Jueves, Julio 4

Luego de tener que cancelar toda una edición debido a la pandemia, el Festival Danza Nueva se encuentra explorando nuevos caminos, mientras reconstruye su propuesta de ser el epicentro para bailarines de todo el mundo. Además, se posiciona como una ventana para mostrar que la danza es más que simples movimientos; es una expresión artística de profundidad emocional y cultural.

“Estamos reestableciendo los nexos que teníamos con compañías extranjeras, recomponer las alianzas y ver cómo podemos seguir manteniendo este espacio como un lugar de conversación. Donde artistas de todo tipo comparten experiencias”, menciona el director cultural del ICPNA, Alberto Servat, en entrevista con El Comercio.

Además de los conversatorios, el XXXVI FESTIVAL DANZA NUEVA ofrece la posibilidad de participar en los talleres de danza que realizará en el Auditorio ICPNA Lima Centro, jirón Cuzco 446, con ingreso libre, previa inscripción

Este mes de julio, el Instituto Cultural Peruano Norteamericano (ICPNA) de Miraflores se convertirá en el escenario de la vanguardia en el arte de la danza en el Perú con la trigésima sexta edición del Festival Danza Nueva. Desde el 2 hasta el 27 de julio, el festival promete cautivar al público con una amalgama de estilos y expresiones artísticas que reflejan las tendencias más innovadoras de la producción dancística peruana.

Este año, el Festival Danza Nueva destaca por su enfoque en la novedad y la contemporaneidad, reuniendo a más de 30 talentosos artistas nacionales en una serie de ocho espectáculos cuidadosamente seleccionados a través de una convocatoria nacional. Estas presentaciones no solo son una muestra de danza contemporánea, sino que también incorporan elementos de otros estilos dancísticos y formas de arte, creando así experiencias escénicas que son a la vez únicas y profundamente resonantes con nuestra realidad social.

La programación del festival se abre con “PosTacto”, una obra que invita a los espectadores a explorar la danza a través de la coincidencia, la divergencia y el disfrute. Esta pieza, dirigida por Ana Brito, Cory Cruz y Pachi Valle Riestra, fue uno de los proyectos ganadores del Concurso Anual de Proyecto de Creación 2022 de la Pontificia Universidad Católica del Perú. A través de sus movimientos, “PosTacto” explora la interacción entre los cuerpos, las palabras y las fuerzas, sugiriendo que lo que queda después del contacto físico son los rastros de los otros en nosotros mismos.

“Aquí buscamos más que la excelencia, porque todos destacan, es la variedad, a la par de proyecciones más minimalistas. El hilo conductor de esta edición es la realidad de la danza peruana en estos momentos, mostrar la creatividad y versatilidad de los grupos peruanos. Queremos ver cómo es que plantean en diversos números su propuesta”, menciona Servat.

Desde Cusco, la compañía Transdisciplinar Escénicas presenta “Amazonasdelcuerpo, amazonasdelalma”, una pieza que combina danza, teatro y video para contar la historia personal de la creadora, Marisol Zumaeta, y su batalla contra el cáncer de mama. Esta obra es tanto un ritual escénico para la liberación y la sanación, como una exploración del legado de las amazonas y su elección de la mutilación sobre la muerte para sobrevivir.

El Ballet de San Marcos celebra su 60 aniversario con “Ello sensible”, una obra que consta de tres coreografías que abordan temas como la violencia cotidiana y la importancia del bien colectivo. Dirigida por Arturo Vela y otros, cada pieza ofrece una reflexión crítica sobre cómo podemos vivir mejor juntos en una sociedad cada vez más individualista y violenta.

Otros destacados del festival incluyen “Ayacán”, una exploración sensorial del espacio-tiempo a través de la danza y la música electrónica; “Ojalá que al ocaso tengas compañía” de la Compañía Médula Danza, que explora las emociones humanas desde el amor hasta el dolor; y “El presidente más feliz”, una crítica a la política a través de la danza, el audiovisual y la música.

El festival culmina con “Dejar ir / Orquídea azul” de Hevia Dance Company, una reflexión sobre la identidad, el desarraigo y el arte de amar y dejar ir, inspirada en la belleza de la orquídea azul. Además de las actuaciones, el festival ofrece clases maestras y conversatorios con los artistas, proporcionando una plataforma para el aprendizaje y el intercambio de ideas, fortaleciendo así la comunidad artística y ofreciendo al público una ventana a los procesos creativos detrás de las presentaciones.

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