Martes, Julio 2

Francia celebra elecciones legislativas a dos vueltas, el 30 de junio y el 7 de julio, después de que el presidente, Emmanuel Macron, decidiera adelantarlas inmediatamente después de conocerse los resultados de las europeas del 9 de junio, en las que la extrema derecha logró una victoria histórica. Los franceses mayores de 18 años (más de 49,5 millones de personas) están llamados a elegir a los 577 diputados en otras tantas circunscripciones uninominales que reúnen en principio 125.000 electores de media. Al término de la primera vuelta, quedan elegidos diputados aquellos candidatos que consiguen más del 50 % de los votos emitidos en su circunscripción siempre que eso represente al menos el 25 % de los electores inscritos en el censo.

MIRA ACÁ LA TRANSMISIÓN EN VIVO:

Si nadie ha obtenido la mayoría absoluta de los votos, pasan a la segunda vuelta los dos que han terminado en las primeras posiciones, así como los candidatos que hayan conseguido en la primera vuelta un número de votos equivalente a cuando menos un 12,5 % de los electores inscritos en la circunscripción.

MIRA: Francia: Marine Le Pen avisa de que si llegan al Gobierno Macron no podrá enviar tropas a Ucrania

Eso significa que cuando el nivel de participación es relativamente alto, como se prevé que ocurra este domingo (los institutos de sondeos anticipan en torno al 64-66 %), pueden calificarse para la segunda vuelta tres o en casos excepcionales hasta cuatro candidatos.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, habla con la prensa al final de la Cumbre del Consejo Europeo en la sede de la UE en Bruselas el 28 de junio de 2024. (Foto de Ludovic MARIN / AFP).

En la segunda vuelta se lleva el escaño el que tenga más sufragios y los demás se quedan sin nada. Por eso es frecuente que un candidato, aunque se haya calificado, se retire si cree que tiene pocas posibilidades para evitar que sea diputado un candidato cuya victoria quiere evitar a toda costa.

Estrategias de segunda vuelta

Por ejemplo, en estos comicios teniendo en cuenta la victoria de la extrema derecha que preludian todos los sondeos, los partidos de la coalición de izquierdas ya han anticipado que en la segunda vuelta pedirán el voto para el candidato que tenga más posibilidades de impedir la elección de los designados por la Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen o sus aliados.

MIRA: Macron alerta de un riesgo de “guerra civil” si gobierna la ultraderecha o la izquierda

Aunque formalmente es el presidente de la República quien nombra al primer ministro que luego forma su Gobierno, la composición de la Asamblea Nacional que salga de estos comicios limitará mucho su margen de maniobra.

Si como anticipan las encuestas Macron deja de tener mayoría en la cámara (desde las últimas elecciones de 2022 disponía de una mayoría simple, no absoluta), habrá de nombrar a un primer ministro que pueda obtener el respaldo de la Asamblea Nacional, ya que el Gobierno responde ante la cámara de diputados.

Es decir, que para que salgan adelante los proyectos del Ejecutivo necesitan el voto mayoritario de los diputados, que además pueden tumbar al Gobierno con una moción de censura no constructiva, sin constituir un gabinete alternativo con respaldo de la cámara.

El candidato a primer ministro de RN, Jordan Bardella, ha insistido en los últimos días en que no formará Gobierno salvo que los electores le den una mayoría absoluta en la cámara (289 diputados como mínimo) ya que en caso contrario no podría aplicar su programa porque da por hecho que ninguno de los grupos de oposición le darían apoyo.

Posible bloqueo político

Eso significa que si no hay mayoría absoluta para ninguno de los tres grandes bloques, que son RN con sus aliados de derechas, la izquierda y los macronistas, se abre el escenario de un bloqueo político.

Una parálisis que, a menos de que se constituyera un Ejecutivo dirigido por una personalidad independiente de consenso -algo que sería inédito en Francia– correría el riesgo de durar, ya que el presidente de la República no puede volver a convocar elecciones legislativas en un año.

Por lo que se refiere a este segundo y último mandato de Macron, termina en 2027 de forma que si su grupo pierde las elecciones lo normal sería que se iniciara una etapa de cohabitación con un Gobierno de diferente color político.

El jefe del Estado, más allá de algunas prerrogativas exclusivas como la posibilidad de someter un proyecto de ley a referéndum o actuar como garante de las instituciones, tiene competencias en el terreno de los asuntos exteriores y de la defensa, pero que debe compartir con el Gobierno, que es el que en última instancia controla la caja a través del presupuesto.

