Guillermo Dávila vuelve a la televisión peruana en un escenario distinto al que lo consagró. Lejos del galán de telenovela y del ídolo romántico de los años ochenta, el cantante venezolano se sentará este domingo en el sillón rojo de «El valor de la verdad», dispuesto a revisar públicamente los episodios más delicados de su vida personal. La paternidad, un tema que durante décadas lo persiguió, aparece ahora como el núcleo de su testimonio.
Ícono de una generación y dueño de una carrera marcada por el éxito musical y televisivo, Dávila llega al programa de Beto Ortiz con una carga que trasciende lo artístico. El avance del espacio adelanta un relato introspectivo, atravesado por silencios, reproches y frases que se convirtieron en estigmas públicos. Entre ellas, una que marcó su imagen: la manera en que se refirió al nacimiento de su hijo peruano, Vasco Madueño.
La emisión promete no solo revisar una historia conocida por el público, sino también actualizarla. Hoy, el escenario es otro: la madre de Vasco, Jessica Madueño, falleció en noviembre tras una larga lucha contra el cáncer; el joven músico ya es mayor de edad; y la relación entre padre e hijo, aunque marcada por años de distancia, atraviesa un proceso distinto. Es en ese punto donde Dávila decide hablar.
Un polémico padre
La paternidad de Guillermo Dávila se hizo pública a mediados de los años noventa, cuando Jessica Madueño anunció que estaba embarazada tras una relación con el cantante durante una visita suya a Lima. Según relató ella misma en diversas entrevistas, el vínculo se quebró cuando Dávila regresó a Venezuela y, tras conocer la noticia del embarazo, cortó toda comunicación. “Lo llamé y cuando le di la noticia se quedó mudo por unos tres minutos. En ese momento lo agarré en frío y le dije que me llamara cuando lo asimilara.Cuando lo hizo, sugirió que interrumpiera el embarazo”, contó a Jaime Bayly en El Francotirador.
Durante más de dos décadas, Jessica Madueño sostuvo una batalla legal y mediática para que su hijo fuera reconocido. Inició procesos por filiación y alimentos tanto en Perú como en Venezuela, insistiendo en que su objetivo no era económico, sino garantizar el derecho de Vasco a su identidad. El caso avanzó lentamente, mientras la negativa del artista y su silencio prolongaban el conflicto.

La controversia se intensificó cuando Guillermo Dávila decidió hablar públicamente. En entrevistas a medios internacionales, el cantante se refirió a la concepción de Vasco como “un accidente”, explicando que se trató de un fallo anticonceptivo y que no asumiría ninguna paternidad sin una prueba de ADN. La frase, repetida y amplificada, se convirtió en una marca difícil de borrar.
El impacto fue inmediato. Dávila ha reconocido que esa declaración lo persiguió durante años, tanto en su vida pública como privada, teniendo una confrontación con su hijo, con quien hoy entabla amistad. En el avance de El valor de la verdad, recuerda los reproches que recibía incluso de desconocidos y el cuestionamiento directo a su figura como padre. Fue un periodo en el que su imagen de ídolo romántico quedó severamente golpeada.
La exigencia de una prueba genética terminó por definir el caso. Con Vasco ya mayor de edad, ambos aceptaron someterse al análisis. El resultado fue positivo y Guillermo Dávila anunció públicamente que reconocía su paternidad. El anuncio llegó tarde para muchos, pero cerró uno de los capítulos más polémicos del espectáculo latinoamericano.

Hoy, la relación entre padre e hijo se encuentra en un punto distinto. Vasco Madueño, que intenta abrirse camino en la música, ha retomado el vínculo con su padre desde un lugar más directo y adulto. En uno de los momentos más emotivos del adelanto del programa, Dávila se dirige a él con una promesa pública: “Pana, estoy muy orgulloso de ti y quisiera poder ayudarte el resto de mi vida”.
Guillermo Dávila se encuentra preparado para contar su versión completa de la historia. Hablará del miedo, de la inseguridad, de la exposición mediática y de las decisiones que postergaron una responsabilidad que terminó por alcanzarlo a sus 70 años.
Las confesiones de un cantante
Guillermo Dávila respondió 18 preguntas en “El valor de la verdad”, llevándose 20.000 soles. Entre algunas de sus respuestas estuvo la confesión de que tuvo un amorío con Denisse Dibós, que intentó besar a la fuerza a Gisela Valcárcel, que tuvo una relación con María Conchita Alonso y que le dedicó canciones a Keiko Fujimori.
También habló de su hijo Vasco, diciendo que está orgulloso de él, pero que su concepción sí había sido un accidente. Y respondió que no se arrepiente de haber negado a su hijo. “Yo no estaba claro de qué era lo que me estaban preguntando”, dijo sobre la primera vez que la prensa lo abordó con el tema. “No lo podía relacionar conmigo”, sostuvo. Asimismo, contó que de sus cuatro hijos solo mantiene comunicación con tres; una hija no le habla desde hace ocho años.













