
Los ecuatorianos han votado en este balotaje angustiados por la pobreza, que alcanza al 28% del país, y por el desempleo y subempleo, que atenaza al 23%. Una década de gasto sin bonanza petrolera elevó, además, la deuda pública a cerca de 57% del PBI. Más de 132.000 ecuatorianos perdieron su empleo el año pasado, en un escenario de inversión estancada y confianza empresarial a la baja. La crisis energética también está golpeando fuertemente en los últimos meses, lo cual se ha traducido en apagones de hasta 12 o 14 horas diarias en Quito y otras ciudades.