Luis Miguel León
La segunda corrida de la Feria del Señor de los Milagros de Acho se desarrolló con numerosas circunstancias a la que los toreros tuvieron que hacer frente: desde el clima a varios percances, pasando por una deslucida corrida. Una tarde accidentada que comenzó con Antonio Ferrera sufriendo una aparatosa cogida al entrar a matar al primero que le hizo pasar por la enfermería. El Fandi tuvo que entrar en la enfermería por un dolor lumbar antes de que saliera su primer toro, lo que provocó que se corriera turno. Pese a su voluntad y de intentar lidiar al tercero, fue imposible que continuara la lidia y fue trasladado a la clínica. Ginés Marín estuvo muy firme y se esforzó por sacar adelante una corrida en líneas generales muy desigual, que apenas permitió el lucimiento a los actuantes.
Se corrió turno al encontrarse El Fandi en la enfermería por un dolor lumbar y en segundo lugar, salió el que estaba destinado como tercero. Lo recibió Ginés Marín a la verónica y pronto el astado marcó su mejor embestida por el pitón izquierdo. Al natural basó el extremeño la faena de muleta, aunque de uno en uno dejó derechazos de uno en uno de mucho mérito al final del trasteo. Sin embargo, el fallo con el acero emborronó su faena e imposibilitó pasear algún trofeo tras varios pinchazos.
El Fandi salió a matar al tercero de la tarde, después de acudir a la enfermería por un dolor lumbar. Visiblemente dolorido, lo intentó, pero en el primer par de banderillas salió muy dolorido y pasó a la enfermería, donde se encuentra Antonio Ferrera después de dar muerte a su primer toro. Ginés Marín pidió permiso al presidente para matar al toro, que se demoró y provocó una gran bronca. Ginés dejó una buena faena, intentando llevar al toro muy tapado, dejando buenos muletazos. Estocada contraria y uso del descabello. Silencio tras tres avisos.
Salió sin celo el quinto y Ginés Marín fue poco a poco metiendo la embestida en una faena meritoria, en la que los mejores pasajes llegaron sobre la diestra a base de dejar la muleta puesta en la cara. La estocada fue entera y a pesar de doblar el toro, el puntillero marró y el extremeño tuvo que hacer uso del verduguillo sin mucha suerte. Silencio.
El primero de San Pedro se vino arriba en una faena limpia y precisa de Antonio Ferrera. El extremeño llegó más a los tendidos en las primeras series, cortas en su metraje pero de gusto e interés en los trazos. Luego, la faena se fue diluyendo cuando el toro fue perdiendo el brío. Dos pinchazos de los que salió trompicado y estocada. Palmas.
Tardó el tercero en regresar a los corrales y bajo la lluvia salió el cuarto, al que Antonio Ferrera recibió a la verónica tras salir de la enfermería. Brindó al público y el extremeño comenzó con buen tono la faena, pero pronto el toro buscó los terrenos de las tablas. Allí con voluntad intentó siempre encauzar y dar lucimiento a las embestidas. Dos pinchazos y estocada baja. Silencio.
Puso voluntad Antonio Ferrera frente al toro que cerraba la tarde. Mostró buenas condiciones en sus embestidas al capote del diestro, pero en la muleta no pudo sacar faena, por lo que decidió abreviar. Estocada entera y efectiva y el toro dobla sin puntilla, siendo silenciada la labor del diestro