Así por ejemplo, en la cohabitación que hubo entre 1997 y 2002 entre el presidente conservador, Jacques Chirac, y el Gobierno de izquierdas del primer ministro socialista Lionel Jospin, ambos estaban en representación de Francia en las cumbres europeas.

Posible victoria de la ultraderecha

La campaña para la primera vuelta de las elecciones legislativas francesas del domingo concluyó el viernes con el país en vilo ante la previsible victoria de la ultraderecha de Marine Le Pen y pendiente de si podrá alcanzar la mayoría absoluta en la segunda ronda.

Ha sido una campaña relámpago, que comenzó hace algo menos de dos semanas, apenas ocho días después de que el presidente Emmanuel Macron disolviera la Asamblea Nacional y convocara inesperadamente los comicios tras la dura derrota sufrida por su partido en las elecciones europeas del 9 de junio.

Todos los sondeos de intención de voto coinciden en una holgada victoria de Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen, y algunos incluso apuntan la posibilidad de que supere los 289 diputados que marcan la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional.

Así lo apunta un sondeo de Elabe divulgado este viernes, y que atribuye al RN entre 260 y 295 diputados tras las segunda vuelta del 7 de julio, e incluso con una ligera mejora en votos, hasta el 36 % en la primera vuelta.

El sondeo da al Frente Popular de izquierda un 27,5 % de los votos (155-175 escaños) y un 20 % a la coalición macronista de centroderecha (75-105 legisladores).

Las posibilidades que se manejan, en caso de victoria del RN sin mayoría absoluta, son dos, la primera de ellas un Gobierno ultraderechista en minoría y en una inestable cohabitación con el presidente Emmanuel Macron.

El presidente del RN y candidato a primer ministro, Jordan Bardella, ya ha avanzado que no desea gobernar si no tiene el control total de la Asamblea Nacional, ya que no podría el poder para implementar sus programa.

La segunda posibilidad es que el resto de fuerzas se unan para crear una mayoría de gobierno provisional que acuerde una alternativa mínima para “hacer avanzar al país de forma mínima”, como lo ha definido el expresidente socialista François Hollande (2012-2017), que es candidato a diputado.

La Constitución francesa estipula que las elecciones a la Asamblea Nacional solo pueden repetirse al cabo de un año, por lo que esta segunda opción permitiría llevar los asuntos corrientes durante ese período.

El exprimer ministro socialista Manuel Valls, que dejó el partido hace años, advirtió a EFE de que esa opción, “un gobierno que solo existe para impedir la victoria de la extrema derecha, le dará mucha fuerza a la propia extrema derecha, porque esta dirá que no la dejan gobernar”.

Mientras tanto, miles de candidatos recorrieron hoy por último día las calles de las 577 circunscripciones en busca de los últimos votos que pudieran conseguir.

La líder del RN, Marine Le Pen, tuvo que dedicar buena parte de la jornada a tratar de arreglar una metedura de pata que había creado su partido para discriminar a los franceses que tienen la nacionalidad de otro país.

Le Pen se declaró “atónita” por las declaraciones de uno de sis diputados, Roger Chudeau, al que desautorizó por haber dicho que los binacionales no deberían ser ministros, ya que se plantea “un problema de doble lealtad”.

También buscaba hoy votos la franco-chilena Raquel Garrido, diputada saliente y candidata independiente de izquierda, que recorrió un mercado en Drancy (en el departamento de Seine-Saint-Denis, noreste de París, que tiene un 25 % de extranjeros.

Garrido insistía a los votantes para eludir las disputas entre las distintas familias de la izquierda, porque la extrema derecha “está a las puertas del poder”.

Mientras tanto, el primer ministro, Gabriel Attal, se mostró convencido en Lyon de que, a pesar de las encuestas en contra, “muchos franceses dicen que no quieren elegir entre la Agrupación Nacional y La Francia Insumisa”, el partido más a la izquierda del Frente Popular y al que el Gobierno utiliza como espantajo.

El diario Le Monde pidió hoy una movilización de “todos los demócratas auténticos” para “frenar a la Agrupación Nacional”, bajo el riesgo de que si llega al poder “se corre el riesgo de ver cómo se deshace, poco a poco, lo que se ha construido y conquistado en más de dos siglos y medio”, según escribe su director, Jérôme Fenoglio, en un editorial.

Compartir
Exit mobile version