Este proyecto, que forma parte de una serie de obras que se pretende realizar en toda la capital para agilizar el tránsito, aún se encuentra en fase de “trabajos de estudio“. Con una inversión de S/ 269 millones, la MML sostiene que la iniciativa beneficiará a las personas que transiten por los distritos de San Isidro y Lince, al reducir los tiempos de viaje en una de las vías más concurridas de Lima.
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En una entrevista con El Comercio, el gerente general de Invermet, Pablo Paredes Ramos, explicó que la ejecución de este proyecto empezaría entre enero y febrero de 2026 y tendría una duración de 360 días, culminando aproximadamente a finales del próximo año.
El gerente recalcó cuáles serían los impactos positivos que traería esta obra, enfatizando en que este viaducto de Javier Prado forma parte de un gran plan de mejoramiento de la infraestructura vial de Lima. “Hacer obras de manera aislada sería inadecuado. Por eso nosotros estamos aumentando la capacidad de vías, pero alrededor de toda Lima Metropolitana, no solo en un punto”, resaltó.
Paredes Ramos reiteró que los viaductos que se están haciendo en la capital tienen un objetivo integral. Añadió que la problemática del tráfico no solo tiene como causa la infraestructura vial, sino también la regulación del transporte público, en la cual la MML no tendría competencia, sino la Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU). “Es por ello que también estamos coordinando con la ATU para que debajo de este puente se establezca un paradero y circulen de manera ordenada tanto los corredores complementarios como los buses de transporte público formal”, mencionó.
En relación con las palmeras y las áreas verdes de la zona, indicó que en todo proyecto de inversión pública se realiza un diagnóstico para evitar afectaciones y, de ser necesario, se procede a la reubicación de la vegetación. Ese es el procedimiento que se aplicará en este caso.
Por otro lado, para minimizar las molestias de los vecinos, el vocero de Invermet señaló que se están desarrollando acciones de información dirigidas a quienes se verán directamente afectados por la ejecución de las obras, además de la implementación de planes de desvío vehicular. “Estamos adoptando medidas para no superar los umbrales acústicos permitidos y, en este proyecto, nos encontramos en proceso de obtener la autorización del estudio de impacto ambiental que otorgan el MTC y el Gobierno Regional Metropolitano de Lima”, afirmó.

Sobre los materiales de construcción del puente, el especialista precisó que, debido a que todavía están en la etapa de desarrollo del expediente técnico, no se ha definido cuál será la tecnología de construcción, pero “por lo general trabajamos con estructuras de concreto prefabricado que se desarrollan en una planta y luego se montan en el mismo sitio de la obra, optimizando tiempos”, agregó.
Paredes continuó respondiendo las interrogantes que tenía este Diario frente al proyecto; una de ellas fue sobre el proyecto de la Línea 4, que también pasaría por Javier Prado. Aclaró que esta línea subterránea no se verá perjudicada, ya que la profundidad es mayor a la de la cimentación del puente.
Más viaductos en Javier Prado
Si bien este proyecto es el principal de la avenida y el que está más avanzado, hay otros dos viaductos que también se ejecutarán. Uno de ellos estará ubicado en el distrito de La Molina y consistirá en una vía elevada entre la Av. Circunvalación El Golf y Los Frutales.
El otro se desarrollará en el cruce de Javier Prado con Faustino Sánchez Carrión, donde se instalará un viaducto que irá desde dicha intersección hasta el Hospital Militar.

Los otros viaductos de Lima
Como explicó Paredes, esta obra forma parte de un gran plan que, a finales de 2023, el entonces alcalde de Lima Rafael López Aliaga anunció que su gestión buscaría realizar. En ese momento mencionó que se instalarían 60 puentes vehiculares en las principales avenidas de Lima para así reducir la congestión vehicular y aligerar el tránsito entre distritos. Sin embargo, casi dos años después, recién parece estar materializándose esa iniciativa, y no al 100%.
El gerente de Invermet explicó que, de los 60 puentes anunciados, hasta que termine la gestión del actual alcalde de Lima Metropolitana, Renzo Reggiardo, se desarrollarán 20, los cuales ya tienen contrato de ejecución y son los siguientes.
- Javier Prado: 3
- Canadá: 3
- Nicolás Arriola: 2
- Bypass de Las Torres: 1
- Vía rápida Próceres–Wiesse: 6
- Vía rápida Huarochirí: 1
- Vía rápida Juan Pablo II: 3
- Vía rápida Huaylas: 1
Total: 20
Este Diario consultó qué ocurrirá con los 40 restantes que no se realizarán durante la actual gestión, a lo que Paredes garantizó que Invermet los colocará en la cartera de proyectos para la próxima alcaldía.
“El resto de proyectos los tenemos en etapa de preinversión y son viables. Para la próxima alcaldía solo se estará a la espera de un financiamiento. Esto tiene que ver más con los planes que tenemos a largo plazo como ciudad que con la mirada o posición que pueda tener el nuevo alcalde”, concluyó.

