Lunes, Enero 6

La confianza del consumidor cayó en diciembre a 104,7 desde 112,8 en noviembre, y el optimismo poselectoral parece estar desvaneciéndose en vista que el costo de vida y la creciente inflación son el centro de preocupación de muchos hogares. Sin embargo, el mercado laboral sigue siendo sólido (4,2%), y el PIB aumentó a una tasa anual del 3,1% en el tercer trimestre de 2024. El PIB del cuarto trimestre se ha revisado al alza a un 2% anualizado. Nuestro análisis concluye que el crecimiento del PIB anualizado para el 2024 debería estar entre el 2,3% y el 2,7%, con una aceleración de la inflación en el cuarto trimestre. El PCE básico de noviembre, la métrica de inflación preferida por la Fed, se situó en el 2,7%, su nivel más alto desde abril 2024.

¿Qué significa todo esto en términos prácticos? Como esperábamos y mencionamos en artículos anteriores, la inflación se aceleró ligeramente o se mantuvo, y el PIB se desaceleró en el cuarto trimestre. Hasta ahora, parece que estábamos en lo cierto en nuestro pronóstico. En este entorno económico, la volatilidad aumenta porque los rendimientos de los bonos del Tesoro suben, lo que genera ansiedad en los inversores. Aun así, el mercado de valores no colapsa mientras la inflación no se descontrole. Como mencioné a lo largo de 2024, somos optimistas a mediano y largo plazo y seguimos siendo cautelosamente optimistas a corto plazo debido a una volatilidad mayor a la deseada. Las tasas de interés más altas, o la expectativa de que lo sean, crean un entorno más desafiante para las acciones.

Es positivo que la curva de rendimiento de bonos de la Tesorería americana pasó de estar invertida a normal en septiembre, con rendimientos a corto plazo inferiores a los de mediano y largo plazo. La importancia de este movimiento es que los inversores en bonos no esperan que la economía entre en recesión y probablemente esperan que la inflación se mantenga bajo control, tal vez no donde la Fed quisiera que estuviese, pero tampoco fuera de control.

En el primer trimestre de 2025, esperamos que el ciclo económico pase de la Fase III, donde la inflación se acelera y el PIB se desacelera en el último trimestre de 2024, a la Fase II, donde la inflación y el PIB se aceleran juntos. Esto se denomina período reflacionario, durante el cual la economía se recupera, las expectativas de los consumidores aumentan, la producción industrial aumenta, la curva de rendimiento es normal y el sesgo de la política monetaria es agresivo para evitar que la inflación se dispare.

A pesar de la ola de ventas durante la segunda mitad de diciembre, el mercado de valores sigue siendo alcista. Sin embargo, es aconsejable actuar con prudencia a corto plazo debido a la tendencia principal alcista de la volatilidad combinada con la tendencia alcista de los rendimientos de los bonos del Tesoro. Si persiste, esta combinación debería ser una mala noticia para las acciones de bolsa. Nuestros indicadores cuantitativos muestran que la ola de ventas es a corto plazo porque la tendencia alcista en la volatilidad es superficial: acaba de comenzar y aún no es una tendencia fuerte. Sin embargo, esta indicación puede cambiar en cualquier momento y nuestro pronóstico se ajustará en consecuencia.

La tendencia principal del cobre y el petróleo crudo liviano es bajista. Tal vez los inversores estén anticipando un menor crecimiento económico mundial. Al mismo tiempo, el dólar estadounidense muestra una fuerte tendencia alcista y el oro se está debilitando a corto plazo hacia una tendencia bajista.

Conclusión: la economía estadounidense puede estar desacoplándose de la economía mundial. Si bien Estados Unidos puede estar entrando en la Fase II del ciclo económico, la economía mundial puede estar encaminándose hacia la Fase III, donde la inflación se acelera y el PIB se desacelera. La rotación de capitales indica que los sectores defensivos y el industrial, un sector líder, están rezagados en Estados Unidos, mientras que los sectores agresivos de la economía, menos el sector industrial, están liderando. Además, los semiconductores, que han estado rezagados desde principios de noviembre, pueden estar comenzando un periodo de recuperación. Si esta tendencia continúa, debería ser muy positivo para las acciones de bolsa. Este tipo de comportamiento se suma a nuestra tesis respecto a que la caída experimentada en el mercado de valores puede ser de corto plazo y la tendencia alcista en las acciones de Estados Unidos puede continuar prevaleciendo a mediano y largo plazo. Estas dinámicas ilustran la complejidad de los mercados financieros y cómo varios factores pueden influir en los rendimientos de los bonos, las acciones de los bancos centrales, el desempeño del mercado de valores y el comportamiento de los inversores.

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