Jueves, Abril 24

Una empresaria del emporio comercial de Gamarra, en el distrito limeño de La Victoria, tomó la drástica decisión de cerrar sus dos tiendas tras recibir amenazas de muerte por parte de una organización criminal dedicada a la extorsión.

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La víctima, cuya identidad se mantiene en reserva por motivos de seguridad, denunció que los delincuentes le exigieron el pago de un cupo de mil soles, acompañando sus amenazas con imágenes de armas, fotografías personales y datos detallados sobre su familia.

“He recibido amenazas fuertes contra mi persona, contra mi familia, contra mi negocio que está cerca a Gamarra”, relató la empresaria en diálogo con América Noticias.

Según contó, los criminales enviaron mensajes intimidantes en los que incluyeron su árbol genealógico completo, con nombres, rostros y parentescos de sus seres queridos, lo que evidenciaría un trabajo previo de inteligencia por parte de los extorsionadores.

La empresaria explicó que los mensajes dejaban claro que, si no se contactaba con ellos o si intentaba ignorar sus exigencias, atentarían contra su vida, la de sus trabajadores y su entorno más cercano. Por temor a que se concretaran las amenazas, decidió cerrar sus dos tiendas ubicadas en el jirón Parinacochas, una de las zonas más comerciales de Gamarra.

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La víctima indicó que su caso no es un hecho aislado. Asegura que la extorsión se ha convertido en una práctica común dentro del emporio, y que muchos empresarios, tanto grandes como pequeños, viven bajo amenaza constante.

Asimismo, señaló que la mayoría de las víctimas optan por el silencio, debido a la falta de confianza en las autoridades y al miedo de represalias. “Algunos pagan por miedo. Otros cierran. Muy pocos se atreven a denunciar”, afirmó.

La Dirincri ya tenía denuncias contra el mismo número

La empresaria presentó su denuncia ante la División de Investigación de Secuestros y Extorsiones de la Dirincri, donde los agentes confirmaron que el número desde el cual recibió las amenazas ya ha sido utilizado en otros casos similares.

A pesar de haber acudido a las autoridades, la comerciante ha decidido no reabrir sus tiendas por ahora, priorizando su seguridad y la de su familia. La situación, además de dejarla sin ingresos, afecta también a sus trabajadores, quienes dependían del negocio para subsistir.

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