Jueves, Diciembre 26

Pero, ¿qué es Wegovy? Wegovy es el nombre comercial de la semaglutida, un medicamento destinado a tratar pacientes con diabetes tipo 2 y que padezcan de obesidad. También comercializado como Ozempic, en 2021, la FDA (Food and Drug Administration) aprobó su uso “para el control crónico del peso en adultos con obesidad o sobrepeso con al menos una afección relacionada con el peso (como presión arterial alta, diabetes tipo 2 o colesterol alto)”.

Este medicamento ha sido usado por distintas figuras de Hollywood como Kim Kardashian, Luis Miguel y Oprah Winfrey quienes han mostrado su drástica pérdida de peso. Desde entonces, su popularidad ha ido en aumento y en redes sociales, solo el hashtag de ‘Ozempic’ en Tiktok tiene cerca de 86 mil publicaciones.

Sin embargo, Ozempic y Wegovy no son los únicos nombres que han tomado popularidad en los últimos tiempos ‘para combatir la obesidad’. Saxenda, el nombre comercial de la liraglutida y como se le encuentra en Perú, se comercializa también para el tratamiento de pacientes que padecen de diabetes tipo 2 con sobrepeso. La FDA (Food and Drug Administration) aprobó su uso en 2020 para “el control crónico del peso en pacientes pediátricos obesos de 12 años o más”.

La Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (DIGEMID) autorizó en 2022 el consumo de este medicamento fabricado por la empresa danesa Novo Nordisk en Perú. Este se vende bajo receta médica en solución inyectable (un lapicero de aplicación subcutánea que necesita permanecer refrigerado). Si bien este medicamento está dirigido a pacientes con diabetes tipo 2 con sobrepeso, personas que desean perder peso de forma estética están buscando adquirir este producto.

¿A quiénes se les receta?

Tanto la semaglutida como la liraglutida cumplen la función de tratar la diabetes tipo 2 regulando los niveles de azúcar en la sangre, la diferencia recae en que el primero contiene más aminoácidos, haciendo que la pérdida de peso sea más rápida.

De acuerdo con la FDA, este medicamento también imita una hormona llamada péptido 1 similar al glucagón que producimos naturalmente en nuestros intestinos, limitando el apetito al indicarle a nuestro cuerpo que nos sentimos llenos y haciendo que el estómago se vacíe lentamente.

Herald Manrique, presidente de la Sociedad Peruana de Endocrinología, explica a detalle quiénes pueden usar este medicamento. “El paciente debe de tener una evaluación metabólica, un perfil de lípidos, de hígado graso, tiroides, anemia, función renal y descarte de diabetes. Además de una ecografía abdominal para evaluar la presencia de cálculos en la vesícula”, explica a El Comercio.

Manrique hace hincapié que este tratamiento está dirigido a pacientes con sobrepeso, pero que están cambiando su estilo de vida con alimentación e implementando el ejercicio en su vida. “La liraglutida está indicada en pacientes con obesidad y con diabetes únicamente”, aclara.

Otros pacientes que son candidatos para esta medicina son quienes son diagnosticados con ansiedad. Ana, que prefiere mantener su apellido en reserva, por ejemplo, recurrió al endocrinólogo cuando, tras años de hacer ejercicio y seguir un plan alimenticio, no lograba perder los kilos que tenía en sobrepeso. Ella cuenta que todos sus exámenes no arrojaron nada anormal.

El endocrinólogo me recomendó usar Saxenda. Me comentó que esta alternativa es para personas que están siguiendo un cambio en su estilo de vida y los ayuda a bajar de peso”, cuenta a El Comercio.

Si bien Ana reconoce que no padecía ni de diabetes ni de otra enfermedad que impacte en su sobrepeso, ella inició a implementar esta medicina en su rutina diaria. “Me ayudó mucho a controlar las veces que tenía ganas de comer por ansiedad”, agrega.

Un tratamiento costoso

Ana comenta que tuvo que dejar el tratamiento debido a su alto costo. “No es difícil seguir el tratamiento, sino que es caro. La caja de tres lapiceros cuesta 900 soles que pueden ser solo 6 días de tratamiento”, explica.

Cada lapicera de Saxenda contiene 3 mg. De acuerdo al tratamiento, se puede aplicar desde 0.6 mg por día e ir incrementando la dosis de forma semanal, de acuerdo a la indicación médica. Los efectos secundarios pueden ser náuseas, vómitos y hasta hinchazón del rostro.

En Estados Unidos, su precio es incluso más alto. Ozempic, por ejemplo, puede costar alrededor de $892 por un suministro mensual sin seguro; mientras que Wegovy, el tratamiento que siguió Elon Musk, tiene un precio de $1.300 por un suministro de 28 días.

Vanidad sobre las advertencias

Pese a su alto costo y a que está dirigido a pacientes diabéticos tipo 2 con obesidad, famosos e influencers han recurrido a ella usándola de forma estética para bajar de peso de forma rápida, haciendo que sus seguidores no midan las consecuencias de ello y adquieran tanto la semaglutida como liraglutida en farmacias sin prescripción médica.

Tras ello, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido sobre la escasez de esta medicina tras hacerse popular. “El año pasado, la escasez mundial de productos indicados para controlar la diabetes tipo II y, en ocasiones, también aprobados para bajar de peso -conocidos como productos agonistas del receptor del péptido 1 similar al glucagón (GLP-1-RA)- se ha asociado con un aumento en la GLP-1-RA falsificada”, indican en un comunicado.

Estas versiones falsificadas suelen venderse y distribuirse a través de medios no regulados, incluidas plataformas de redes sociales. Es probable que la prolongada escasez de productos genuinos de GLP-1-RA y la mayor circulación de versiones falsificadas tengan consecuencias desproporcionadas en los pacientes con diabetes tipo II”, agregan.

La propia compañía Ozempic advierte que esta medicina no está aprobada por la FDA para la pérdida de peso o el manejo crónico del peso. Además, indica que hasta la fecha no ha realizado estudios que muestren si es que, una vez que se decida dejar su consumo, produzca un efecto “rebote”.

Sin embargo, un estudio realizado por la Universidad de Liverpool en 2022 sobre la recuperación de peso y efectos cardiometabólicos después de la retirada de semaglutida, arrojó que pacientes que dejaron el consumo de la semaglutida recuperaron hasta dos tercios de su pérdida de peso anterior. Además, concluye en que “se requiere un tratamiento continuo para mantener las mejoras en el peso y la salud”.

Si se deja de consumir este producto, es probable que se regane el peso perdido, siempre y cuando el paciente no haya cambiado sus hábitos alimenticios”, advierte Manrique. Ana comparte que cuando dejó de usar Saxenda, recuperó 3 kilos de los 8 kilos bajados.

Para la nutricionista Roze Van den Broek, recurrir a estos procedimientos debe de ir de la mano de una evaluación médica adecuada. “Medidas como estas o como la manga gástrica o el balón gástrico, debe de ir de la mano con una evaluación del índice de masa corporal que indique que el paciente se encuentre en obesidad tipo II o 3 y que el porcentaje de grasa visceral está afectando la salud”, comenta a El Comercio.

La experta sostiene que lo importante es realizar un cambio de hábitos saludables. “Si no tienes un peso que te esté afectando directamente a la salud y si no has cumplido un plan alimenticio, no es necesario recurrir a alguna de estas medidas”, indica.

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