La Agencia de Protección Ambiental estadounidense anunció el lunes una prohibición total al asbesto, un carcinógeno que todavía se usa en algunos detergentes, frenos de vehículos y otros productos, y que mata a decenas de miles de estadounidenses al año.
La norma final es una importante expansión de las regulaciones de la agencia conocida como EPA bajo una ley de 2016 que reformó el reglamento sobre decenas de miles de sustancias tóxicas que se usan en productos cotidianos, desde detergentes hasta ropa y comida.
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La nueva norma prohíbe el asbesto crisotilo, el único tipo de asbesto que se sigue usando en Estados Unidos. La sustancia se encuentra en productos como cubiertas y válvulas de frenos, y se usa para fabricar detergentes de cloro e hidróxido de sodio, también conocido como soda cáustica, incluyendo algunos que son utilizados para la purificación de agua.
El administrador de la EPA, Michael Regan, calificó la norma como un paso importante para proteger la salud pública.
“Con la prohibición de hoy, la EPA finalmente le cierra las puertas a una sustancia tan peligrosa que ha sido prohibida en más de 50 países”, declaró Regan. “Esta prohibición histórica llevaba más de 30 años siendo elaborada, y se logra gracias a las enmiendas que el Congreso hizo en 2016 para reparar el Acta de Control de Sustancias Tóxicas”, que es la principal ley estadounidense sobre el uso de sustancias químicas.
El asbesto causa cáncer de pulmón, mesotelioma y otros cánceres, y está vinculado a más de 40.000 muertes en Estados Unidos cada año. La prohibición al uso del asbesto impulsa el propósito de la Iniciativa contra el Cáncer anunciada por el presidente Joe Biden, un plan multiagencia para acabar con el cáncer en Estados Unidos, indicó Regan.
“La ciencia es clara: El asbesto es un carcinógeno conocido que tiene un impacto severo en la salud pública. Esta acción es apenas el comienzo mientras trabajamos para proteger a todas las familias, trabajadores y comunidades del país contra las sustancias químicas tóxicas”, agregó Regan.
La ley de 2016 autorizó nuevas normas para decenas de miles de sustancias tóxicas halladas en productos de uso cotidiano, incluyendo sustancias como el asbesto en el tricloroetileno, que desde hace décadas se sabía que causaba cáncer pero que seguía mayormente sin regulación a nivel federal. Conocida como la Ley de Seguridad Química Frank Lautenberg, tenía el propósito de aclarar una maraña de normas estatales sobre el uso de sustancias químicas y actualizar el Acta de Control de Sustancias Tóxicas, una ley de 1976 que permaneció inalterada durante años.
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La prohibición de la mayoría de los usos del amianto entrará en vigor en dos años.
La Asociación Nacional de Agencias de Agua Limpia, que representa a 350 agencias de tratamiento de aguas residuales de propiedad pública, señaló antes que se anunciara la norma final que una prohibición inmediata del asbesto “provocará casi con seguridad escasez y aumentos de precios del cloro y otros productos químicos de desinfección y tratamiento utilizados por el sector del agua”.
El Consejo Estadounidense de Química, el grupo de presión más grande de la industria química, dijo que se necesita un período de transición de 15 años para evitar una interrupción importante de los suministros de cloro e hidróxido de sodio.