Lunes, Septiembre 30

Las especies invasoras figuran como una de las principales causas de pérdida de biodiversidad a nivel mundial. Tienen la capacidad de colonizar cualquier ambiente, con lo que afectan a las especies nativas y causan cientos de extinciones a escala local y global.

En octubre del 2022, investigadores latinoamericanos realizaron el primer diagnóstico y mapeo de especies exóticas invasoras en el nororiente de la Amazonía ecuatoriana, una región que se caracteriza por su gran biodiversidad y por enfrentar fuertes presiones por explotación petrolera, vías y colonización.

Este proyecto determinó un total de 204 especies exóticas e invasoras presentes en la Amazonía Nororiental ecuatoriana, de las cuales 73 % son plantas; 26 %, animales y 1 %, hongos. El objetivo es que a futuro se puedan realizar ejercicios como este en otras zonas de la Amazonía o, incluso, en otras regiones del país bastante intervenidas como la costa.

¿Qué fue lo que encontraron los científicos? Te lo explicamos en tres claves.

1. La metodología

Al principio, a los especialistas les tocó salir prácticamente a ciegas a buscar información en iNaturalist y otras plataformas de ciencia ciudadana, pero que realmente no tienen clasificadas a las especies como exóticas o invasoras.

“Hacer esa clasificación teórica inicial fue el gran desafío que tuvimos para poder ejecutar el proyecto”, explica Felipe Espinoza, coordinador del proyecto Diagnóstico, Mapeo y Desarrollo de Planes Técnicos para la Gestión de Especies Exóticas Invasoras (EEI) en el nororiente de la Amazonía Ecuatoriana.

Antes de eso —dice el experto— no existía nada adicional a lo que ya se sabía empíricamente sobre la presencia de algunas invasoras por estudios que había realizado Colombia. “Perú no tiene absolutamente nada de información para la región y Brasil tiene muy poco, porque la frontera con Ecuador es una de las zonas más remotas de ese país”, sostiene Espinoza.

Cuando lograron superar ese primer desafío, los investigadores pudieron comparar las bases de datos de cinco plataformas de registro de especies con la información sobre Ecuador continental que se encuentra en el Registro Mundial de Especies Introducidas e Invasoras (GRIIS, por sus siglas en inglés), consistente en una lista validada de especies exóticas e invasoras en todo el territorio.

Posteriormente, realizaron tres salidas de campo —cada una con una duración aproximada de 15 días— en zonas dentro y fuera de tres áreas protegidas presentes en esta región ecuatoriana: el Parque Nacional Yasuní, la Reserva de Producción de Fauna Cuyabeno y la Reserva Biológica Limoncocha. Las dos primeras áreas están entre las más grandes del país.

“Realizamos colectas para obtener datos que luego nos permitieron generar información visual, es decir, mapas y también tener un comparativo entre qué está pasando en áreas que tienen transformación de uso de suelo y áreas que están protegidas”, comenta Espinoza.

2.Los hallazgos

Los especialistas encontraron 204 especies invasoras en total. En el Parque Nacional Yasuní, el área protegida más grande del Ecuador continental, los investigadores registraron 66 de estas especies, la mayor cantidad de los tres sitios en donde se realizó el trabajo.

En la Reserva Biológica Limoncocha se identificaron 25 especies invasoras. Allí se documentó la más alta concentración de especies por unidad de superficie: cuatro por cada kilómetro cuadrado. Esa área se caracteriza por estar aislada de bosques saludables y está rodeada por actividades humanas. De acuerdo con los investigadores, Limoncocha constituye el área protegida con mayor riesgo de impactos.

En la Reserva de Producción de Fauna Cuyabeno se detectaron 53 especies invasoras. El mayor factor de riesgo de esta área protegida son las inundaciones periódicas que facilitan la dispersión de muchas especies a lo largo de los sistemas hídricos de la reserva.

Sin embargo, se detectaron casos particularmente más graves. Los científicos destacaron 12 especies invasoras que, con base en sus análisis, representan un riesgo potencial alto o muy alto para los ecosistemas: el pasto elefante (Cenchrus purpureus), el pasto guinea (Panicum maximum), el lirio de arroyo (Hedychium coronarium), el plátano rosa (Musa velutina), la lechuga de agua (Pistia stratiotes), la paloma doméstica (Columba livia), la rata negra (Rattus rattus), el geco casero bocón (Hemidactylus frenatus), el geco casero tropical (Hemidactylus mabouia), la garza bueyera (Bubulcus ibis), la tilapia roja (Oreochromis mossambicus) y el caracol africano (Lissachatina fulica).

Para llegar a esta selección, los científicos se hicieron cuatro preguntas clave: ¿existe similitud climática entre la Amazonía ecuatoriana y el área de distribución nativa de la especie?, ¿la especie ha sido reportada como invasora en países con similitud climática con la Amazonía ecuatoriana?, ¿se encuentra en la lista de las 100 peores especies exóticas invasoras más dañinas del mundo?, ¿ha sido categorizada como invasora en la Amazonía colombiana o brasileña y ha generado impactos? Mientras más respuestas afirmativas, mayor riesgo.

3.¿Cómo llegaron a las áreas naturales protegidas y qué hacer con ellas?

El proyecto también identificó las rutas de ingreso de las especies invasoras a la Amazonía nororiental, principalmente a las áreas protegidas de Yasuní, Limoncocha y Cuyabeno. Los investigadores destacan las carreteras existentes y en construcción hacia las áreas protegidas, los centros poblados, los aeropuertos, los puertos y los pozos petroleros. Además, las zonas inundables y los ríos internos de las áreas protegidas son el principal canal de movimiento de las especies de un sector a otro.

“Ya hemos identificado esas 12 especies [invasoras de mayor amenaza]. Se necesita hacer estudios, hacer monitoreos, involucrar a la comunidad científica, a las universidades para que puedan apoyar en sus tesis algunos trabajos de investigación que ayuden con el monitoreo de estas especies invasoras, porque hasta el momento no existe información sobre qué impactos están causando, cómo están afectando el ecosistema”, dijo Efraín Freire, investigador del Inabio y quién participó en la revisión del proyecto.

Uno de los principales objetivos de este diagnóstico y mapeo era proponer planes de acción para las tres áreas protegidas que se encuentran en la zona de estudio. Estos planes se basaron en las 12 especies invasoras priorizadas y en ellos se plantean cuatro acciones fundamentales: la primera es generar una lista de alerta, prevención y control de las especies invasoras en cada área.

La segunda acción es describir las características biológicas de las 12 especies invasoras y sus posibles impactos a las áreas protegidas. La tercera consiste en diseñar una línea de prevención y control para esa docena de especies invasoras priorizadas y, por último, diseñar una línea de educación, comunicación e investigación para ellas.

Lee el reportaje completo aquí.

Imagen princicpal: Dos especies de geco están entre las especies invasoras priorizadas. Foto: cortesía Felipe Espinoza.

El artículo original fue publicado por Mongabay Latam. Puedes revisarlo aquí.

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