
Se conocieron actuando en “La rica Vicky”, allá por 1997, cuando ambos tenían solo 21 años. Lo que comenzó como una historia de ficción pronto se convirtió en una realidad que lleva ya 27 años escribiéndose a dos voces. Virna Flores e Ismael La Rosa, pareja dentro y fuera de escena, han compartido pantalla en series, novelas, películas e incluso en la conducción de programas. Pero hoy, por primera vez, se desnudan —en el mejor y más profundo sentido de la palabra— sobre el escenario del Teatro Marsano con “Desnudos”, su primera obra teatral juntos.
“Nunca habíamos hecho teatro, aunque parezca increíble. También es la primera vez de ambos en el Marsano”, confiesa Ismael. “Hemos estado en casi todos los formatos, pero este debut teatral como pareja se siente especial, íntimo, honesto”.
La obra, una comedia dramática sobre tres parejas en distintas etapas de la vida, invita a reflexionar —entre risas y silencios— sobre los vínculos, la intimidad, los logros que no siempre traen felicidad y las verdades que emergen cuando las máscaras caen. “El título ‘Desnudos’ no solo habla de cuerpos, sino de almas, de la capacidad de reconocerse en el otro más allá de lo físico”, agrega.
Virna e Ismael interpretan a una pareja casada con éxito material, pero con grietas emocionales. Y es justamente esa cercanía entre la vida real y la ficción lo que hace más potente su interpretación. “Ser pareja en la vida nos facilita el trabajo en escena”, explica Virna. “Hay confianza, hay diálogo, podemos ensayar en casa, hablar del personaje tomando un vino. Incluso las escenas de contacto, de vulnerabilidad física, son más naturales entre nosotros”.
Ismael coincide: “La confianza que tenemos hace mucho más sencillo todo lo relacionado con lo corporal, el desnudo, el tocarse, el reconocerse. Eso definitivamente es más fácil entre nosotros porque somos pareja”.
Complicidad Verdadera
Pero más allá de la complicidad actoral, lo que conmueve es su historia de amor. Una historia que comenzó con reticencias —“ella no quería nada conmigo”, recuerda entre risas Ismael— y que fue creciendo con los años, con viajes, rodajes, decisiones difíciles y sobre todo, con el compromiso de ser un equipo. “Desde el principio teníamos claro que no queríamos perder el tiempo. Buscábamos lo mismo, soñábamos parecido”, cuenta ella.
Durante las grabaciones de “La rica Vicky”, Ismael solía llevar a Virna a su casa y, agotado, se quedaba dormido a los pies de su cama. Terminada la telenovela, se fueron de viaje a República Dominicana con la madre de ella y, al regresar, decidieron mudarse juntos. Desde entonces, no se han separado.

Vivieron juntos desde el inicio, pero se casaron recién después de once años de relación, no sin antes pasar por una conversación definitiva. “Quiero tener hijos contigo o sin ti”, le dijo él. Virna, que nunca había soñado con la maternidad, se tomó un momento de reflexión.
“Hay mujeres que desde niñas sueñan, como Susanita de Mafalda, con casarse y tener hijos. Ese no era mi caso. Yo quería viajar por el mundo, actuar todo el tiempo. Siempre he sido muy independiente, dueña de mi tiempo. No tenía claro si quería ser mamá, no me quitaba el sueño. A él sí. Entonces me proyecté a los 40 y me pregunté si me arrepentiría de no haber sido madre. Supe que sí”.
Hoy, sus hijos Varek e Ishana son el centro de su mundo. “Formamos una familia hermosa, no la cambiaría por nada”, dice ella con convicción.
Entre la independencia de Virna y la pasión de Ismael por formar una familia, han construido una relación basada en el respeto, la evolución y la autenticidad. “No creemos en la idea de la media naranja. Somos dos naranjas completas. O quizá dos frutas distintas, pero completas”, dicen entre risas, con esa mezcla de humor y profundidad que también transmite la obra que hoy comparten.
Paralelamente a su rol en el teatro, Virna interpreta a Lorena en “Al fondo hay sitio”, una de las series más emblemáticas de la televisión peruana, donde su personaje ha sido muy bien recibido por el público. Ismael, por su parte, combina el teatro con dos proyectos personales: Kontenedores, una iniciativa cultural que busca concientizar a través del arte, y Academika, una plataforma educativa virtual.
Además…
“Desnudos” va hasta mayo en el Teatro Marsano. Las entradas están a la venta en Teleticket.