Lunes, Diciembre 23

El reciente aumento de los rendimientos de los bonos del Tesoro a dos y diez años se puede atribuir a varios factores y tiene diferentes significados en los mercados financieros, lo que confunde a muchos inversores:

Expectativas de crecimiento económico: los inversores anticipan un crecimiento económico más sólido, que a menudo conduce a mayores rendimientos. Cuando se espera que la economía crezca, los inversores exigen mayores rendimientos de sus inversiones. El mercado de valores sube si los mayores rendimientos de los bonos se asocian con una aceleración del crecimiento económico. Las acciones de bolsa y el rendimiento de los bonos de la Tesoreria suben juntos.

Preocupaciones por la inflación: las mayores expectativas de inflación suelen conducir a mayores rendimientos, ya que los inversores buscan una compensación por la disminución del poder adquisitivo de los futuros pagos de intereses. En este escenario, aumenta la volatilidad en el mercado de valores. Sin embargo, si la Reserva Federal (Fed) se ve obligada a aumentar las tasas para controlar la inflación de manera agresiva, la economía puede entrar en recesión, lo que provocaría el colapso del mercado de valores. Las acciones caen y los rendimientos de los bonos de la Tesoreria aumentan. En este caso, se mueven en direcciones opuestas.

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Políticas de la Reserva Federal: la postura de la Reserva Federal respecto a las tasas de interés y la política monetaria puede afectar significativamente los rendimientos de los bonos del Tesoro. Si la Fed da señales de posibles subidas de tasas para combatir la inflación, el rendimiento de los bonos tiende a aumentar en respuesta. Nuevamente, en este escenario, la volatilidad en el mercado de valores es el primer síntoma que surge.

Sentimiento del mercado: el sentimiento general de los inversores y la confianza en los mercados financieros pueden aumentar el rendimiento de los bonos. Cuando los inversores se sienten optimistas sobre la economía, pueden apartarse de inversiones más seguras como los bonos del Tesoro en favor de activos más agresivos en busca de mayores rendimientos, lo que hace que los precios de los bonos caigan y el rendimiento de los mismos aumente. En este caso, el sentimiento del mercado está asociado con la expectativa de crecimiento económico mencionada anteriormente.

Cualquiera de estos factores en forma individual o conjunta puede haber contribuido al reciente movimiento alcista del rendimiento de los bonos del Tesoro. La realidad es que los rendimientos de los bonos están aumentando y la Fed redujo la tasa de corto plazo en 50 puntos básicos el 18 de septiembre. Los inversores en bonos están enviando un mensaje diferente a la Fed. Aunque la tasa de desempleo se mantiene en el 4,1%, el informe de empleo del viernes fue más débil de lo esperado. En la mente de los inversores de renta variable, esto abre la posibilidad de un recorte adicional de tasas de 25 pb en la próxima reunión de la Fed durante el 6 y 7 de noviembre. El día de las elecciones presidenciales es el 6 de noviembre y el anuncio de la Fed sobre tasas de interés es el 7 de noviembre.

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El rendimiento de los bonos del Tesoro a 2 años dio un salto impresionante a principios de octubre y continuo su trayectoria ascendente durante todo el mes. El mismo comportamiento se puede observar en el rendimiento de las notas del Tesoro a 5 y 10 años, y el bono del Tesoro a 30 años. El diferencial entre el rendimiento a 2 años y el de 10 años ha vuelto a la normalidad, siendo el primero más bajo que el segundo. Esto indica que los inversores en bonos no están preocupados por una recesión económica. Aunque algunos datos económicos muestran que la economía se está enfriando. Por lo tanto, podemos concluir que la tendencia alcista de los rendimientos en bonos no está relacionada con la expansión económica, sino con la re aceleración de la inflación. Como he venido diciendo a lo largo del año, esto coloca a la economía estadounidense en el último trimestre del año en la Fase III del ciclo económico, donde el PIB se desacelera, la inflación se acelera y la volatilidad aumenta. Por lo tanto, las carteras de inversión deberían ajustar sus posiciones para beneficiarse del nuevo periodo inflacionario.

Esta semana, del 4 al 8 de noviembre, tendremos los informes de ganancias trimestrales de Google (GOOGL), Advanced Micro Devices (AMD), Microsoft (MSFT), Meta (META), Apple (AAPL) y Amazon (AMZN). Los resultados de estas seis megaempresas pueden dar una buena idea de la dirección del mercado de valores a corto plazo. La volatilidad ($VIX) se mantuvo alta en octubre, cerrando el día viernes a 21,88. Para ponerlo en perspectiva, los mercados alcistas suelen ocurrir con $VIX por debajo de 18-17. Sin embargo, el período histórico más alcista del año acaba de comenzar. Va del 27 de octubre al 18 de enero.

Todo esto puede confundir a muchos inversores e incluso puede impedirles tomar decisiones informadas, lo que nunca es una buena idea. Aquí es donde es esencial tener un plan de acción e inversión y seguirlo. Como mencioné a lo largo del año, somos optimistas a medio y largo plazo y seguimos siendo cautelosamente optimistas a corto plazo debido a una volatilidad más alta de lo deseado.

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Las fuertes bajas en el mercado bursátil el día jueves causaron algunos daños técnicos a los principales índices. El índice S&P 500 atravesó el EMA de 20 días y casi tocó el soporte de su MA de 50 días. El viernes, el índice abrió al alza, pero cerró en la parte inferior del rango de operaciones del día a 5728,80. Aunque este es un comportamiento de retroceso normal en cualquier tendencia alcista, técnicamente hablando, sería importante que el índice recuperara el EMA de 20 días, ahora en 5778. Por el contrario, perforar la MA de 50 días ahora a 5703,74 y cerrar por debajo del mismo solo agregaría volatilidad y ansiedad a corto plazo a los inversores sin un plan de acción. En este escenario, el índice puede caer para hacer un test de soporte a 5600, y si no se sostiene allí, la siguiente zona de soporte sería 5500.

Actualmente, sujeto a cambios a medida que haya nuevos datos disponibles, nuestro peor escenario muestra el soporte del S&P 500 en el rango de 5100 a 5200. Si esto se cumple, sería una corrección de -9,00% a -11,00% desde su pico en octubre. ¿Es posible que el S&P 500 caiga al área de 5100/5200 durante noviembre? Claro, todo es posible en un mundo problemático como el nuestro. ¿Pero es probable? No, no en nuestra opinión, siempre y cuando la inflación no se salga de control y los conflictos geopolíticos no se intensifiquen, convirtiéndose más en un conflicto mundial o un evento de cisne negro.

Sigo siendo cautelosamente optimista sobre las elecciones presidenciales: las elecciones del martes 5 de noviembre podrían generar volatilidad en el mercado, especialmente si hay cambios significativos en la política económica. Como mencioné en mi último artículo, las elecciones presidenciales de Estados Unidos se han caracterizado por tener dos partidos políticos dominantes, uno de centroderecha y otro de centroizquierda en cuestiones sociales, pero con intereses económicos similares y capitalistas sin vacilaciones. Esta vez no es así. La política económica de cada partido es muy diferente y la implementación de cada una puede arrojar resultados muy distintos dependiendo quien gane.

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