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Incluso, superó la cantidad de reportes de violencia sexual escolar del 2023 (3.519), que en ese momento llegó a ser la cifra más alta. Otros años con mayor número de denuncias del mismo tipo fueron el 2022 (2.423) y el 2019 (2.340).
Del total de casos de violencia sexual escolar reportados el año pasado, 2.112 fueron perpetrados por personal docente y administrativo en agravio de los escolares, mientras que 1.830 sucedieron entre los mismos alumnos.
Asimismo, cabe mencionar que la data del SíseVe también advierte sobre la ocurrencia de otros tipos de violencia en las escuelas. En el 2024, se reportaron 7.902 casos de violencia física, así como 7.840 de violencia psicológica.
Otras cifras preocupantes
La data del SíseVe también revela otras cifras que resultan preocupantes, como las vinculadas a los subtipos de violencia reportados en colegios a nivel nacional. En lo que respecta a denuncias por violación sexual, en el 2024 se reportaron un total de 357: 160 a manos de profesores y personal administrativo, y 197 entre estudiantes.
En tanto, se reportaron 2.426 casos de tocamientos, actos de connotación sexual o actos libidinosos. De estos, 1.066 fueron cometidos por profesores y personal administrativo, mientras que 1.360 entre escolares.
Asimismo, el hostigamiento sexual fue otro de los subtipos de violencia más reportados en los colegios en el 2024, un total de 709. Del mismo modo, el acoso sexual durante el año pasado alcanzó un número de casos significativo: 143.
Estos 4 escenarios de violencia sexual en instituciones educativas fueron los que registraron un aumento considerable de casos en comparación a las cifras alcanzadas en el 2023.
Por otro lado, el nivel educativo también tuvo un espacio en la plataforma del SíseVe. La gran mayoría de casos (97%) se registró en secundaria (2.793) y en primaria (1.034). Además, de los 3.942 reportes de violencia sexual escolar en el 2024, solo 2.226 (56%) tienen estado de atención finalizado, es decir, poco más de la mitad.
Otro dato a resaltar es el de las áreas con más reportes de estos casos. Esto se llevó a cabo tomando en cuenta las UGEL y su ámbito de competencia. Aquellas con más reportes fueron: UGEL 03 Cercado (205), UGEL 02 Rímac (168), UGEL 01 SJM (163), UGEL San Borja (159), UGEL 06 ATE (136), UGEL 04 Comas (130) y UGEL 05 SJL (115).
Acciones tomadas por el Minedu
Tras ser consultado por El Comercio sobre las acciones y medidas llevadas a consecuencia de los reportes, el Minedu compartió una data con los resultados de las supervisiones y verificaciones efectuadas entre el 1 de abril y el 27 de diciembre del 2024. En estas se incluyen diversos tipos de delitos efectuado por docentes y personal administrativo de instituciones educativas.
En total, se han separado a 628 trabajadores (entres maestros y administrativos). Estos se encuentran condenados o procesados por los delitos de terrorismo y apología del terrorismo (54), violación a la libertad sexual (504), tráfico ilícito de drogas (22), homicidio doloso (17), secuestro (11), proposiciones a niños, niñas y adolescentes (7), proxenetismo (4), violación de la intimidad, por difusión de imágenes, materiales audiovisuales o audios con contenido sexual (4), feminicidio (2), parricidio (1), trata de personas (1) y pornografía infantil (1).
Todos ellos fueron separados hasta el 31 de diciembre del año pasado. De los 628, 543 son profesores y 85 personal administrativo. En tanto, 535 pertenecían a instituciones educativas públicas y 93 a instituciones educativas privadas.
¿Cómo frenar el aumento de casos?
José Luis Gargurevich, exviceministro de Educación, lamentó que las escuelas se hayan convertido en un escenario de desprotección para los niños y adolescentes, en vez de representar un entorno seguro para ellos a través de la educación. Enfatizó que los colegios vienen dejando de lado su rol de garantizar una convivencia saludable y el resguardo de los derechos de su alumnado.
“La violencia sexual que comete un maestro contra sus estudiantes se hace desde una posición de poder y de influencia, y aprovechando la vulnerabilidad de los menores de edad. La escuela está olvidando que su tarea no solo asegurar aprendizajes sino que ese aprender se haga desde una convivencia saludable que resguarde los derechos de los estudiantes”, indicó.
Asimismo, Gargurevich señaló que el Minedu ha centrado su esfuerzo en el registro de los casos a través de la plataforma SíseVe, pero no en la atención y la respuesta frente a los casos. Resaltó que de nada vale solo promover el registro de casos si no se hace seguimiento a las investigaciones y las respuestas oportunas. Además, precisó que la tarea es multisectorial y supone una articulación de mecanismos entre el sector Educacional, el Ministerio Público, la Policía Nacional, las Demunas y Centros de Emergencia Mujer en el nivel local, sector Salud y otros sectores.
“Los colegios tienen que hacer de la gestión de la convivencia escolar otro de sus servicios centrales, acompañar y rehabilitar pedagógicamente a los involucrados, empoderar a los estudiantes para que aprendan a cuidar su cuerpo y su sexualidad, y conocer los canales para prevenir y reaccionar a tiempo frente a estos abusos: todo eso es parte de sus aprendizajes también”, expresó.
En tanto, el exviceministro de Educación afirmó que sancionar definitivamente es algo que está fallando. Sostuvo que si las familias no quieren denunciar, el director de la escuela debe elevar la denuncia. Por su parte, las UGEL deben separar inmediatamente a los agresores y asegurar que no vayan a agredir a otras escuelas, no encubrirlos o dilatar sus procesos sancionadores.
“Y ya en la escuela, los directivos y los docentes deben de tener un Plan de Convivencia Escolar que oriente el desarrollo educativo de la IE, que alerten los casos a tiempo, que hagan de la educación sexual integral y el enfoque de derechos una columna central de las actividades del año. Las familias tienen que estar más presentes en la gestión escolar, participar y demandar más estrategias de este tipo”, detalló.
Por su parte, Milagros Sáenz, vocera del colectivo Volvamos a Clases, indicó a El Comercio que le parece sumamente preocupante, sobre todo, el alto número de casos reportados de violencia sexual hacia alumnos de parte de personal docente y administrativo. Teniendo en cuenta, además, que las cifras del SíseVe suelen estar subrepresentadas ya que señaló que es muy poca la gente que se atreve a denunciar.
“El número de casos debería ser cero. Creo que como sociedad nos debiera de preocupar que haya tantas cifras de violencia y acosos sexual en los colegios, estamos hablando de menores de edad, personas en formación cuya vulnerabilidad es aprovechada por gente que abusa de sus posición de poder”, expresó.
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En tanto, Sáenz consideró que la agresión entre escolares también es muy preocupante. Por ello, manifestó que sería muy importante que los alumnos estén preparados, que desde casa se converse sobre qué se debe hacer y qué no, qué tipos de actos son permitidos y cuáles no, para protegerse y dar señales de alarma. “Aquí urge programa integrales que ataquen todos los frentes, desde la socialización, el conocimiento del cuerpo. La educación sexual integral es vital”, dijo.
Por otro lado, afirmó que el SíseVe no está resultando lo eficiente que se esperaba. Detalló que muchos estudiantes que sufren de acoso escolar no están denunciando como deberían porque el sistema no es muy efectivo, demora mucho, los casos no se resuelven, y si se resuelven no siempre es de la mejor manera, entonces para qué denunciar. “Vemos que el sistema demora mucho, la gente no encuentra la justicia que busca, una resolución rápida del conflicto. Deja mucho que desear”, lamentó.