Sentir de los vecinos
Son muchas las preocupaciones de los residentes de las zonas colindantes. La vecina Carol Sanguinetti, quien vive a pocos metros del proyecto en San Isidro, a la altura de la cuadra 6 de Javier Prado, expresó que su vecindario se verá afectado por la situación. “Este proyecto nos llegó como un aviso de que ya estaban en la etapa preliminar. Eso nos pareció muy extraño. No nos pidieron permiso, solo nos informaron”, comentó.
“El 15 del mes pasado, la Municipalidad Metropolitana de Lima envió un aviso para establecer una mesa de diálogo e informar todos los detalles a los vecinos. Sin embargo, dejamos claro que nos oponíamos, pero pese a ello el municipio le ha dado luz verde, demostrando que nuestro sentir no les importa”, alertó.
La vecina se mostró preocupada por el tráfico que se generaría. “Aquí hay muchos vecinos de la tercera edad. En lugar de perjudicar nuestra calidad de vida, deberían enfocarse en el control de los semáforos. En toda la Javier Prado hay semáforos que no están bien sincronizados y se generan nudos. Tienen que hacer algo que realmente nos beneficie”, opinó.

Por su parte, el vecino de San Isidro, Eduardo Fernández, señaló que, aunque vive a la altura de la cuadra 9 de la Av. Javier Prado, este proyecto también lo afectará. “Tendré que pagar las consecuencias del viaducto que se construirá entre las cuadras 2 y 8 de Javier Prado, porque esa gran cantidad de autos finalmente llegará hasta aquí. ¿Cómo van a ingresar? Se generará mucha congestión, porque todos los vehículos que entren a esta zona de Javier Prado llegarán al final del puente vehicular y después quedarán atrapados en el tráfico, sin poder llegar a sus destinos con prontitud”, afirmó.
Análisis
Los vecinos no son los únicos que han expresado su preocupación por la congestión que podría generarse. Diversos especialistas compartieron su opinión con El Comercio. Uno de ellos fue Andrés Villaseca, ingeniero civil con mención en transporte y especialista en tránsito urbano, quien criticó el hecho de ampliar la capacidad de la Javier Prado mientras las salidas continúan siendo angostas.
“Si le das mucho flujo a la Javier Prado, mucha gente va a querer manejar por ahí, pero luego esa misma gente no va a poder salir y terminará atrapada en medio de la vía. Por ello, no sería buena idea agregar más capacidad a la avenida”, añadió.
Por otro lado, el ingeniero de tránsito David Fairlie señaló a este Diario que la obra “parece no tener una visión a largo plazo. Geométricamente no va a funcionar, porque se generarán cuellos de botella. Van a desaparecer carriles de manera abrupta, sin una adecuada transición. Pongo en duda que este diseño realmente funcione”, indicó.

Pese a que la autoridad municipal construye este tipo de infraestructuras con la intención de aligerar el tránsito, Franklin Barreto, exjefe de la División de Investigación de Accidentes de Tránsito de la Policía Nacional (PNP), reiteró que ya se ha demostrado que ampliar vías y dar prioridad al transporte particular produce el efecto contrario.
“Cada día ingresan más vehículos a las vías, y lamentablemente son en su mayoría particulares. Ya debería saberse que ampliar vías no soluciona el tráfico; lo satura y genera más accidentes de tránsito”, precisó.
Propuso que, en su lugar, debería implementarse un sistema de transporte público eficiente y atractivo para el usuario, de modo que renuncie al vehículo particular para desplazarse. “Igual siento que estamos lejos de ver esa realidad. Pero es importante tomar acción, porque la demanda sobre la actual infraestructura vial ya ha sido sobrepasada. El Estado tiene que asumir el compromiso de implementar políticas públicas para el rediseño profundo y coherente de rutas, ya que, por ejemplo, los peatones están cada vez más imposibilitados de transitar”, concluyó.














