Sábado, Noviembre 16

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Los 7 puntos en la tabla de las Eliminatorias 2026 solo dejan espacio a la utopía. Para alcanzar al menos el repechaje, hoy en manos de Venezuela o Bolivia ambos con 12 puntos, la Bicolor debe ganar todos sus partidos de local (Bolivia, Ecuador y Paraguay). Además, fuera de Lima -sin contar a la Argentina campeona del mundo de este martes 19 en La Bombonera- debe robar puntos en Venezuela, Colombia o Uruguay. Y cuando decimos robar nos referimos de preferencia a ganar porque ya no alcanza solo con empates.

La calculadora lo aguanta todo. En el mejor de los casos, sumando todo (9 de local y 5 de visita con suerte), se llegaría a los 21 puntos. Revisando los finales de cada Eliminatoria en el formato todos contra todos desde 1998, los séptimos puestos han sido Uruguay (1998, 21 puntos), Bolivia (2002, 18 puntos), Chile (2006, 22 puntos), Colombia (2010, 23 puntos), Perú (2014, 15 puntos), Paraguay (2018, 24 puntos) y Chile (2022, 19 puntos).

Por otro lado, si todo este escenario de ilusión sucede, encima debemos esperar que Venezuela y Bolivia tropiecen de forma estrepitosa en las siguientes fechas. Viendo el panorama, con unos altiplánicos que se hacen fuertes de local en el Alto, y con unos llaneros que dan síntomas de recuperarse del bache por el que pasaron, entonces la situación de Perú es complicadísima.

El partido, la crónica

Cuando te sientes tan cerca del triunfo, sumar un punto sabe a derrota. Y más cuando la ocasión es un clásico contra Chile. Y mucho más por cómo se dio el final. De la alegría por el final a la tristeza por el offside. Perú paga sus errores.

El último gol oficial de un atacante nacional fue Lapadula (suplente ayer, jugó los últimos 30′) en la eliminatoria pasada ante Paraguay. En este proceso solo hemos tenido chispazos de alegría con goles de Yotún, Callens y Araujo. Esa es nuestra condena: no hay gol. Así el sueño del Mundial seguirá siendo una pesadilla.

Un posible penal a Paolo, una mano salvadora de Cáceda, un patadón de Valera que se estrelló en el palo chileno… El primer tiempo tuvo mucho de “uffff” y nada de “goool”. El mejor reflejo para entender que sobre la cancha del Monumental se estaban enfrentando las dos peores selecciones de la Conmebol.

En Perú, la asociación de Sonne y Polo fue lo mejor del plan inicial por la banda derecha. Oliver le dio otra velocidad a las recuperaciones y ataques peruanos. En el otro carril, Advíncula y Peña, en cambio, se preocuparon más por tapar las arremetidas del triángulo Vidal-Valdés-Aravena.

La historia no tuvo una cara distinta en la complementaria. Perú tuvo mejor iniciativa, pero dentro del área no contó con ninguna ocasión. Solo un disparo de 30 metros de Advíncula puso de pie al estadio.

Mucho vértigo y poca efectividad, demasiado ida y vuelta sin resultado. Propuesta contra propuesta, el intento de un fútbol práctico de Fossati contrarrestó al intento de una fuerza ofensiva de Gareca. Se anularon y repartieron puntos. Si nos podemos exigentes, la derrota pudo ser mérito de ambas selecciones que hoy miran desde lejos a sus rivales en la tabla de las Eliminatorias.

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