Una línea muy delgada separa a Estados Unidos e Irán de la guerra. Públicamente ambos países han dicho que no quieren ese desenlace. Pero el ataque con un dron del fin de semana en Jordania, el primero que deja muertes de militares estadounidenses desde el inicio del conflicto en Gaza entre Israel y Hamás el 7 de octubre, ha elevado la tensión. El presidente Joe Biden respondió de manera afirmativa el martes cuando la prensa le preguntó si ya decidió que habrá una represalia. Falta saber cómo será la venganza.
El ataque del fin de semana ocurrió en la Torre 22, una base de contrainteligencia que Estados Unidos mantiene en Jordania, cerca de la frontera con Siria. Además de los tres militares estadounidenses muertos hubo más de 40 heridos.
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El Comando Central de Estados Unidos (Centcom) informó que fue perpetrado con un dron.
Este aparato no fue derribado por los sistemas de defensa porque al mismo tiempo regresaba a la base un dron estadounidense. Es decir, el objeto del enemigo confundió a los sistemas defensivos, por lo que pudo cumplir con su misión de ataque.
Tras el hecho, sin mencionar a Irán, Biden responsabilizó a la República Islámica. “Considero responsable [a Irán] en el sentido de que está suministrando armas a las personas que lo hicieron”, dijo el presidente.
Luego, el grupo de milicias proiraníes Resistencia Islámica en Irak reivindicó la autoría del ataque.
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El martes, tras confirmar que habrá una respuesta, Biden recalcó que su país no quiere una guerra con Irán. “No creo que necesitemos una guerra mayor en Medio Oriente… Eso no es lo que estoy buscando”, dijo.
Desde que comenzó la guerra en Gaza el 7 de octubre, las fuerzas estadounidenses han sido blanco de más de 160 ataques por parte de milicias proiraníes en el Medio Oriente.
Estados Unidos acusa a Irán de armar, financiar y apoyar a estas milicias que han usado drones, misiles y cohetes en sus ataques contra intereses estadounidenses.
Irán ha respondido diciendo que cada milicia decide sus acciones militares de manera autónoma.
Además, este miércoles amenazó con “responder decisivamente” a cualquier ataque estadounidense en su territorio, sus intereses o sus ciudadanos.
¿Cómo será la represalia de Estados Unidos?
El presidente Biden no ha dado más detalles sobre cómo será la represalia. En este punto, cabe analizar las opciones que estaría manejando Washington.
De acuerdo con la agencia AP, las opciones van desde ataques a objetivos directos dentro de Irán, incluida la Fuerza Quds del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, hasta barcos iraníes en el mar, grupos de milicias respaldados por Teherán y líderes militantes clave asentados en Irak y Siria.
Según fuentes de NBC News, los ataques de represalia de Estados Unidos serán una “campaña” que podría durar “semanas”. Se espera que los objetivos incluyan blancos iraníes fuera de Irán. También habrá operaciones cibernéticas.
La campaña podría durar semanas debido a que los comandantes de las milicias proiraníes se estarían escondiendo, algo que podría hacer más difícil para Estados Unidos localizarlos y darles de baja.
Atacar dentro de Irán enviaría un mensaje fuerte y directo a Teherán, dijeron analistas a la agencia AP.
En el ámbito político, los republicanos en el Congreso de Estados Unidos están presionando a Biden para que ordene ataques directos en Irán, pues consideran que las acciones contra las milicias respaldadas por Teherán en los últimos meses no las han disuadido de seguir hostigando a las fuerzas norteamericanas en el Medio Oriente.
Existen antecedentes sobre ataques directos a intereses de Irán fuera de ese país. Uno de los más resonantes ocurrió durante el gobierno de Donald Trump, cuando en el año 2020 Estados Unidos mató al líder de la Fuerza Quds, el general Qassem Soleimani, con un ataque con drones en Irak. La acción fue en respuesta a ataques contra bases estadounidenses en ese país y tras un asalto a la embajada de Estados Unidos en Bagdad.
La respuesta de Irán se plasmó con el lanzamiento de misiles balísticos contra la base aérea de Al-Asad en Irak, donde hirió a decenas de soldados estadounidenses.
“Una respuesta inteligente”
Michael Burgoyne, coronel retirado y profesor de la Universidad de Arizona, dijo a la cadena Telemundo: “Hay que pensar en una manera indirecta e inteligente de responder para mantener el control de la situación. Estados Unidos puede recurrir a ataques contra grupos afiliados con Irán en Irak y otros lugares en el Medio Oriente, y también ataques directos a intereses de Irán”.
