Domingo, Octubre 27

El sector agrícola viene cayendo en los últimos tres meses, de junio a agosto, lo que ha generado preocupaciones de cara al cierre del año. Si bien cifras preliminares señalan la mejora de un conjunto de productos de agroexportación, riesgos latentes como la variabilidad del clima, la escasez del agua y la demora en el desarrollo de proyectos de irrigación presentan un panorama desafiante para la agricultura en el mediano plazo.

A merced de las lluvias

La normalización de los niveles de siembra y de la ocurrencia de lluvias durante la campaña agrícola entre agosto del 2023 y julio del 2024 permitieron que la producción de cultivos tradicionales como la papa o la quinua se incremente 10% respecto de los doce meses anteriores, contribuyendo al crecimiento del PBI agrícola de regiones como Puno y Huancavelica. Esto llevó a una fuerte recuperación del sector en el segundo trimestre del 2024, concentrada en los meses de abril y mayo.

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Sin embargo, en los siguientes meses la vulnerabilidad a las anomalías climáticas impactó principalmente a los productos de agroexportación. En regiones del sur como Tacna y Arequipa, el incremento de las lluvias, así como las mayores temperaturas, afectaron negativamente la etapa de crecimiento y la cosecha de la aceituna. En tanto, fue la falta de lluvias en regiones del oriente como Ucayali y San Martín, acompañada de la aparición de plagas, lo que perjudicó la producción de otro cultivo de agroexportación como el cacao.

Estos fenómenos han impedido una recuperación del empleo en el sector. Según la Encuesta Permanente de Empleo del INEI, el empleo total en los sectores primarios, en los cuales predomina la agricultura, viene cayendo 6 trimestres consecutivos. Asimismo, hasta agosto, el empleo formal del agro acumula 13 meses consecutivos de caída, algo sin precedentes desde 2017 que se cuenta con información, lo que representa una pérdida de 73 mil puestos de trabajo. Sin embargo, cabe destacar que, entre enero y agosto del 2024, los ingresos reales del empleo formal del sector crecieron 7,4% respecto al mismo periodo del año anterior, recuperándose así el poder adquisitivo de los hogares vinculados al agro.

Recuperación de las agroexportaciones

Si bien aún no se publican las estadísticas de producción de setiembre, las cifras preliminares del volumen de agroexportación no tradicional indican una recuperación de un grupo de productos como los arándanos, la uva y el mango, respecto del 2023. Según ADEX, el volumen de exportación del arándano, del cual el Perú es el primer exportador mundial, se incrementó 42% en setiembre, luego de cuatro meses de caída. Este aumento continuaría durante el cuarto trimestre y se explica por la normalización de las anomalías climáticas que se dieron en 2023 y que impactaron en el rendimiento de estos frutos.

No obstante, fuentes del sector son cautelosas respecto de la posibilidad de que se alcance una producción similar a la del 2022. Ello responde a las dificultades que se han presentado con la disponibilidad y suministro de agua en regiones de la costa como Piura (reservorio Poechos) y Lambayeque (proyecto Olmos-Tinajones), que afectan tanto a grandes como a pequeños agricultores. A ello se suma la sensibilidad de estos cultivos a la variabilidad en las temperaturas y a los niveles de luz solar.

Inversión e investigación

Hacia la primera mitad del 2025, se espera una recuperación de la producción de la aceituna y el mango. Sin embargo, esta perspectiva está sujeta a que se presenten temperaturas neutras en la costa del país, como hasta ahora lo viene pronosticando el Enfen.

En esta línea, se requiere una mayor atención a políticas públicas vinculadas a reducir la exposición del agro a los choques climáticos. Según la Encuesta Nacional Agropecuaria 2022, el 64% de la superficie agrícola utilizada por productores de pequeña y mediana escala es bajo secano, es decir, depende únicamente de la lluvia. Ello no ha variado significativamente en los últimos ocho años (61% en 2014). En tanto, el riego tecnificado, que hace más eficiente el uso del agua, se utiliza solo en 16% de la superficie agrícola. A mediano plazo, acelerar el desarrollo de proyectos de irrigación y la tecnificación del agro más tradicional surgen como tareas pendientes para el Ejecutivo en una actividad que brinda empleo a uno de cada cuatro trabajadores peruanos.

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