaria. Con estos pasos, el gas natural puede desempeñar un papel protagónico en el camino hacia un futuro energético más sostenible en el Perú.