Mientras que Avi Melamed, ex funcionario de inteligencia israelí y analista de Medio Oriente, manifestó a la AP que Irán tiene miles de millones de dólares en proyectos de inversión militar en Siria y que, al atacarlos, Estados Unidos podría castigar a Teherán sin la amenaza que significaría un ataque directo contra la República Islámica. Un ejemplo, dijo, es un gran complejo ubicado cerca de Boukamal que se utiliza para el almacenamiento de misiles balísticos. Estados Unidos ya ha atacado instalaciones allí en respuesta a acciones de milicias.
“No faltan objetivos militares (en Siria) a los que la administración estadounidense pueda apuntar y causar un daño significativo al régimen iraní”, agregó Melamed.
El martes, uno de los principales grupos de milicias respaldados por Irán, Kataib Hezbolá, anunció en un comunicado que dejará de atacar a las fuerzas de Estados Unidos en Irak. Funcionarios estadounidenses creen que el grupo es uno de los principales sospechosos del mortal ataque en Jordania.
En respuesta, el mayor general Pat Ryder, secretario de prensa del Pentágono, dijo que “las acciones hablan más que las palabras”.
Otros ataques de EE.UU. a las milicias proiraníes
La agencia AP recordó que Estados Unidos ha contraatacado a las milicias sólo un puñado de veces desde el pasado 27 de octubre.
Ese día, aviones de combate estadounidenses bombardearon dos sitios de almacenamiento de armas y municiones en el este de Siria, cerca de Boukamal, que eran utilizados por el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán y fuerzas respaldadas por Irán.
El 8 de noviembre, aviones de combate de Estados Unidos arrojaron bombas sobre una instalación de almacenamiento de armas del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán cerca de Maysulun, Siria.
El 12 de noviembre, ataques aéreos estadounidenses tuvieron como objetivo un centro de entrenamiento y una casa de seguridad en el distrito Bulbul, en Mayadin, Siria.
El 26 de diciembre, Estados Unidos lanzó ataques contra tres lugares en Irak utilizados por Kataib Hezbolá y grupos afiliados
Mientras que el 23 de enero de este año, Estados Unidos atacó tres sitios en Irak, nuevamente apuntando a Kataib Hezbolá.
Irán y sus milicias
Además de las milicias asentadas en Irak y Siria, Irán también arma y respalda a los rebeldes hutíes de Yemen. Este último grupo lleva meses atacando embarcaciones comerciales en el Mar Rojo en respaldo a la milicia islamista Hamás.
El lunes, el vocero de la cancillería de Irán, Nasser Kanaani, volvió a insistir en que “los grupos de resistencia de la región no reciben órdenes de la República Islámica de Irán en sus decisiones y acciones… Aunque Irán no ve bien que se desaten conflictos en la región, no interfiere en las decisiones de los grupos de resistencia sobre cómo apoyar a la nación palestina”, dijo.
De acuerdo con un informe de Univisión, independientemente de la implicación directa de Teherán en la planificación y ejecución de los ataques de las milicias, en la geopolítica del Medio Oriente la estrategia de Irán de alinearse con actores no estatales violentos, en particular Hamás en Gaza, Hezbolá en el Líbano y los hutíes en Yemen, influye en el equilibrio de poder regional.
“Como expertos en la relación de Irán con su red de apoderados, entendemos que la conexión de Irán con cada grupo es distinta pero está interrelacionada, lo que revela los objetivos regionales de Teherán. Desde el sur del Líbano hasta Gaza y Yemen, estas alianzas configuran el panorama político y ponen de relieve la naturaleza de la influencia y el control en la guerra por poderes. Sirve de contrapeso a las capacidades militares convencionales relativamente limitadas de Irán y constituye una pieza clave de su política exterior”, manifestaron Sara Harmouch, de la Universidad Americana, y Nakissa Jahanbani, de la Academia de West Point, en un artículo publicado en The Conversation.
La colaboración de Irán con Hezbolá ha llevado a este grupo a desarrollar un sofisticado arsenal, que incluye tecnología avanzada de drones, armas químicas y una mayor capacidad de lanzamiento de cohetes, dice Univisión. “Esta evolución ha permitido a Hezbolá convertirse en mentor y apoyo de otros grupos respaldados por Irán”, según Harmouch y Jahanbani.
Las analistas sostienen que la alianza Hezbolá-Irán es, sin duda, más importante que la relación de Teherán con otros aliados y desempeña un papel decisivo en la estrategia regional de la República Islámica. No solo amplía la influencia de Irán en Medio Oriente, sino que también sirve de contrapeso a sus adversarios, especialmente Israel y Arabia Saudita, explican las expertas.