Y es que, asolados por las bandas extorsivas, algunas empresas de transporte aseguran haberse visto en la necesidad de ceder ante las amenazas y pagar los montos solicitados a fin de que los delincuentes no atenten contra la vida de sus trabajadores y puedan trabajar tranquilos. Para ello, no han visto mejor forma de solventar este pago que subiendo el costo del pasaje.
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Casos
Esta situación fue alertada por pasajeros de la Línea B, que cubre la ruta Los Olivos – Cercado de Lima, quienes se han visto sorprendidos por el incremento del pasaje diario: desde hace dos semanas deben pagar 50 céntimos más.
Lejos de responder a una mejora en el servicio, lo que en principio pudo haber sido hasta entendible, el verdadero motivo del ajuste tarifario resultó ser inaudito y alarmante al mismo tiempo: cubrir el pago exigido por organizaciones criminales como condición para no perpetrar ataques.

Incluso, en las propias unidades de la mencionado línea se han colocado avisos con el nuevo tarifario. “Hacemos presente al público en general de nuestra ruta LIMA-LOS OLIVOS que por temas de extorsiones nos vemos en la obligación de subir nuestros pasajes S/0.50 desde el día miércoles 23 de julio 2025. Esperamos su sensible comprensión y poder seguir brindando el servicio como lo venimos haciendo», se lee en el afiche.
En tanto, mientras que algunos usuarios comprenden las razones del incremento del pasaje y aceptan pagar con tal de dirigirse a sus centros laborales o de estudio, otros manifiestan su rechazo ya que señalan que ellos tampoco deberían verse perjudicados. De igual manera, expresan su rechazo a las extorsiones que sufren los transportistas y demás rubros.
Por su parte, los transportistas afirman que no tienen otra alternativa y que el pago de cupos se ha vuelto un gasto habitual dentro de su rutina. Los montos varían según la ruta o el tamaño de la unidad, y en algunos casos, el aporte diario puede ir desde 10 hasta 15 soles. “No es por gusto que se sube el pasaje. Estamos pagando para poder salir a trabajar sin que nos maten”, declaró un chofer.
“Tenemos que pagar más, porque si no pagamos, nos espera algo peor”, señaló otro conductor. Las amenazas de ataques y de daños a las unidades, que son sus herramientas de trabajo, son continuas.
Además de la Línea B, los transportistas aseguran que el cobro de cupos también afecta a otras empresas y rutas en Lima Metropolitana. “El problema es que no hay protección. Si no pagas, te disparan o te queman la unidad”, explicaron.
OTRO CASO
Desde el lunes 4 de agosto de 2025, los pasajeros de la línea de colectivos “Urbanito” en San Juan de Lurigancho deben pagar S/ 1.50 por pasaje, luego de que la empresa anunciara un aumento en la tarifa para enfrentar la creciente amenaza de extorsionadores que operan en la capital.
El incremento fue comunicado a través de un aviso colocado detrás del asiento del conductor, firmado por la Asociación de Transportistas de Juan Pablo II. En el mensaje se indica que la decisión responde a la situación crítica que viven los choferes, quienes —según denuncian— son obligados a pagar cuotas periódicas a bandas criminales para poder seguir trabajando sin sufrir represalias.
“Nos están obligando a pagar por nuestras vidas”, comentó uno de los conductores que prefirió no revelar su identidad por temor a represalias. “Si no pagamos, nos amenazan o nos atacan. No nos queda otra que subir el pasaje”, dijo en diálogo con América Noticias.
¿Qué está ocurriendo?
Frank Casas, experto en criminalidad organizada e inseguridad, indicó a El Comercio que las extorsiones han continuado afectando a diversos nichos económicos, entre ellos, el sector de transporte público. Sin embargo, no solo no se ha detenido la extorsión, sino que tampoco ha descendido el homicidio.
“La lógica de las empresas para subir el costo de pasajes es netamente monetaria. Están cargando el costo de la extorsión a los pasajeros. Es decir, ante la inoperancia del Estado para garantizar seguridad, la empresa privada se lo carga a la población”, comentó.
Casas resaltó que no existe ningún reporte estadístico que evidencie algún tipo de resultado positivo en la lucha del Gobierno contra la criminalidad. Asimismo, hizo mención a que en el último año ha bajado la magnitud de movilización general de los gremios de transporte. “No sabemos si ello se da porque aún tienen confianza en las soluciones propuestas por el gobierno”, sostuvo.

Por su parte, Martín Ojeda, director de la Cámara Internacional de la Industria del Transporte, dijo que el tema de la extorsión no solo afecta a vidas humanas, debido a una inacción de los tres poderes del Estado, sino que el tema ya involucra los económico.
“Como no hay confianza en que se resuelvan las denuncias, al empresario solo le queda salvaguardar la vida y los intereses de su conductores. Además, no hay conductores. Muchas empresas están trabajando con el 70% a 80% de su flota, porque no hay. Se están yendo“, señaló.
Ojeda consideró que si a algún congresista se le ocurre algún proyecto o propuesta para regular el precio del transporte público, esa no será la solución, pues si se hace generará una crisis y el transportista simplemente dejará de trabajar. “No es de extrañar (alza de pasajes por extorsión), pues la situación es caótica. Hablamos de un 80% de empresas que están siendo extorsionadas. Son 350 empresas. Sé que una está pagando 68 mil soles mensuales“, manifestó.
En tanto, Ojeda expresó que el Gobierno debería enfocarse en algunos puntos. Primero, sacar normas para apoyar a los conductores, es decir, que se flexibilice en cuanto al tema de buscar y profesionalizar conductores. “Y que se tengan mejores criterios en el tema de evaluación haca ellos, sin corrupción por supuesto”, agregó.
¿Se puede repetir en otras empresas?
Según detalló Casas, con esta alza tarifaria los pasajeros se ven afectados en diferentes dimensiones. En primer lugar, muchos de ellos han sido víctimas colaterales de la violencia; se han visto casos, por ejemplo, de fallecidos indirectos. En segundo lugar, se ven afectados económicamente por el incremento en el costo de los pasajes.
Además, sostuvo que si bien no es una medida que se haya generalizado, es probable que en los próximos días muchas empresas también tomen la misma decisión. «En tercer lugar, también hay afectación psicológica, ya que miles de personas permanecen atemorizadas de vivir una experiencia de ataque violento por parte de extorsionadores. El transporte hoy se convierte en un escenario de riesgo para muchas personas, entre ellos, adultos mayores, escolares y padres de familia», expresó.

Por otro lado, Ojeda explicó que el monto más bajo que están pagando algunas empresas de transportes al mes es de 30 mil soles, mientras que otras más grandes desembolsan 70 mil. En consecuencia, dijo que presentan un déficit mensual que no lo tenía establecido en su flujo de gastos mensuales.
Por lo tanto, opinó que no extrañaría que en una economía de libre mercado, algunas empresas puedan tomar la decisión de subir el pasaje. Ellos no están sujetos a regulación. “Economía (ministerio) también tiene que ser parte de estas conversaciones. Con los pagos que se hace a la extorsión, no se va a poder mejorar la calidad del servicio en el transporte. No se invertiría“, puntualizó.













